El lunes, los Estados Unidos divulgaron un informe con detalles acerca de sus ojivas nucleares, instando a Rusia a reintegrarse al pacto START.
Según un comunicado del Departamento de Estado, para el 1 de marzo, los Estados Unidos habían desplegado 662 misiles balísticos intercontinentales, incluyendo los misiles que se encuentran en submarinos y bombarderos, con 1.419 cabezas nucleares y 800 lanzadores.
El comunicado, emitido por el gobierno del presidente Joe Biden, justificaba la publicación de la lista como una muestra de su transparencia y su “compromiso con una conducta nuclear responsable”.
El tratado, firmado en 2010, pone un límite al número de ojivas nucleares de largo alcance que cada nación puede desplegar, estableciendo un tope de 1.550.
Los Estados Unidos criticaron a Rusia por no cumplir con su responsabilidad de revelar la cantidad de este tipo de armas que posee, debido a su “injustificada y unilateral” suspensión de participación en el tratado.
“Los Estados Unidos instan a la Federación Rusa a retomar su total cumplimiento con el Nuevo Tratado START y todas las medidas de transparencia y verificación que estabilizan contenidas en él”, destacó el Departamento de Estado en el comunicado.
El 21 de febrero, Putin anunció la suspensión de la adhesión de Rusia al New START, aunque aclaró que Rusia no estaba abandonando el acuerdo, sino que simplemente lo estaba suspendiendo debido a la actitud hostil de los Estados Unidos y su apoyo militar y financiero a Ucrania.
Joe Biden, el presidente de la Casa Blanca, criticó la medida, calificándola de “grave error”.
El tratado, firmado por los entonces presidentes de Estados Unidos y Rusia, Barack Obama y Dmitri Medvédev, también limita el número de vehículos y sistemas de lanzamiento que pueden desplegarse o mantenerse en reserva por Estados Unidos y Rusia. Sin embargo, el aspecto principal del tratado es el sistema de verificación que establece para asegurar el cumplimiento de estos límites.
El tratado fue prorrogado por cinco años en 2021, a pesar de la creciente desconfianza mutua entre los dos países, en medio de acusaciones de interferencia en las elecciones, espionaje y ciberataques.
El New START establece que ambas potencias nucleares pueden tener un máximo de 1.550 ojivas nucleares tácticas cada una, aproximadamente un 30% del límite establecido en 2002. También limita el número de lanzadores y bombarderos pesados a 800, una cantidad que, sin embargo, sigue siendo suficiente para destruir la Tierra varias veces.
El principal objetivo del acuerdo es establecer un sistema de control que se lleva a cabo mediante inspecciones mutuas de los respectivos arsenales, un pilar de la política de desarme denominada “Confía, pero verifica”, defendida por el ex presidente estadounidense Ronald Reagan.