En octubre del año anterior Anilú Íngram Valliines me dijo en su oficina del Congreso local que su objetivo en el futuro era el Senado de la República; lo que me pareció el camino lógico para su ascendente carrera legislativa que comenzó en 2013 como diputada local y Presidenta de la Mesa Directiva, continuó como diputada federal y nuevamente como legisladora local por el distrito de su natal Veracruz; siempre bajo las siglas del PRI.
Si tiene negativos no saltan a la vista, pero entre los puntos a su favor que reconocen hasta sus adversarios, destacan su férrea defensa de las mujeres maltratadas, los menores abandonados y violentados y los grupos vulnerables.
Como titular de Sedesol se distinguió por entregar de manera personal los apoyos federales a los más necesitados y su presencia se volvió familiar en municipios y comunidades auxiliando a damnificados por los fenómenos naturales.
Guapa, inteligente, atenta con todo mundo y sencilla en su trato, Anilú es una de las diputadas más activas en la que es como paradoja, una de las Legislaturas menos productivas en la historia de Veracruz. Al margen de lo anterior su incesante actividad la puso en el camino de una curul en la Cámara Alta, pero…
Uno pone y el destino dispone. Ahora sus miras no están puestas en el Senado sino en un escalón más arriba; la gubernatura de Veracruz.
Lo que comenzó hace unas semanas como un rumor se oficializó este lunes cuando la diputada jarocha declaró: “Claro que quiero ser gobernadora de Veracruz. Ya que se establezca la normatividad por supuesto que nos estaremos registrando rumbo a nuestra aspiración”.
Sobre su posible licencia al cargo dijo que será con base a lo que establezcan el órgano y el calendario electoral. “Seré respetuosa de los tiempos y de la normatividad”.
Comentó que aceptará el método que establezca el Frente Amplió opositor para la elección del candidato, pero agregó que deben incluirse todos los perfiles que deseen gobernar el estado.
Y remató: “Soy una mujer que por más de 20 años he estado trabajando en el servicio público rindiendo buenas cuentas a Veracruz, y hoy se necesita de las y los mejores. Ojo, más allá de una aspiración de carácter personal, es importante que se establezca un Frente Amplio donde estemos incluidos todas y todos”.
En la banqueta de enfrente el presidente López Obrador le dio otro empujón hacia arriba a la zacatecana Rocío Nahle al reafirmarla como su candidata a la gubernatura de Veracruz. El tabasqueño no solo defendió el origen de su muchacha, sino que añadió que cumplió en Dos Bocas. “La refinería ya produce” aseguró el mandatario, aunque obvió decir que lo que produce son puras vergüenzas.
Si por esas cosas que tiene la vida Morena y el Frente postulan como candidatas a Rocío y Anilú ¡aguas!
Será un duelo entre una zacatecana muy cuestionada que nomás no cuaja en el ánimo de los veracruzanos, con más negativos que positivos, acusada de corrupción, con enemigos muy gruesos dentro de su mismo partido, pero con todo el apoyo del Estado y del gobierno estatal; contra una jarocha alegre, carismática, propositiva, que sabe escuchar, conocedora de los problemas de Veracruz, pero además entrona, combativa, contestataria, de mucho carácter y sin cola para que se la pisen.
¿Se irá a dar este duelo? Está dentro de las posibilidades, aunque necesitarán alinearse los astros (que no son otros que los líderes nacionales del PRI, PAN y PRD) en favor de Anilú.
Si esto sucede aquí en confianza, lector ¿cuál sería tu favorita?