SEGUNDA PARTE.
Por supuesto que, Invertir a lo tonto es como prometer a gritos algo que se desconoce, como lo ofrecido por MALO ante la periodista e investigadora Carmen Aristegui, antes de asumir la presidencia en el año 2018, diciendo que, no se tiraría ningún árbol en la construcción del tren maya. Sin embargo, el colectivo Sélvame del Tren, formado por organizaciones y comunidades afectadas por la construcción del Tren Maya, ha denunciado la tala de más de 10 millones de árboles; además, presentan imágenes de al menos 20 cenotes rellenos de cemento y concreto y la colocación de “pilotes” en las cuevas para poder sostener las vías por dónde pasará el tren, todo esto, lleno de amparos denunciados por activistas protectores de la flora y fauna, que señalan están matando el ecosistema y que están acabando con el agua, la selva y la tierra del lugar.
En el año 2014, dentro de la sociedad civil internacional, fue creado el “Tribunal de los Derechos de la Naturaleza” (International Rights of Nature Tribunal), que es un tribunal no vinculante, creado para denunciar aquellos proyectos que abonan a la destrucción de la tierra, cuya competencia y funcionamiento, se encuentran regulados por las disposiciones del Estatuto, vinculado estrechamente con la ONU, teniendo su sede en La Haya, Países Bajos.
El pasado 26 de julio, este tribunal determinó que el gobierno de AMLO viola los derechos de la naturaleza y de la comunidad maya del sur del país, lo que se considera como un ecocidio y un etnocidio ante la destrucción de cenotes, ríos subterráneos, selva y fauna ahí existente.
Además del mencionado tribunal muchas organizaciones no gubernamentales se han amparado e inconformado, por la falta de planeación y estudios de impacto ambiental, como la ONG Moce Yax Cuxtal, quien denunció que Grupo México arrasó con más de 12 kilómetros de selva virgen en Playa del Carmen para la construcción del mencionado tren.
Es necesario comentar que, siendo la reserva de agua subterránea más importante del país, se le está afectando también. Ante el cambio del uso de suelo y la pérdida de la biodiversidad transformando los ecosistemas para adaptarlos a las necesidades humanas muchas especies son afectadas teniendo como consecuencia la pérdida del hábitat. Ante este quebranto, las fragmentaciones y bloqueos de pasos de fauna, están desapareciendo muchas especies endémicas y ya no se encuentran jaguares, ocelotes, tapires, monos aulladores, monos arañas, cocodrilos, manatíes, loros y guacamayos, etc. Todo esto más los combustibles utilizados, el ruido y la llegada de los turistas, sin duda alguna, contaminarán la selva del sur de nuestro país, así como la desaparición de las zonas protegidas.
Desafortunadamente, muchas personas no se dan cuenta que, lo que a propósito se quiere ocultar es para esconder una perversidad, pero pecado de mucho bulto, no puede estar siempre oculto, y todas las obras faraónicas que se están realizando y se pretenden sean de Seguridad Nacional, es justo que, el pueblo conozca en qué y cuanto se están pagando en ellas, y que el presidente esperaba que la SCJN hiciera lo que él le ordenaba, que sería la muerte para el país, que la Corte se cegara ante la Ley y se prestara a contribuir en la destrucción del país, revelándose por el secretario de Hacienda que, la refinería de Dos Bocas terminará costando entre 16 mil y 17 mil millones de dólares que, corresponde al doble del presupuesto original de 8 mil millones de pesos, y el costo del Tren Maya, será de alrededor de 500 mil millones de pesos, muy por encima de los 120 mil originalmente presupuestado.
Aunque se cobre mil pesos con 230 pasajeros y 42 unidades del tren maya, difícilmente habrá recuperación. Tampoco han tomado en cuenta el mantenimiento de vagones, rieles y demás. Y que, ante el dicho de “primero los pobres” será para que vendan gorditas, tacos y tlayudas en las estaciones del tren, pues no se espera otro beneficio para ellos. No cabe duda de que son inversiones a lo López, en donde ya se supo Nico es un gran beneficiado y otros que pronto se conocerán.