Dime qué te produce risa y te diré quién eres. La risa es una respuesta biológica a ciertos estímulos, aprendemos a reír incluso antes de hablar o caminar. ¿Pero qué hace que algo nos de risa o no?, esta respuesta también puede ser aprendida de acuerdo a lo que colectivamente vamos aprendiendo e incluso puede ser un termómetro ético, pues en algunos puntos la risa también es una referencia sobre lo que está bien o lo que está mal.
En México tenemos un humor que se caracteriza por hacer burlas de las tragedias, por saber volver casi cualquier cosa un chiste, pero en ocasiones estas bromas cruzan la línea y terminan siendo profundamente dolosas para quienes las reciben y por desgracia las personas de burla suelen ser quienes también sufren la desigualdad social, ya sea por el género o por economía.
Sin embargo, los chistes despectivos donde claramente aflora el machismo, la burla a la desigualdad y atentan contra otra persona, no son limitativos de nuestro país, son representativos de generaciones que siguen sin entender que las palabras sí pueden ser hirientes y que el humor debería evolucionar a la par de nuestro lenguaje.
Un claro ejemplo de ello se vivió la noche de los Golden Globes, donde el actor y comediante conocido como Joy Koy se encargó de la conducción del evento donde se premian a distintas producciones cinematográficas del año, durante la premiación el conductor hizo chistes ampliamente criticados por su machismo respecto a la película de Barbie por tratarse sobre una “muñeca con pechos grandes” y habló sobre Taylor Swift al señalar que la diferencia entre los Golden Globes y la NFL es que en los Golden Globes enfocaban menos a Taylor Swift.
Detrás de estas bromas hay mucho que analizar, primeramente que ante un evento televisado de manera internacional los chistes rara vez son improvisados, hay todo un equipo detrás que revisa el guion o que incluso lo realiza, segundo esta no es la primera vez que se hacen burlas de este tipo, incluso en la misma semana se popularizó una entrevista donde Sofía Vergara responde a Pablo Motos en “El Hormiguero”, quien le pedía repetir frases en inglés a lo que la destacada actriz respondió de inmediato haciéndole ver cuán amplia es su trayectoria profesional como para que la entrevista se centrara en cómo pronuncia ella las cosas.
Al final eventos como estos ocurren de manera continua, lo vemos en cámara cuando se entrevista a una mujer sin importar cuál es su ámbito. A las mujeres se les hacen preguntas de su vida sentimental, la ropa o se les pregunta si saben bailar, mientras que a los hombres si son deportistas les cuestionan sobre la técnica, si son actores sobre la dificultad de su papel; mientras tanto si una mujer se siente incómoda ante la pregunta sólo debe sonreír y se le critica si no lo hace. Porque mientras a Ryan Gosling se le aplaude no reaccionar a las bromas sobre “Barbie” A Taylor se le pedía relajarse por una simple broma, misma que es similar a muchas otras igual de misóginas que ha recibido a lo largo de su carrera.
¿Qué podemos hacer ante estas situaciones de risa para algunas personas y molestas para otras? Comencemos por educarnos para cambiar nuestra cultura, aprendamos la diversidad del lenguaje para usarlo estratégicamente y entender que la risa puede venir de otros puntos. Entendamos también nuestras propias emociones pues como dice la autora Soraya Chemaly en su libro “Rabia somos todas”: Salir adelante suele implicar que debemos quedarnos calladas y permanecer impotentes. Porque nadie nos enseñó que nuestro enojo es válido, porque durante siglos aprendimos que para ser mujer es mejor no hablar, afortunadamente estamos desaprendiendo y por ello para la autora la rabia es esperanzadora porque por fin estamos entendiendo cuán necesario es alzar la voz y mostrar nuestra incomodidad.
No confundamos los buenos modales con doblegarnos ante machismos evidentes, dejemos de aplaudir la misoginia, sobre todo cuando esta se propaga en medios de comunicación que de alguna forma también educan a otras personas y demos voz a nuevos estilos donde la comedia no requiere de burlas descalificativas, el que ciertas prácticas lleven años realizándose, no significa que sean correctas.