“El mejor profeta del futuro es el pasado.” – Lord Byron.
Una vez más dos personajes sobresalen dentro de la actividad política de Morena en Veracruz, ambos actores políticos se han caracterizados por ser los más eficientes y más fieles operadores del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
El primero, responsable de la Educación en la entidad, demostró en el pasado desfile del Día del Trabajo su músculo al hacerse acompañar de cerca de 25 mil docentes que lo respaldan como parte del movimiento transformador magisterial, mismo que ha cultivado con trabajo a lo largo de los últimos 10 años.
Es así como Zenyanzen Escobar García se erige sin proponérselo como el delfín del mandatario veracruzano en el proceso de sucesión del 2024, pues aun cuando realizan cientos de mediciones por encuestas –que cuchareadas o no- lo colocan como el tercer actor político más conocido en la entidad, y como el tercero en la lista de aspirantes a la gubernatura.
La realidad es que, si Claudia Sheinbaum Pardo llegará a ser la candidata al Gobierno de la República, las posibilidades de que Morena busque en un elemento local un candidato a la gubernatura se elevan, pues se sabe de la entrañable relación entre Rocío Nahle García, secretaria de Energía y la jefa de Gobierno en la Ciudad de México.
Que en una de esas la convoque a sumarse a su campaña y a su inminente gabinete, si es que las encuestas se mantienen con favor a su preferencia. De ser así, seguramente la zaca-veracruzana no podrá negarse y los cielos se le abrirán a alguno de los actores locales entre ellos el propio Zenyanzen Escobar.
Habrá quien señale que si no va Nahle García el bueno será Sergio Gutiérrez Luna, eso habrá que analizarlo a fondo, pues la propia secretaría de Energía operaría para allanar el camino a alguien más a fin a su proyecto en el futuro o con mayor identidad al grupo local.
¿Qué pasaría si en determinado caso, el bueno a la presidencia fuera Marcelo Ebrard? El escenario evidentemente sería otro, pero, aun así, la lógica recaería en la necesidad de apoyar un proyecto local en donde la militancia se identifique y encuentre un canal de comunicación de ida y vuelta.
El otro personaje ha resultado un excelente operador político, que, desde el Congreso Local, ha hecho evidente sus alcances, es Juan Javier Gómez Cazarín, actual presidente de la Junta de Coordinación Política, pues tan solo recientemente se anotó la incorporación a la fracción parlamentaria de su grupo de los ex legisladores del PAN, Othón Hernández Candanedo y Hugo González Saavedra, actual vicepresidente de la Mesa Directiva del Congreso local quienes rompen públicamente con Acción Nacional y ahora abrazan las propuestas del grupo mayoritario de Morena.
Digan lo que digan, señalen lo que señalen, la realidad es que estos dos personajes son y han sido claves en la operación política de Cuitláhuac García, quizá por eso dicen que el pasado 1 de mayo, hubo un moreno –de verdad moreno- que no podía contener su entripado por la muestra muscular de su compañero de gabinete.
Y es que sin mucho brincar se anotaba claramente en el proceso de sucesión y no como el, que valiéndose de artilugios legales pretende acallar y borrar en la prensa notas periodísticas –por la vía electoral- que lo describen de cuerpo entero como un violentador político profesional.
Al tiempo.
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