Xóchitl Gálvez, “una luz de esperanza”

Apuntó Pascal Beltrán del Río en su columna del lunes, que Xóchitl Gálvez “genera una luz de esperanza” como la posible candidata presidencial de la oposición que le compita con éxito al candidato o candidata de Morena en 2024. Coincido con él.

 

Inicialmente aspirante a ser la jefa de gobierno de la Ciudad de México (donde puntea en las encuestas), el jueves pasado “destapó” su intención de ir por la candidatura presidencial. Aseguró que tiene la capacidad técnica y la sensibilidad social, pero “necesito respaldo de un partido”.

 

El director editorial del diario Excelsior y conductor del muy escuchado noticiario Imagen Informativa, en un párrafo la describió bastante bien. Dijo que “La hidalguense no cabe en el molde que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha fabricado para medir a sus adversarios”.

 

“No es fifí, pues es indígena y originaria de un pequeño poblado rural, donde tuvo una infancia con muchas carencias. Tampoco tiene un pasado político escabroso con malos manejos del dinero público o ligas inconfesables con grupos de interés. Ante la crítica y los ataques, no se calienta y responde a dos velocidades: aplomo y humor”.

 

A Xóchitl la conocí a mitad de la década pasada cuando como titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, durante el gobierno de Vicente Fox, vino a encabezar una reunión de trabajo en el municipio de Astacinga, en la Sierra de Zongolica.

 

Acostumbrado yo a escuchar lo mismo a alcaldes que a diputados, senadores, gobernadores, presidentes de la república y funcionarios públicos en general, con un discurso ya muy hecho y desgastado, verdaderos “rollos”, su estilo directo, “malhablado” (ya se pueden imaginar dicho por una mujer), pero que no se escuchaba mal y hasta daba  risa, con el que les empezó a contar su vida a los indígenas, me atrajo y me robó la atención.

 

Les platicó, sin pelos en la lengua, como de niña su infancia había sido muy difícil lo mismo por la pobreza que por el alcoholismo de su padre, quien los maltrataba. Prevalecía el machismo entonces, y por eso, cuando terminó su primaria, en su familia pensaron que debían ir a la escuela a pedir que el certificado se lo dieran a su hermano porque las oportunidades eran solo para los varones.

 

En su natal Tepatepec, Hidalgo, siguió sus estudios mientras se sostenía vendiendo gelatinas. Cuando pudo emigró a la Ciudad de México a estudiar en la UNAM ingeniería en sistema computacionales, y en una de las casas de huéspedes en la que vivía huyó porque intentaron enrolarla en una red de trata.

 

Viene desde abajo

 

Como se dice comúnmente, viene, pues, desde abajo. A sus 60 años hoy es senadora integrada en la bancada del PAN pero sin militar en ese partido, lo que le ha venido obstaculizando que en el blanquiazul la acepten como aspirante, aunque el martes el dirigente nacional Marko Cortés abrió la posibilidad de aceptarla ante las opiniones favorables que viene sumando cada vez más en los más diversos sectores de la vida pública del país.

 

En una entrevista la semana pasada al diario El País se definió como “una mujer progresista”. Explicó que no milita en el PAN porque tiene cosas en las que no está de acuerdo. Recordó que viene de la izquierda, “pero me queda claro que generar riqueza es clave para que un país salga adelante”.

 

El 15 de junio, cuando el presidente López Obrador ordenó que no la dejaran pasar a la conferencia mañanera en Palacio Nacional pese a que tiene un amparo para que le dé la voz, declaró que si llegara a ser candidata presidencial garantizaría la permanencia de las buenas políticas actuales, entre ellas, la entrega de apoyos sociales a los adultos mayores.

 

“Estoy de acuerdo con los programas sociales porque los mexicanos merecen más, los adultos mayores merecen tener medicamentos, los niños merecen tener vacunas”.

 

Pascal Beltrán comentó que la imagen de Xóchitl tocando la puerta de Palacio Nacional le dio la vuelta al mundo. “El que hayan mandado porristas oficiales a agredirla cuando acudió, amparo en mano, a la sede del Ejecutivo, reforzó la idea de que le tienen miedo”.

 

Es echada “pa’lante”

 

Diría yo que es echada “pa’lante”. El 28 de abril pasado se encadenó a la silla del presidente en el Senado para exigir que se votaran la Ley de 3 de 3 y al comisionado del INAI, pero también para tratar de evitar que Morena y sus aliados realizaran un maratón legislativo y aprobaran reformas al margen de la ley.

 

Antes, el 15 de diciembre del año pasado se presentó en el Senado vestida de tiranosaurio rex para protestar en contra de la reforma electoral del presidente López Obrador. Cargaba un letrero con la frase “Jurassic plan”. Dijo entonces que la reforma era un retroceso a la “época de los dinosaurios priistas”.

 

El 13 de junio llegó al Palacio Nacional para exigir su derecho de réplica montada en una bicicleta, vehículo que usa muchas veces para movilizarse en la capital del país.

 

Fue candidata a la gubernatura de Hidalgo por la coalición PAN-PRD-PT-Convergencia; fue jefa delegacional de Miguel Hidaldo, en la CDMX y ahora es senadora, además de que en la iniciativa privada fundó la empresa High Tech Services, así como la empresa OMEI dedicada a la operación y mantenimiento de infraestructuras inteligentes.

 

A través de la Fundación Porvenir, de la cual es presidenta honoraria, ha destinado parte de las utilidades de sus empresas para realizar acciones en apoyo de comunidades marginadas a fin de combatir problemas de desnutrición y contribuir al desarrollo económico entre mujeres de zonas indígenas.

 

Estudió ingeniería en Computación en la UNAM y tiene especialidades en robótica, inteligencia artificial, edificios inteligentes, sustentabilidad y ahorro de energía. Está casada y tiene dos hijos.

 

Lo que opina de ella un influyente economista

 

Uno de los últimos en ponderarla muy bien fue Jorge Meléndez Ruiz, director de Proyectos Especiales para Grupo Reforma, propietario del diario del mismo nombre.

 

En su columna Benchmark del martes pasado en Reforma, la columna más leída en la sección de Negocios, con el título “Es Xóchitl, ¡chingao!”, comentó (reproduzco fragmentos):

 

“‘Son huevones’.

‘Es mejor no hacer pendejadas’.

‘Esas son chingaderas’.

Conversar y escuchar a Xóchitl Gálvez por un par de horas en un grupo pequeño es como escuchar a México.

Porque, no nos hagamos, sin importar nivel económico, así hablamos los mexicanos. En privado y con los cuates, así nos comunicamos.

Gálvez posee un gran activo: puede conectar con todos los Méxicos.

Con el círculo rojo, porque sus ideas no contravienen la lógica, la razón y las mejores prácticas. Porque defiende conocimiento y expertise. Porque abraza al futuro. Porque entiende que educación y aprendizaje son las únicas fuentes para transformarnos para bien.

Pero también conecta con la base, con los que deciden una elección.

López Obrador conoce a los pobres, pero Xóchitl viene de la pobreza. A ella no le cuentan chiles respecto a lo que sufren los que menos tienen. A ella no le pueden hablar de las penurias indígenas, las vivió.

Su lenguaje llano y desenfadado conecta con la base de la pirámide. Por definición, cualquiera que compita contra Xóchitl será el/la fifí.

… la tarea es enorme, porque la elección del 2024 será una elección de estado. Morena gastará todo (y más) para ganar la presidencia y la mayoría calificada legislativa.

Una lucha desigual, en la que contarán con el presupuesto federal y 23 presupuestos estatales, más la influencia de YSQ.

Por eso necesitamos un candidat@ fresco que pueda hacer una campaña inteligente y creativa. Por eso necesitamos a Xóchitl.

Por eso muchos le hicieron la lucha para convencerla de cambiar de mira: competir por la presidencia y no por la CdMx.

Xóchitl ya lo evalúa y ojalá decida que sí. Porque fuera de Lilly Téllez, los demás contendientes no darían batalla real a Morena. Y a mí me gusta más el perfil de Xóchitl que el de Lilly. La veo más completa mercadológicamente, posee experiencia de gobierno y, como ya expliqué, conectaría mejor con la base.

Lo que sí sé es que sería la que mejor chance tendría de botar a Morena. Ah, y aun si no ganase, sería la que mejor chance tendría de evitar que logren la mayoría calificada en el legislativo”.

 

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