Si algo le revienta al gobernador Cuitláhuac García son las madres, hermanas, esposas, hijas y amigas de los desaparecidos porque ah cómo dan lata esas mujeres. El plantón y bloqueo de calles que organizaron en Xalapa lo puso iracundo porque desde su óptica, son unas malagradecidas que no aprecian sus sacrificios y desvelos por dar con ellos.
¿Qué más quieren cuando su gobierno las ha atendido “como nunca”? ¿Qué más quieren cuando ha ordenado que aumenten los recursos para la Comisión Estatal de Búsqueda y la Comisión de Atención a Víctimas? ¿Es que acaso no tienen llenadera?
¿Por qué su empeño por querer hablar con él ya, ahora, cuando su agenda está saturadísima? ¿Es que no pueden esperarse 17 días a que les regale unos minutitos de su valioso tiempo? Ojalá pudiera dividirse en pedacitos para atenderlas a todas, pero eso no es posible. Luego entonces, si está en la mejor disposición de escuchar y dialogar, ¿por qué obstaculizan con un innecesario bloqueo la buena marcha de su gobierno? ¿Qué pretenden esas señoras?
“Pretendemos que nos escuche, que nos haga caso, que nos mire a los ojos y nos diga con toda sinceridad si está dispuesto a apoyarnos, a buscar hasta encontrar a nuestros hijos como lo prometió el primer día de su mandato. Pretendemos que la Fiscal, Verónica Hernández Giadáns, se siente con nosotras y nos muestre una por una, las carpetas de investigación sobre los desaparecidos para saber el status de cada uno”, me dijo Martha que busca a su hijo desde hace siete años.
“Pretendemos que se ponga en nuestros zapatos, en nuestras zapatillas, en nuestros huaraches o en nuestras sandalias y nos diga si le gustaría sufrir la angustia de no saber dónde se encuentra el hijo, el hermano, el padre o el amigo desaparecido sin dejar rastro. Queremos que se ponga en nuestro lugar para que sienta la impotencia de ser tratado con la punta del pie por unas autoridades insensibles que se burlan de nosotras cuando vamos a preguntar por nuestros hijos. Queremos ver en él un rasgo, aunque sea pequeñito, de la humanidad que dicen que tiene porque nosotras no la hemos visto”, agregó la mujer.
Este martes, integrantes de los 32 colectivos de desaparecidos tuvieron su enésima reunión. Sentadas en las escalinatas de la Catedral comentaron los incidentes de la víspera y el ofrecimiento del gobierno estatal: el gobernador les hará el favor de dialogar con ellas pero hasta el 24 de noviembre, lo que consideraron una burla.
Muchas mostraban los estragos de una noche sin dormir porque el frío otoñal se metió por los resquicios de sus casas de campaña. Pero todas echaron por delante la voluntad de no ceder ni flaquear. “Seguiremos con el bloqueo hasta que el gobernador nos escuche”.
Y por la tarde recibieron la buena noticia. “El señor gobernador las recibirá en su despacho este jueves. Y ahí podrán ustedes manifestarle personalmente sus inquietudes”.
Aconsejado por sus achichincles es muy probable que Cuitláhuac les muestre su mejor sonrisa y aguante vara. “Déjalas que se desahoguen mi gober, muéstrate atento y solidario. Escucha sus planteamientos y a todo di que sí”.
Pero puede que las desoiga y se porte altanero y majadero.
Sea como sea, vaticino una reunión tensa y ríspida donde las mujeres escucharán el mismo sonsonete que han escuchado por años. Y quizá eso las lleve a tomar nuevamente las calles.
Hace dos años escribí que el desdén de Cuitláhuac hacia los familiares de los desaparecidos se lo cobrarán éstos en las urnas, porque irán a votar en cada madre adolorida y en cada esposa, hermana, hija o amiga que sufrague por la oposición o simplemente se abstenga de votar.
Serán más de 5 mil votos que pueden ser la diferencia entre que siga Morena en Veracruz o se vaya de una vez al diablo.
Veremos.