La arrogancia es una enfermedad mental. El Peje durante 5 años se posesionó desde nuestro Palacio Nacional para desde ahí vomitar sus rencores. Odios, venganzas, frustraciones. Hizo objeto a sectores sociales productivos de sus envenenados dardos. Con cinismo, burla, prepotencia se regordea con sus payasadas. Denigra la investidura presidencial con su ignorancia, vulgaridad desdén a quienes no piensan como él.
Engañó, sometió, advirtió, señaló, injurió. El verdadero pueblo sabio determina que al que al cielo escupe a la cara le cae. Es momento del pago. Lo sabe y está desquiciado. Su furia es terrible y no la disimula. Es una bestia herida. Advierten que falta lo peor. Los mexicanos no podemos permitir que nuestros empleados- que pagamos muy bien- nos ofendan y traten de manipular. Son piratas defendiendo su botín y poco les importa el padecimiento de la nación. Ingratos, desleales y cretinos resultaron los de MORENA. Se tienen que ir por el bien de México.