Y llegaron las campañas

“El liderazgo es una oportunidad de servir; no de lucirse.” – J. Donald Walters.

 

Finalmente, no hay plazo que no se cumpla o que no se llegue, las campañas electorales nos han alcanzado, como nos ha alcanzado el mes de marzo de este 2024.

En México se habrá de desarrollar el proceso electoral más importante de su historia, el que más personas habrán de participar.

Según datos del mismo Registro Federal Electoral del Instituto Nacional Electoral (INE), el padrón electoral hasta el momento es de 100 millones 184 mil 305 ciudadanos.

En la realidad la participación efectiva será tan solo de 98 millones 909 mil 770 ciudadanos que se encuentran concentrados en la lista nominal, de un panorama global de aproximadamente 130 millones de mexicanos.

La contienda será de tal dimensión que estarán en disputa 20 mil 708 cargos de elección popular.

629 de estos serán del orden federal, en donde se elegirá un presidente (a), 500 diputados federales, y 128 senadores.

En el ámbito local, la cuestión se pone muchísimo más interesante, pues estarán en disputa 20 mil 079 cargos de elección popular, en el que se contienen 9 gobernadores, mil 098 diputados locales, mil 082 presidencias municipales, 431 cargos auxiliares (esto por el método de usos y costumbres), mil 935 sindicaturas y 14 mil 764 regidurías, según datos del órgano electoral federal.

Bajo este escenario, el reto que impone la elección obliga no solo a los árbitros de la contienda responsabilidad plena para el buen desarrollo de las mismas, sino también nos invita a los ciudadanos a ser sumamente responsables y comprometidos con nuestro sentido de identidad nacional, pues lo que está en juego es el futuro de México.

Ahora, los concursantes e invitados a esta batalla por la construcción de ideas que permitan mejorar las condiciones de vidas de la población en general, habrán de cuestionarnos si permitiremos una batalla de descalificaciones y denostaciones, o la de la construcción de ideas de altura, con responsabilidad social y con compromiso humano.

Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez Ruiz tienen por mucho que transitar sin dejarse llevar por el esquizofrénico mensaje presidencial que no ha abonado a mantener la unidad nacional en los últimos cinco años, que por el contrario se ha polarizado, y ha dividido al país.

Es urgente que las y los candidatos al Senado como a las diputaciones federales dejen claro y muestren por principio de cuentas que serán integrantes de otro poder, contrapeso natural de todas las democracias modernas.

Que por ningún motivo muestren o exhiban una sumisión impresentable, que conlleve al deterioró de las ya muy lastimadas instituciones nacionales.

Urge que los temas abordar sean considerados verdaderamente prioritarios en la construcción de una agenda política nacional de máxima prioridad; así la “seguridad, la salud, el empleo, la economía, el agua, la energía” sean la base fundacional de un nuevo proyecto de nación que permita o la consolidación del actual régimen, o que permita la transición democrática, sin menos cabo de libertades y derechos.

Fundamental será también el respeto que los aspirantes a cargos de elección popular den a las libertades y a los derechos consagrados en la Constitución, así la libertad de expresión, de prensa, y derechos humanos deberán ser parte de la agenda prioritaria a presentar y a construir.

Si permitimos que la demagogia, la diatriba, la falacia y la mentira imperen, la sociedad estará condenada al fracaso como nación, y eso queridos lectores lo habremos de pagar y heredar a las futuras generaciones.

¡Qué comiencen las campañas y que sean por el bien de México!

 

Al tiempo.

astrolabiopoliticomx@gmail.com

Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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