“Los hijos de Israel: Karl Marx.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
La palabra fundamentalismo bien puede ser sinónimo de intransigencia e intolerancia. Los fundamentalistas no reconocen y mucho menos aceptan una postura ideológica diferente a la suya, o piensas como yo, o crees en lo que yo creo, o estas totalmente equivocado. Mi verdad es la única verdad. Bajo esta premisa el mundo ha vivido en constantes confrontaciones, ya sea en el terreno religioso o en el campo político. Desde una perspectiva personal, considero que el cristianismo es la fe que vino a humanizar al Dios agresivo e intolerante del Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento Jehová no tolera las otras formas de creencias, en el Nuevo Testamento el mensaje es que Jesús es el salvador, quien cree en el tendrá vida eterna, quien no cree su alma figura en el infierno. No obstante, en esta nueva condición hay una libertad de creer o no, y quienes no creen, no son perseguidos, claro, respetando la esencia del mensaje del cristianismo, el tema de las cruzadas, el de la “santa inquisición”, no es la esencia de lo que Jesús enseñó.
El judío ortodoxo sólo cree en el Antiguo Testamento, esto implica que ellos esperan la primera venida de Jesús, quien será el rey que les restituirá su imperio, su poder, los guiará y gobernará. Ellos están esperando más a una figura como al antiguo rey David, no conciben que el rey que esperan sea humilde y desinteresado como Jesús. Por eso la enseñanza de Cristo no les interesó, no la creyeron, él afirmaba que su reino no era de este mundo, también les dijo que lo del Cesar al Cesar y lo de Dios a Dios, luego entonces, ¿cómo iban a creer que un hombre que pensaba y se conducía de esa manera era el rey que ellos esperan? Así que los siglos han pasado y el pueblo judío sigue esperando a su mesías. Siguieron viviendo por todas partes del mundo, y si algo hay que reconocerles es que son firmes en su fe, firmes en sus convicciones y en sus esperanzas. Y hablando de tolerancia, ¿cómo no reconocer y respetar esa firmeza en su fe? Su fe se basa en el Antiguo Testamento, y estos libros les enseñan que vendrá el hijo de Dios llamado Jesús y él será su rey y con él se reestablecerá su reino, su poderío, porque ellos son el pueblo elegido.
Mientras el pueblo de Israel espera la llegada de su rey, en todos estos siglos nacieron y nacieron judíos en todas partes de Europa. Algunos son personajes que en el terreno de la historia existe un antes y un después de ellos. Sí, en Jesús no creyeron, pero indudablemente la historia nos enseña que a partir de este personaje el devenir de las sociedades se dividió en dos tiempos. Bueno, pues existe otro personaje de origen judío, que, por sus libros, su pensamiento, su visión de la vida, el mundo se ha dividido mínimo en dos partes, este personaje se llama Karl Marx, quien es uno de los grandes pensadores de nuestros tiempos.
Marx es el protagonista más influyente del siglo XIX. Sus postulados son determinantes en la historia política y social de las vigentes sociedades. Puedes estar de acuerdo o no con sus argumentos, sus tesis, su ideología, pero es tanta la importancia que tiene, que Marx debe ser leído sí o sí para comprender parte de la realidad. Su obra es abundante, e incluso, varios de sus libros son tomos voluminosos que exigen mucha dedicación, concentración e investigación al momento de su lectura, sin embargo, la mayoría son libros que tienen que ser leídos para poder debatir, entender, argumentar, elegir una postura, una visión, etc.
Karl Marx Nació en 1818 en la ciudad de Tréveris en Alemania. Desde los 23 años empezó a publicar sus obras, los especialistas dividen sus libros en: Obras de juventud y Obras de Madurez. De lo que no queda ninguna duda cuando lo empieza uno a leer, es que estamos ante un genio de aquellos que sabían mucho de muchas cosas, filosofía, economía, literatura, política, derecho, etc., sabemos que con Marx y su eterno compañero Friedrich Engels, nació el socialismo que ellos llamaron científico. Marx parte en su teoría de la filosofía materialista, en palabras sencillas, el materialismo consiste en creer que la única realidad es aquella que nos transmite la materia. Esta creencia hace que Marx vaya contra uno de sus filósofos admirados como lo es Friedrich Hegel, quien creyó que toda la realidad, todo el saber provenía del pensamiento.
Ahora bien, algunas de las posturas centrales que propugna el socialismo creado por Marx son las siguientes: la burguesía es la clase dominante que explota al proletariado, esta explotación se origina debido a que la burguesía es la poseedora de los medios de producción, propiedades, tierras, capital. Por eso el proletariado debe unirse y hacer la revolución, este movimiento tiene que ser violento, lo que implica que deben mediante la fuerza expulsar del poder a la clase dominante, y una vez logrado el triunfo se instaurará la dictadura del proletariado. La dictadura será sólo un medio para llegar al fin principal que es la construcción de una nueva sociedad, la sociedad comunista donde todos son iguales, donde ya desapareció el Estado, se eliminó la religión, porque según Marx la religión es el opio del pueblo, por supuesto que también incluye la eliminación de la propiedad privada, y en general, todas las estructuras físicas e ideológicas que hoy rigen en la sociedad desaparecerán por una nueva estructura y forma de pensamiento.
En el año 1847 Marx y Engels escribieron un pequeño pero puntilloso libro titulado: “Manifiesto de Partido Comunista”, el cual fue publicado en los primeros meses de 1848. El libro se escribió a petición de la liga de los comunistas, el objetivo central era dotar a los nacientes, pero bulliciosos movimientos comunistas de un programa a desarrollar. La obra inicia con la clásica frase: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo.” Y es que en el año 1848 Europa vivía en medio de guerras, las principales naciones como Francia, Alemania, España, entre otras, después de la caída de Napoleón Bonaparte se debatían en su interior si debían regresar a las monarquías absolutas, otros querían una república liberal, y allí ya estaban los comunistas peleando y luchando por imponer su ideología.
Marx en la obra era muy puntual en sus afirmaciones: “La historia de todas las sociedades existentes hasta el presente es la historia de la lucha de clases…Las ideas dominantes en cualquier época no han sido nunca más que las ideas de la clase dominante…” Por lo tanto, el mandado es: “Los proletarios no tienen nada que salvaguardar; tienen que destruir todo lo que hasta ahora ha venido garantizando y asegurando la propiedad privada existente…La revolución comunista es la ruptura más radical con las relaciones de propiedad tradicional, nada de extraño tiene que en el curso de su desarrollo rompa de manera más radical con las ideas tradicionales.”
Bajo estas premisas nació un movimiento que será el principal motor de la futura revolución rusa de 1917, y que, en esencia, dividió al mundo occidental y oriental en dos grandes bloques, el socialismo contra el capitalismo. Además, el mandato Marxista es que el socialismo debe imponerse en todo el mundo, así que al mero estilo de las religiones, sino piensas como yo, tu pensamiento está equivocado, sólo debe existir un partido, un pensamiento, todo lo que sea diferente hay que exterminarlo.
“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS! Escrito por Marx y Engels en diciembre de 1857-enero de 1848 y publicado en febrero de 1848.”
Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com
Twitter@MiguelNaranjo80
Facebook: José Miguel Naranjo Ramírez