La semana anterior me permití sugerir que Marko Cortés, Alejandro “Alito” Moreno y Jesús Zambrano renuncien a sus respectivos partidos porque han sido una nulidad, pero no me hicieron caso. Y porque su método de selección para escoger candidato a la presidencia de la República, sería más de lo mismo ya que dejaría fuera a los aspirantes ciudadanos. Y como fue.
El pasado sábado PAN, PRI y PRD aprobaron en sus respectivos Consejos Políticos Nacionales el famoso método donde se vuelven a burlar de los votantes que les han matado el hambre por décadas.
El PAN propone que se realicen consultas ciudadanas y que cada uno de los aspirantes recabe 150 mil firmas que servirán para formar un gran padrón de electores. Es decir, mandarán a los aspirantes a la pepena electoral.
Aquellos que logren recabar las firmas pasarán a un “Gran foro de exposición por México” donde se aplicarán tres encuestas con el propósito de determinar quiénes son los tres aspirantes más competitivos.
Además, se creará un comité con siete integrantes de la sociedad civil y seis de los partidos, que realizará un bosquejo de elecciones primarias y habrá al menos cinco pasarelas.
¿Tantas pasarelas? Futa… ni en un desfile de modas.
El PRI por su parte fue más opaco ya que después de aprobar la creación de su Consejo Técnico Consultivo que participará en la construcción de un Frente Amplio Opositor, subió a su página oficial un mensaje motivacional para cumplir con el expediente.
“Estamos convencidos que el futuro de México se construye de la mano de la sociedad civil, por ello en el PRI, el PAN y el PRD seguiremos convocando a la ciudadanía para que participe en la realización de este gran proyecto para recuperar el rumbo del país”, dice el mensaje y eso fue todo.
El casi extinto PRD aprobó la creación de un Consejo Consultivo Permanente de Política Estratégica (o lo que eso signifique), que construirá una agenda política rumbo al 2024 en el que se integrará (aquí también) a la sociedad civil.
Su líder Jesús Zambrano, dijo que su partido dio el aval para continuar la ruta de los acuerdos para los trabajos de la Coalición, lo que en buen romance quiere decir que el PRD bailará al son que le toquen el PRI y el PAN.
Si bien los tres organismos políticos resaltan la importancia de la sociedad civil en el próximo proceso electoral, callan el hecho de que ésta volverá a participar en calidad de mirona y no de protagonista.
Lo que harán sus líderes nacionales será lo mismo de siempre con una ligera variante; no habrá dedazo descarado, sino dedazo disfrazado.
Por lo que entendí, su argumento central será más o menos así: “A ver ciudadanos y ciudadanas, aquí tenemos a tres aspirantes: Fulanito del PAN, Zutanito del PRI y Perenganito del PRD ¿Cuál de ellos quieres que sea tu candidato de la Alianza Va por México y eventualmente el próximo presidente de la República?”
Algo así como “aquí hay de tres sopas: fideos, jaleos y jodeos” y ya no hay más.
El punto medular es que la sociedad civil no tendrá derecho a escoger o sugerir a un candidato sin partido, forzosamente tendrá que elegir entre el menos malo, el menos pésimo o el menos peor como ha sucedido siempre que la han “invitado” a “participar”.
Lo que hay que aplaudir a los integrantes de la Alianza es su temeridad. A pesar de lo devaluados que están los tres partidos, a pesar del rechazo social y a pesar de las derrotas que les han infringido, siguen con el mismo modelito que los llevará irremediablemente al precipicio.
Y es que invariablemente, cualquier aspirante que salga de las filas del PAN, PRI o PRD, será barrido por quien les ponga enfrente Morena, así sea Gerardo Fernández Noroña, si en una de esas al presidente López Obrador le amanece torcido el hígado y se le ocurre que sea el petista y no Claudia Sheinbaum su próximo títere disfrazado de sucesor.
De pena ajena la desvergonzada cachaza de la Alianza Va por México, pero de más pena el enésimo mandarriazo que le acomodaron a la vituperada, burlada, engañada y ninguneada sociedad civil.