Es tiempo que las autoridades correspondientes velen por la seguridad vial. Ni hablar a lo del crimen organizado, delincuencia se refiere donde están derrotados, sometidos. La capital es una de las ciudades con más automóviles del país y la vialidad se ha convertido en un verdadero caos. Tránsito se distingue no por vigilar sino asaltar, amedrentar y hasta crear delitos sembrando drogas a quienes osan rebelarse de una infracción injusta. No pueden con los motociclistas- de todas las modalidades- que la mayoría son jóvenes intrépidos que no miden el peligro sobre todo los de entrega de alimentos. De manera temeraria con motos y llantas desgastadas hacen todo tipo de peripecias que atentan contra la seguridad de los automovilistas. También se usan para delinquir y hasta asesinar. Se desplazan a gran velocidad y ni siquiera son diestros. Estos y las grúas- enormes negocios- son ya una pandemia insoportable. Las víctimas no denuncian “y para qué? No hacen nada las autoridades”. La historia sin fin de uno de los peores gobiernos que ya agoniza. Ojalá no repita MORENA, que le queda a deber a los veracruzanos con el lastre del gobernador impuesto sin ninguna preparación administrativa.