Cuando se escucha al Niño Perdido de Moreno y el Huapango de Moncayo se siente México en la piel. Al entonar el Himno Nacional y mostrar respeto a nuestra Bandera se hincha el corazón de emoción. Nos enseñaron a respetar los símbolos patrios. Los políticos han tomado a estos- sin civismo alguno- como forma de propaganda en el momento de gobierno y se enfiestan en actos privados y elitistas. Contrastan sus suntuosas fiestas de palacio y el pueblo en el zócalo. Utilizan el desfile para recordar que las fuerzas de seguridad les respaldan. Militares en otros tiempos respetados por la ciudadanía. La Patria es Primero solo se inscribe en el discurso y en las cámaras donde se le falta al respeto. México es más grande que sus políticos. Los mexicanos disfrutamos las fiestas, pero llegó el momento de la responsabilidad patriota: ir a votar. Hacerlo y reflexionar hacia dónde vamos y lo que conviene. Viva México sale del alma. Su defensa es una obligación pues es la casa que heredaremos. *** No se entiende el humanismo que se pregona. La pederastia, los feminicidios, los asesinatos, el trafico de órganos, las muertes por falta de medicamentos, ineficiencia en el trato de las pandemias, la pobreza extrema, el abandono de la infancia, el hambre, la miseria y el ataque feroz al Medio Ambiente con obras faraónicas inútiles habla de indolencia y deshumanización como de violación a los Derechos Humanos básicos. *** Hay que poner mucha atención en nuestra juventud. Cuando se vive esa etapa se experimenta con la inmadurez. Con firmeza del mando- en el hogar y escuela- se conduce. Nuestros jóvenes con la terrible experiencia del COVID, el encierro, las carencias y las drogas están peligrosamente desorientados. *** El Estado soy yo: AMLO. Mal fario presencia de ejércitos extranjeros como el ruso, que somete a Ucrania. *** Y para las agruras del mole…