Lo dicho, aun no comienzan oficialmente las campañas, de hecho aún no hay ni candidatos oficiales, y Cuitláhuac García ya es un lastre para Rocío Nahle porque en cinco años ha dado al traste con un Veracruz que si bien encontró fregado, entregará más torcido.
Veracruz ocupa una de las tasas más altas en criminalidad, carece de inversión y empleos; tiene un pésimo sistema de salud, sus vías de comunicación están del asco y es el cementerio más grande del país por su cantidad de fosas clandestinas.
Es una entidad peligrosa para las mujeres que son maltratadas y asesinadas de manera inmisericorde mientras sus verdugos andan sueltos.
Poco se hace por los niños maltratados y menos por los menores desnutridos. Ah pero eso sí, en Veracruz primero los pobres. Con 4 millones 750 mil personas en pobreza (más de la mitad de su población) ocupa el segundo lugar a nivel nacional en ese renglón.
Si quisiéramos ser benevolentes con Cuitláhuac, habría que decir que no es que sea inepto o incapaz, sino que salió bueno para todo lo malo.
¿Cómo hacer para que la raza jarocha se olvide de esas nimiedades y que la señora Nahle evite cargar con semejante peso cuando ande en campaña? Nada como los distractores.
Este domingo la Fiscalía General de la República informó que un juez de distrito con residencia en Xalapa, libró orden de aprehensión contra siete exfuncionarios del gobierno de Javier Duarte.
Se trata de Tomás Ruiz González, Salvador Manzur Díaz, Carlos Aguirre Morales y Fernando Charleston Hernández, exsecretarios de Finanzas y Planeación. Gabriel Deantes Ramos, exsubsecretario de Finanzas y Administración y José Francisco Díaz Valenzuela y Carolina Estrada Acosta, exsubdirectores de Operación Financiera, que en conjunto están acusados de birlarse más de mil millones de pesos.
De ahí se agarró el gobernador para comentar en sus redes: “Esperemos que efectivamente se logre, no sólo la detención de quienes desfalcaron las finanzas de Veracruz, sino que se les juzgue y se haga justicia. No vaya a ser que ahora la Suprema Corte de (in)Justicia (así lo escribió) de la Nación y sus Magistrados los amparen y los liberen de toda culpa como ya nos tienen acostumbrados liberando delincuentes”.
Pero no habrá necesidad de que los amparen porque los siete ex funcionarios traen sus amparos bajo el brazo desde hace un buen rato.
Si como dicen por ahí esto es un distractor ordenado desde Palacio Nacional a la FGR para ayudar a Cuitláhuac y aligerarle la carga a Rocío Nahle, mal andan en el altiplano y peor en Veracruz.
Por principio de cuentas las órdenes fueron giradas por la Fiscalía de allá y no por la Fiscalía estatal. Y esto a pedimento de la Auditoría Superior de la Federación que presentó las denuncias en tiempos de Miguel Ángel Yunes y no en los del gobernador actual.
Pero vamos a suponer que los encarcelan. ¿La gente aplaudirá al gobierno de Morena? No. ¿Subirá la diezmada popularidad del gobernador? Menos.
¿Entonces?
No pasará nada, lector.
Si esas aprehensiones se hacen efectivas no acarrearán más votos a la candidata de Morena ni menos al candidato de la oposición. En ese sentido las cosas seguirán parejas.
Y es que en tiempos de crisis el circo sin pan no funciona en ninguna sociedad.
Lo que Veracruz desea es salir del hoyo en que lo sumieron Fidel, Javier, Miguel Ángel y Cuitláhuac y lo que menos quiere son distractores, cajas chinas y otras babosadas.
Algo más efectivo tendrán que hacer los morenos; algo más que hablar del pasado y negar el tortuoso presente, si quieren repetir el numerito del 2018 en el 2024.