Cuando faltan 48 horas para el 1 de julio, fecha en que Dos Bocas debería comenzar a refinar 170 mil barriles de petróleo diarios como lo ordenó el presidente López Obrador, el diablo se le puede aparecer a la zacatecana Rocío Nahle porque está lejos, a años luz, de cumplir con la encomienda.
Esto lo sabe el presidente que está lo que le sigue a iracundo, pero también lo saben en Veracruz donde se encendieron las alarmas.
De la reunión “urgente y muy privada” (uta sí, privadísima) que sostuvo el gobernador Cuitláhuac García con sus colaboradores más cercano, trascendió que a pesar de que Rocío Nahle sigue siendo el plan A del presidente para Veracruz, han surgido “imponderables” que podrían echar abajo su candidatura.
El único imponderable se llama Dos Bocas, una de las obras emblemáticas del tabasqueño que aparte de que ha costado más del doble de lo presupuestado (se ha chupado casi 17 mil millones de dólares), es la más atrasada si se compara con el AIFA o el Tren Maya. Si llega a refinar la cantidad de barriles ordenados por el mandatario lo hará a partir del 1 de julio… pero del 2026.
De ahí que la candidatura se esté tambaleando.
Quizá pecando de optimismo y para enviar el mensaje de que sigue siendo la favorita del mesías, Rocío grabó un video con el sugerente título: “Veracruz es mi destino”. Pero el presidente la paró en seco: “Primero arregla tu tiradero y luego veremos”, le habría dicho.
Con Rocío tambaleándose y al conque de que santo que no es visto no es adorado, Cuitláhuac urgió a sus corcholatas Zenyazen Escobar, Juan Javier Gómez Cazarín e incluso a Eric Cisneros, a que redoblen sus esfuerzos promocionales para que los electores los vean.
Esta semana circula una encuesta de M&APOLL Estadísticas, donde Rocío aparece en primer lugar con el 23 por ciento de las preferencias, pero empatada con Zenyazen Escobar que ya se le pegó y tiene el mismo porcentaje. Tras ellos y en la lejanía están Manuel Huerta con el 15 por ciento; Sergio Gutiérrez con el 11 por ciento y Eric Cisneros con el 7 por ciento.
Para nadie es un secreto que el plan B de Cuitláhuac es Zenyazen Escobar y si Rocío queda fuera, el gobernador apostará todas sus canicas por el titular de la SEV que es uno de los pocos elementos sobresalientes de su gabinete.
Pero el plan A de Adán Augusto López (casi hermano y el mejor amigo del presidente), es el minatitleco Sergio Gutiérrez Luna, que puede fungir como moneda de cambio si el ex secretario de Gobernación pierde la candidatura a la presidencia. “Si no seré tu sucesor, deja que Sergio sea nuestro abanderado para Veracruz”. Y si Andrés Manuel dice: “Órale, va”. Aguas.
Con Zenyazen en la gubernatura Cuitláhuac y su gente tienen la garantía de que habrá quien les cuide las espaldas. Zenyazen es compañero de lucha de años del gobernador a quien en verdad estima. El gobernador por su parte le tiene aprecio y confianza. Como titular de la SEV Escobar García ha entregado buenas cuentas y ese es otro punto importante a su favor.
Sergio Gutiérrez es harina de otro costal.
Cuitláhuac, Eric Cisneros y Rocío Nahle, están peleados a muerte con él y lo han agraviado cuanto han podido. Pero Gutiérrez Luna no es de los que olvida ofensas y si es candidato y eventualmente gobernador, el trio deberá atenerse a las consecuencias.
De ahí el nerviosismo de Cuitláhuac porque Andrés Manuel ponga sus ojos en Zenyazen si no va Rocío.
Y es muy probable que la zacatecana no vaya. Andrés Manuel sabe que Dos Bocas será una loza muy pesada para ella cuando ande en campaña. La refinería inconclusa disminuirá su figura que estará a merced no sólo del abanderado opositor, sino de sus adversarios que los tiene por docenas y de cientos de miles de veracruzanos que la detestan.
A diferencia de la presidencia de la República donde López Obrador tiene como plan A, B y C a Claudia Sheinbaum. En Veracruz tiene dos barajas para escoger: Zenyazen o Sergio.
¿Por cuál se decidirá?