Hasta con la policía quieren inflar a la desinflada: Huerta

La gente los odia porque los encarcelan, dice  * Zenyazen es un cero que no suma  * Bueno Torio, la carta del PRD para el Frente  * Viridiana y Tito Delfín, libres  * Dos presos políticos más que se le van al gobernador  * Queja contra jueza por agravio a una mujer

MUSSIO CÁRDENAS ARELLANO

Publicada en mussiocardenas.com

24 de octubre de 2023

Desde la entraña, Morena huele peor. Un día delinquen; otro, abusan, y agreden, encarcelan inocentes, violan derechos, encubren y violan la ley, y terminan siendo fermento del odio social en Veracruz.

Y Manuel Huerta alerta: a la desinflada hasta con la policía la quieren inflar.

Aquel engendro llamado Cuarta Transformación no llegó a Veracruz. Aquel eslogan de Andrés Manuel López Obrador fue palabrería y política de arrabal, fogón de esperanza y quimera obradorista, vil fantasía con que el tejedor de cuentos engañó a medio país.

Una vez, y otra, y otra, Manuel Huerta Ladrón de Guevara reprocha con mensajes crípticos a la élite morenista, al harem del gobernador, al círculo de oro de la ex secretaria Nahle, la banda que en cinco años aprendió a transgredir la Constitución.

Sigue en la ruta disruptiva el ex delegado estatal de Bienestar, suponiendo que así, con el mazo en la mano, volando cabezas y desnudando la elección de Estado, habrá de ganar la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz.

A la banda de Rocío Nahle, ex secretaria de Energía, la “odian” porque —dice Huerta— “se han pasado perjudicando a la gente, lastimándola, metiéndola a la cárcel, no reconociendo sus derechos, no sirviendo absolutamente para nada”.

Y habla de simulación, de encuestas amañadas, de recursos a granel, de dinero público. Y toca las obras con dinero federal y las obras con dinero del estado. 80 mil millones de recurso federal, realizando más obra, y 160 mil millones que ejercerá el gobierno estatal en 2024. “Y cuando comparas lo que hace uno y lo que hace el otro… pues como que no cuadran las cifras, quedan mucho a deber”. O sea, es corrupción.

De las encuestas para “elegir” al coordinador de los comités Para la Defensa de la Cuarta Transformación en Veracruz, o sea la candidatura al gobierno estatal, Huerta apunta:

“Ahora ya todos se dan ganadores en las encuestas. La verdad son encuestas patito, que mandan a hacer todos los días, que como la Chimoltrufia, unas dicen unos números, otras dicen otros, otras en las que ya de a tiro ni aparecemos”.

Manuel Huerta hurga y halla pus. Habla con desenfado pero con medias tintas, sin nombres, aludiendo cuando pudiera punzar.

No le llama mentirosa y facciosa a Rocío Nahle, la zacatecana que quiere asaltar el gobierno de Veracruz, pero si le dice desinflada.

No le dice transa ni corrupto a Cuitláhuac García, gobernador.

No fustiga a Eric Cisneros, ex secretario de Gobierno, por la oleada de terror, persecución política, encarcelamiento de inocentes, muertes provocadas por tortura, uso excesivo de la fuerza policíaca o vínculos con el crimen organizado. O la infamia de haber llevado a ataúdes y amenazas de muerte a la sede del Poder Judicial de la Federación.

No describe a Juan Javier Gómez Cazarín, líder del Congreso de Veracruz, como el ratón de drenaje que opera los cambios a leyes que luego le tumba la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una de ellas, faltaba más, la Ley Nahle con la que quiso convertir a la zacatecana Rocío Nahle en veracruzana y que se la echan para atrás.

Sólo a dos vicecapos de la famiglia les abrió fuego directo: Eleazar Guerrero, primo del gobernador y subsecretario de Finanzas, y a Zenyazen Escobar, el secretario nudista de Educación en Veracruz.

De las movilizaciones realizadas por Unidos Todos, el grupo de Eleazar Guerrero, surgido al amparo de la Sefiplan, dice:

“Yo nada más los veo, puro aplaudidor. Me da risa, porque los veo, a todos los pintan de blanco, los ponen de blanco, los llevan ahí junto con los chamacos de preparatoria. Y lo peor es que se la creen”.

De Zenyazen Escobar, alias Tarzan Boy, el que en sus años mozos entretenía a las respetables damas del chipandeil, y que ahora declina a favor de Rocío Nahle, con lisonjas y frases serviles, llamándole “gobernadora”, apunta:

“Cero no se le suma nada y solamente hará el ridículo, el cínico. Qué necesidad tienen de exhibirse tanto”.

Y suelta otra:

“Se pusieron de acuerdo para querer sacar la cúpula partidaria que obedece al de palacio y hoy, ya sin descaro alguno, los paleros renuncian y declinan en favor de una de las aspirantes”.

Y le refrenda lo de palero:

“El responsable de la Educación en Veracruz sirve de palero, se prestó para engañar a los veracruzanos, eso no es posible, ojalá que tenga valor y aguante su renuncia y no vaya a querer regresar a cobijarse de la burocracia y para seguir medrando del recurso del pueblo, ojalá aguante como debe ser y no regrese a la SEV, si aguantó el papel de palero, ahí que le siga siendo palero de los moralmente derrotados”.

Huerta es de pronombres, sustantivos y adjetivos, pero de pocos nombres. Así llevado su discurso en el intento de ser candidato de Morena al gobierno de Veracruz.

Ya antes sacudió al obradorismo. Marginado en la votación del Consejo Estatal de Morena que eligió a los finalistas para la Coordinación de la Defensa de la Cuarta Transformación, armó tal bronca que no se lo pudieran sacudir.

Manuel Huerta cuestionó a los que fueron tácitamente obligar a renunciar a sus cargos públicos para participar en la contienda interna de Morena:

“Es penoso que el Presidente tenga que andarlos correteando a escobazos para que renuncien, casi les hace la renuncia y todavía querían permiso para regresar”.

La alusión fue, principalmente, para Rocío Nahle.

Y una y otra vez, en todo espacio a su disposición, en el norte, en el sur, Huerta Ladrón de Guevara les restregó que la Cuarta Transformación no llegó a Veracruz.

En el Movimiento “se perdió el trabajo con la gente y se pretende gobernar desde el Palacio alejándose de la ciudadanía”.

De la unidad interna, dice:

“Mis compañeros aspirantes están en unas prácticas que yo los oía decir que la unidad, pero la unidad es con el pueblo y a partir de prácticas correctas, yo no me puedo unir con quien paga para que vayan a sus eventos, con quien acarrea, con quien utiliza los aparatos de gobierno, con quien usa los recursos públicos, como queda constancia en los propios videos y de manera muy cínica”.

Y del derroche en campaña, señala:

“No es posible que se actúe de manera tan descarada utilizando un exceso de recursos en caravanas con vehículos de más de 2 millones de pesos y con personal de Gobierno, argumentando que la propia ley se los permite. Eso no es la 4T. Esas son prácticas del pasado, contra lo que tanto luchamos, que tanto criticamos. Lo peor de esto es que la gente lo ve y nos critica a todos por igual”.

Y lanza el misil contra Nahle:

“Hasta a la policía la están utilizando para inflar a quien está todavía desinflada, a la que nunca se acerca al pueblo y por eso le cuesta tanto trabajo que tienen que llevarle acarreados a sus eventos y pagarles para que le aplaudan”.

Polémico, controvertido, Manuel Huerta puede arrastrar mil pecados, querencias y mal querencias, pero le puso ritmo al proceso interno de Morena en Veracruz.

Habla y desentona. Se trepa al árbol y hacer crujir la rama. Aturde con sus denuncias en la aldea del silencio.

Le pone el dedo a Nahle, a Cuitláhuac, a Cisneros, a Zenyazen, a Gutierritos Luna. Exhibe el derroche, la elección de Estado en ciernes, el uso del aparato policía, la burocracia con que se acuerpa a una candidata insípida, sin jale popular. Y peor, que no es de Veracruz.

El abuso, el atropello, la constante violación a la ley, los miles de ciudadanos tras las rejas por delitos inventados, el uso del poder para joder, ya dio fruto. Es el odio de los veracruzanos a la élite que circunda a Rocío Nahle.

Y como dice Huerta, hasta la policía es usada para inflar a la desinflada.

Archivo muerto

Sin tanto alarde, Juan Bueno Torio ya es candidateable. Es la carta del Partido de la Revolución Democrática y de un sector del empresariado y de círculos ciudadanos. Ex senador, ex director de Pemex Refinación, ex subsecretario de Economía, ex diputado federal, Bueno Torio es la figura que redondea el proyecto de oposición para Veracruz. Empresario de altos vuelos, dedicado a lo suyo, el café y otros productos agrícolas, con un altísimo nivel de aceptación en Córdoba, su terruño, y el centro de Veracruz, fue ya aspirante al gobierno estatal en 2016. Antes operó en el sureste la campaña de Vicente Fox Quezada, que marcó la primera transición democrática de México. Fue pieza clave en los Amigos de Fox. Un operador nato, intuitivo, inteligente. Fue panista y luego se desafilió, en 2015. Juan Bueno Torio fue el primer diputado de oposición en el Congreso veracruzano. Dedicado a su vida privada, a su familia, al impulso a grupos culturales, al deporte, patrocinando proyectos y a personajes que son ejemplo de superación, el PRD le vio espolones para la contienda. Tiene un activo más: es amigo personal de Xóchitl Gálvez Ruiz, futura candidata presidencial del Frente Amplio por México. Será, sin duda, uno de los finalistas para contender desde la oposición por el gobierno de Veracruz, en 2024. Se sabe que habrá de retar a Rocío Nahle a un debate sobre refinación. Bueno, si es que la zacatecana puede burlar la ley por no ser nativa de Veracruz… Viridiana Bretón y Tito Delfín, los presos políticos del gobernador, dejaron la cárcel. Ambos lograron revertir las maniobras con que el régimen autoritario e infame de Cuitláhuac García Jiménez. Vía sendos amparos, acreditaron que sus confinamientos en penales de Veracruz fueron ilegales, que pudieron llevar sus procesos penales en libertad o en prisión domiciliaria. Ambos saben que son inocentes, que sufren una venganza política, que son perseguidos políticos del imbécil que desgobierna Veracruz. Viridiana Bretón Feito, periodista y ex alcaldesa de Ixhuatlán de Madero, fue aprehendida junto con dirigentes de organizaciones dedicadas al defender a productores de café, entre ellos Crisanto Valiente, por tener preferencia política distinta a la de la pandilla de Cuitláhuac y del entonces secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, alias Bola 8. Al momento de generarse una protesta, en 2022, un grupo infiltrado atacó las instalaciones de la empresa Agroindustria de México, S.A. (AMSA), provocando un incendio. Fue un montaje que sirvió para imputarle, casi un año después, la autoría intelectual de lo que tipificaron como Estragos. Por ese delito se le mantuvo recluida desde mayo de 2023 hasta el 7 de octubre, seriamente enferma, sabiéndose víctima de un atropello descomunal. Pero al final prevaleció la ley. Un amparo otorgado por la justicia federal le concedió que siga su proceso desde casa y Viridiana a la postre será totalmente libre. A Tito Delfín lo encarcelaron por intentar ser líder estatal del Partido Acción Nacional. Aliado al grupo de los Yunes azules, sus antiguos rivales, Tito Delfín se encaminaba a conformar un bloque incómodo para Morena en el Congreso de Veracruz y, más aún, en la contienda por el gobierno en 2024. Cuitláhuac, vía la fiscal espuria, Verónica Hernandez Giadáns, aliada de Eric Cisneros, revivió una antigua denuncia que el yunismo azul le había armado a Tito Delfín cuando eran enemigos a muerte. La activó, integró la carpeta y solicitó la orden de aprehensión por un presunto delito ambiental cuando fue alcalde de Tierra Blanca. Por ese delito no debió ser remitido a una prisión. Pudo llevar su proceso en libertad o en arraigo domiciliario. Logró amparos que le concedieron su libertad y de inmediato lo volvieron a aprehender. La infamia de los miserables morenistas en toda su expresión. Finalmente, con la espada de la justicia federal encima, el juez de control le otorgó su libertad para proseguir su defensa desde casa. Viridiana Bretón y Tito Delfín son dos casos más de persecución política. No está lejos el día en que Cuitláhuac, Cisneros y Verónica Hernández Giadáns paguen por tanto atropello a la ley… Queja contra la juez laboral de Coatzacoalcos, Claudia Bolaños, en el Tribunal Superior de Justicia de Veracruz. La agraviada, María Guadalupe Rincón Reyes, denuncia que emitió una sentencia en la que omitió juzgar con perspectiva de género, fue parcial en favor del patrón, deslindándolo de toda responsabilidad y actuó de manera ilegal, incluso permitiendo que el abogado de la otra parte, Juan Zamora Lemus, “hasta casi de prostituta me trató”. El hecho, según consta en la queja, quedó registrado en el video de la última audiencia y la jueza Claudia Bolaños lo permitió. La jueza le impuso a María Guadalupe Rincón la carga de acreditar la relación de trabajo y no al patrón. Juan Ángel Méndez, debió justificar el despido o simplemente la negación de la relación laboral. Lo grave es que en una audiencia se trate a la demandante de justicia como prostituta por parte del abogado patrono y la jueza, que es mujer, lo haya permitido. La última palabra la tienen los magistrados del Tribunal Superior de Justicia…

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