“El ambicioso es un esclavo de lo que espera, el hombre libre es el que nada espera.” – Young.
Esta historia se desarrolla como película mexicana de la época del oro del cine nacional, en donde su protagonista es más ni menos que el alcalde de Medellín, Marcos Isleño, conocido ya peyorativamente por el pueblo como el alcalde ¡Por mis pistolas!
Y es que tal parece que el munícipe chapulín (perteneció al PRI, al PVEM, a Morena, etc., que se acumule en la semana), está empecinado a no escuchar a la gente y hacer las cosas como “mejor le convenga” en el tema de Grupo MAS y del sindicato del extinto SAS.
Desde hace ya un par de semanas, frente al palacio municipal de Medellín tiene un plantón de extrabajadores del extinto SAS, a quienes ha ignorado en los 10 días que llevan exigiendo una respuesta a sus demandas.
Pero como era de esperarse en políticos de la más baja ralea, el infausto alcalde ¡por mis pistolas! pretende quedar bien “con Dios y con el Diablo”. Mientras al Grupo MAS le endulza el oído afirmando que puede tener bajo control al sindicato del extinto SAS a cambio de la liquidación del personal, y a estos, les asegura que está haciendo lo legalmente posible para echar abajo la concesión a dicha empresa privada. El tipo deja correr el tiempo sin darle solución a dicha problemática.
¡Qué barbaridad! Como dijeran las abuelitas.
Ahora el impresentable alcalde Isleño ha jurado que el ayuntamiento no tiene la capacidad para brindar el servicio de agua, drenaje, alcantarillado y todo lo que tiene que ver con la disposición final de las descargas residuales, quizá esté pensando que, de lograr la concesión para la empresa de los Barquín, Inmobiliaria Medellín pueda sustituir a Grupo MAS y hacerse del servicio en toda la cabecera municipal.
¡Ándale pues… si como no!
El Congreso de Veracruz ya le dijo que su solicitud no pasará, no privatizará el servicio de agua en Lagos de Puente Moreno y Puente Moreno, pero el alcalde ¡por mis pistolas! se mantiene firme en su pretensión que sólo ha recibido el rechazo de los legisladores de Morena, quienes no conciben que un alcalde del movimiento transformador pretenda favorecer a un privado, bloque encabezado por el diputado José Magdaleno Rosales, quien se ha convertido en su dolor de cabeza.
Maleno Rosales ha sido de los pocos representantes populares en conseguir marcar agenda pública, en dar pelea directa a la oposición, esa que encabezan los Yunes del Estero y a quien les ha venido tosiendo de frente.
Isleño el famoso alcalde ¡por mis pistolas! empecinado en hacer las cosas a su modo y conveniencia, se ha ganado ya el rechazo del pueblo, sin duda, se lamentan de haberle dado su confianza en la elección municipal.
Por último, cabe resaltar que el “desencanto” llegó de la mano de un tema tan sensible como el agua, que es vital para la subsistencia de la sociedad.
Ahora si como dice el refrán popular aquí no podrá aplicar “lo del agua, al agua”.
Al tiempo.
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