En un hecho poco usual, el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, coordinador del grupo legislativo mayoritario de Morena en el Congreso local, reprobó el uso de ataúdes en la manifestación contra la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández.
Quien indirectamente asumió la responsabilidad del acto, que provocó una condena general contra su persona y su gobierno, fue el gobernador Cuitláhuac García Jiménez. Trató de justificar el montaje que hicieron, que se tomó como una incitación a la violencia contra las mujeres, diciendo que fue en “sentido figurado”.
Por su parte, el delegado federal de los programas sociales de Bienestar, amigo personal del presidente Andrés Manuel López Obrador, Manuel Huerta, celebró el derecho a manifestarse, pero dijo que se debe ser muy cuidadosos porque la derecha buscará cualquier “mecanismo” para perjudicar el movimiento de AMLO, lo que se entendió como una censura al gobierno cuitlahuista.
Mientras, ayer crecía el llamado y el interés a una marcha en la Ciudad de México el próximo domingo, del Monumento a la Revolución al Zócalo, en defensa de la Constitución y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como reacción al agravio del gobierno de Veracruz contra ocho ministros del máximo tribunal. La convocatoria la están haciendo organizaciones civiles.
“Nada nos va a doblar”, responde ministro a los cuitlahuistas
Anoche, el diario El Universal publicó en su sitio Web que el ministro de la Suprema Corte, Alberto Pérez Dayán, uno de los dos contra quien iba dirigido el mensaje con ataúdes, dijo en la presentación de un libro: “Estamos fuertes y estamos convencidos. En ese sentido, nada nos va a doblar, nada”.
Expresó que “el día que la Constitución cambie y diga otras cosas, haremos que esas cosas se cumplan, pero mientras no estén, haremos que se cumplan las que están, a costa de lo que sea”.
Que Cisneros fue el de la idea
Así, el Poder Legislativo se deslindó del Poder Ejecutivo e hizo que adentro del gobierno, funcionarios que afirman que aprecian al gobernador voltearan a ver al secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien cargó uno de los ataúdes, al que acusan de acelerarlo y meterlo en problemas y de haber sido el autor de la idea.
Funcionarios de Morena, que hablaron con el columnista a condición de que no se les identificara, mencionaron que lo que Cisneros pretendía era llamar la atención en el Palacio Nacional y en la sede del gobierno de la Ciudad de México, ya que cree que él podría ser el candidato a la gubernatura de no llegar la candidata del gobernador, Rocío Nahle.
En buena parte de las columnas políticas, de opinión y de análisis de los medios de la Ciudad de México, entre los caricaturistas más vistos, en los noticieros de radio y televisión, en las redes sociales y en medios locales le llovieron las críticas al gobernador, al que responsabilizaron, aunque integrantes del Sistema Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, lamentaron que el propio secretario Cisneros, quien preside dicho sistema, haya incurrido en apología del delito al haber cargado un ataúd con la imagen de la presidente de la SCJN.
Juan Javier deslindó por completo al Legislativo
El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, aseguró que ningún diputado de su partido estuvo involucrado en el traslado de ataúdes. Dijo que desconocía de quién había sido la idea.
“Yo lo único que te puedo decir es que las manifestaciones que he realizado, este tipo de acciones, siempre han sido de manera pacífica; yo, el diputado Cazarín y los diputados del Congreso del Estado, los que acudieron, ninguno llevó algún ataúd. Desconozco quién lo hizo y no celebro este tipo de acciones”, expresó en declaraciones.
Insistió en que se hacía responsable pero de sus propias acciones, que los diputados ninguno había participado en el traslado de los ataúdes y que su bancada había dado su postura en formal oral. “No sé quién los llevó, pero si yo lo hubiera hecho hubiera pedido disculpas… no me hago responsable por las acciones de nadie más que solamente las propias”.
Cuando le preguntaron si era necesaria una disculpa pública por parte de los funcionarios que participaron cargando el ataúd (Eric Cisneros, entre ellos) respondió que sí, aunque expresó que desconocía quién había participado.
El grupo de diputados locales fue el convocante original a la concentración, pero desde un principio dijo que era en forma pacífica; luego se sumó el gobernador, quien extendió la invitación “al pueblo de México”.
“No se desea la muerte de la ministra”, dice Cuitláhuac
Por su parte, Cuitláhuac García Jiménez trató de minimizar el montaje con ataúdes luego de la lluvia de críticas que recibió: “No se desea la muerte de la ministra, es infantil. Buscan manipular y no decir el sentido real de la manifestación, que no se quiere que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se conforme como actualmente se hace porque sus decisiones son alejadas del pueblo”.
AMLO lo celebra
En su conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador, sin que le preguntaran sobre el tema pero aprovechando que le preguntaron sobre la escasez de agua en Coatzacoalcos y Minatitlán por la toma que hacen ejidatarios de la presa Yuribia, salió, una vez más, en defensa del gobernador.
“En el caso de Veracruz tienen un extraordinario gobernador. Ahora muy atacado en estos días porque convocó a una manifestación para protestar por la corrupción de jueces, lo hizo bien; sin embargo, se le lanzaron muy fuerte”, reconoció.
Prosiguió: “Pero ya llevaba mucho tiempo, para decirlo breve, rápido, que no se tenía en Veracruz un gobernador como Cuitláhuac García. Se había padecido de gobernadores corruptos, irresponsables, mediocres, uno tras otro”.
Continuó con su perorata: “Y ahora llega Cuitláhuac y es distinto. Nada más para decirlo con mucha claridad, no es ‘rata’, no es corrupto, y eso hace la diferencia, porque un buen gobierno depende en más del 90 por ciento de la honestidad de los gobernantes, ya todo lo demás es accesorio, es complementario. Lo importante es la honestidad”.
“Si llega un gobernador con el único propósito de robar, imagínense que se puede hacer. Y eso es lo que pasaba en Veracruz, un estado rico con pueblo pobre, porque todo se lo robaban. Grandes residencias en México, en el extranjero yates, aviones. Una vergüenza”.
Remató: “Por eso estoy muy contento con los paisanos veracruzanos, porque demostraron que no se dejan chorear. Ya llevaban algún tiempo y yo decía: ¿Qué pasa, si este pueblo es de los más avispados de México? ¿Cómo es que se dejan jugar el dedo en la boca? ¿Cómo es que se dedican a aplaudir, si los están saqueando? Y, bueno, como decía Lincoln: ‘Al pueblo se le puede engañar una vez, dos veces, pero no se le puede engañar toda la vida’. Lo celebro”.
“Un ataúd es un ataúd”
En su columna “Política zoom” que publica en Milenio, el también escritor Ricardo Raphael preguntó: “¿Cuál habría sido la reacción del presidente Andrés Manuel López Obrador si un gobernador de la oposición cargara un féretro representando al general Luis Cresencio Sandoval y lo depositara frente a la Secretaría de la Defensa Nacional?
Dijo que los ataúdes que Cuitláhuac expuso frente al edificio de la SCJN “representan un mensaje muy violento”, que se trataba de un féretro para contener un cuerpo sin vida y que fueron funcionarios públicos de su gobierno “quienes arrojaron ese deseo de muerte contra las y los ministros”, mencionando por su nombre a Eric Cisneros.
Concluyó su texto: “Zoom: Cuitláhuac García es vocero poderoso de un grupo que, en efecto, desearía ver descansando en paz —no solo metafórica, sino literalmente— a sus adversarios. Si hoy son las y los ministros, mañana podría ser cualquier otra persona: ese es el verdadero mensaje”.