“El ánimo es la más sana medicina.” – Salomón.
El Diario de Yucatán fue categórico:
“El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habría sufrido un infarto o una complicación cardíaca en el edificio conocido como Casa de la Piedra de la Base Aérea Militar número 8 de Mérida donde acostumbra realizar sus reuniones de evaluación del Tren Maya, según se averiguó.”
La misma nota que comenzó a circular como reguero de pólvora señalaba: “Se disponía a comer antojitos yucatecos que formaron parte del menú del desayuno, que preparan cocineros de la BAM No. 8, cuando se sintió mal y se desvaneció ante el asombro de funcionarios del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y representantes de las empresas que lo acompañaron en ese momento.” https://www.yucatan.com.mx/merida/2023/4/23/amlo-sufre-presunto-infarto-en-merida-400541.html
La presidencia de la República a través de su vocero, Jesús Ramírez no desmintió la versión. Aunque horas más tarde, el presidente a través de su cuenta oficial aseguraba que había vuelto a dar positivo a Covid-19, asegurando que su corazón se encontraba al 100, cuando una cosa, no tendría nada que ver con la otra. https://twitter.com/lopezobrador_/status/1650251352038096902
Pero la nota del Diario de Yucatán contenía más datos, mismos que aparentemente la presidencia no pudo, no puede, ni ha querido desmentir.
“Trascendió que el presidente López Obrador quedó como si estuviera inconsciente, lo que causó gran preocupación de su equipo de seguridad y cercanos colaboradores.”
“Los mandos militares que lo acompañaron de inmediato ordenaron la movilización del avión Learjet con matrícula 5214 de la Fuerza Armada Mexicana, que salió de la pista de la base aérea rumbo al aeropuerto de Ciudad de México donde se preparó una ambulancia aérea que lo trasladó del aeropuerto capitalino al Hospital Central Militar, una institución médica de tercer nivel altamente especializada y que pertenece a la Secretaría de la Defensa Nacional.”
“De acuerdo con la información recabada, el avión Learjet salió de la BAM No. 8 aproximadamente a las 11:10 de la mañana y llegó al aeropuerto de Ciudad de México a las 12:45 del día.”
De ser cierta toda esta información, resulta extraña la versión de un vídeo donde aparentemente el presidente desaloja la sede del Hotel donde había pernoctado para trasladarse a la base militar, el cual apareció minutos después de darse a conocer la versión del infarto, como intentando calmar las versiones de ausencia física del presidente.
Lo cierto es que, al cierre de esta columna, la falta de información oficial de primer nivel sobre el estado de salud del dignatario y la ausencia de un vídeo donde se le vea vivo, han generado toda clase de especulaciones.
Meses atrás se habría venido construyendo la versión de que el presidente López Obrador solicitará licencia a la presidencia por su precario estado de salud, dejando a cargo al secretario Adán Augusto López Hernández, quien sería por mandato constitucional quien asumiera las funciones del Ejecutivo, según señala el artículo 84 de la Carta Magna.
Esa misma versión apuntaba, a que, bajo ese escenario, el presidente López Obrador estaría en condiciones para poder recorrer el país y hacer campaña abiertamente en favor de su corcholata favorita, Claudia Sheinbaum Pardo, de ser así, solo en el círculo más íntimo del presidente saben la verdad.
¿A quién conviene la extraña condición del presidente? La realidad es que, a nadie, nos guste o no, es el presidente de todos los mexicanos, y deseamos que se restablezca, porque se quiera o no, su ausencia nos afecta a todos como nación.
Al tiempo.
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