Supongo que, independientemente de las preferencias políticas de cada quien, en el gobierno de la 4T ponen por encima de todo el entendimiento institucional, a partir del respeto de los actores de acuerdo a sus niveles, guardando todas las formas.
También supongo que como eje articulador de ese entendimiento está el presidente, jefe de las instituciones, pero también jefe político de todos los morenistas, ya sean alcaldes, diputados, senadores, gobernadores o jefes de manzana.
Por eso supongo que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, notificó al gobernador Cuitláhuac García Jiménez que visitaría ayer el estado para poner en marcha una obra de inversión cuantiosa y que le corrió la invitación para que lo acompañara.
Todas esas suposiciones se debieron haber cumplido si el gobierno guinda funcionara en un plano de normalidad política, pero parece que no es así, que algo está o anda mal porque afloran detalles que hacen pensar que no hay la articulación debida entre sus integrantes.
Por ejemplo, no es normal que el gobernador no haya estado presente ayer en el acto en que el tabasqueño puso la primera piedra de la Terminal Química Puerto México, en Coatzacoalcos, en la que se invertirán 400 millones de dólares –se dijo que en total serán 8 mil millones– y se generarán 2 mil empleos temporales durante la etapa de construcción y 200 directos.
El monto no es cualquier bicoca y su impacto social es de mucha significación por el beneficio que representa la derrama económica para miles de familias del sur del estado o las que lleguen porque algunos de sus integrantes vayan a trabajar ahí, pero también para el comercio, las empresas y la industria local y regional.
Si el titular de Gobernación no invitó al gobernador, entonces constituye una falta de respeto a su investidura y como anfitrión, un acto impolítico que rompió con el protocolo obligado, una falta al comportamiento institucional, más cuando ambos actores son del mismo partido político.
Pero si Adán Augusto invitó a Cuitláhuac, pero este lo desairó no asistiendo con cualquier pretexto, entonces fue un agravio para el responsable del manejo de los asuntos políticos del país, además porque, de acuerdo a la información oficial que se manejó del acto, trajo la representación presidencial, o sea, García Jiménez habría cometido una grosería con quien se supone es su jefe político, pero también su patrocinador y protector, Andrés Manuel López Obrador.
El acto revestía la mayor importancia por lo que representa para beneficio de la zona sur del estado, pero, sobre todo, porque la obra se considera la primera inversión dentro del polo de desarrollo del Corredor Interoceánico del Istmo, uno de los proyectos emblemas del gobierno obradorista en todo su sexenio.
La presencia de Rocío Nahle se consideraba obligada y normal porque la nueva terminal química cae dentro de su sector y porque además de secretaría de Energía se supone que es vecina del área con residencia en Coatzacoalcos, además de que algún tiempo trabajó en ese amplio espacio de complejos petroquímicos.
La ausencia de ambos fue muy notoria y cabe pensar que gobernador y secretaria no saben o no pueden o no quieren, o las tres cosas juntas, deslindar el terreno político del institucional y que les gana el hígado, porque la única explicación posible, a ojos vista, es que no asistieron porque iba a estar presente, como lo estuvo, el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, quien le disputa la candidatura de Morena a la gubernatura a la ingeniera zacatecana y quien es cobijado por el secretario de Gobernación.
La de ayer fue una gran oportunidad para Rocío y Cuitláhuac de dar muestras de madurez política, estrecharse las manos tanto con Adán Augusto como con Sergio, para mostrarle a propios y extraños que trabajan políticamente para una sola causa, la de la Cuarta Transformación, que no hay división entre ellos, menos malquerencias (el gobernador ha desconocido en declaraciones al diputado oriundo de Minatitlán) y que gane quien gane la candidatura respetarán el resultado y trabajarán juntos. Pero resulta que ni gobernador ni funcionaria federal estuvieron en el acto.
¿Y si no asistieron porque el titular de Gobernación no los invito? ¡Uf! Cabe la posibilidad de que López Hernández haya decidido ignorarlos a propósito tanto porque apoyan a su rival en la disputa por la candidatura presidencial, Claudia Sheinbaum, como porque combaten a su candidato a la gubernatura Gutiérrez Luna.
Quiero creer que Adán Augusto es capaz de eso, más todavía luego de que vimos cómo no se tentó el corazón para tratar de responsabilizar por la muerte de los migrantes en Ciudad Juárez a su otro rival político Marcelo Ebrard, quien también busca la candidatura de Morena a la presidencia.
El tabasqueño, sin ningún recato, se le fue encima y de frente con el hacha en la mano al canciller para cortarle la cabeza, lo que pintó de cuerpo entero el tamaño de su ambición, o bien porque se siente muy seguro de que el presidente ya le dijo que Sheinbaum se debilita cada vez más y entonces el ungido será él.
Si esto último fuera así, entonces los del palacio de gobierno tendrían que preocuparse porque se enfrentan a una fuerza con más poder que ellos y porque con todo su poder está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias con tal de sacar como candidato a gobernador a Sergio Gutiérrez Luna, incluso desconociéndolos y enfrentándoseles.
Como quiera que sea, por las fotos que vimos, el secretario de Gobernación llenó de abrazos y apapachos al diputado federal como para no dejar ninguna duda del lado de quién está, ¿o es que acaso ya sabe algo sobre la suerte que correrá Sergio y lo que le espera, porque ya se lo dijo su “hermano” el presidente López Obrador? ¿Es que acaso sabe que “Chío” no tendrá buenas cuentas para el 1 de julio y su amigo y paisano la descalificará?
Por lo que hace a Gutiérrez Luna, no para, aunque no hace ruido. Va y viene, sube y baja tejiendo y amarrando alianzas, reuniéndose con lo más variopinto de la sociedad veracruzana, que cada vez más se le suma y le ofrece su apoyo, incluso con actores de partidos políticos de oposición, según he podido ver rostros en fotografías de reuniones privadas.
Cada vez el caldero político se calienta más y la temperatura aumentará y no por el intenso calor primaveral que ya ha llegado. Ya prácticamente estamos en abril y empezarán a correr los noventa o cien días para que Morena haga su primera encuesta a fin de sacar a su candidato a gobernador y todos querrán salir lo mejor posicionados posible, por lo que habrán de apretar el paso.
Por Morena sigo considerando que tanto Sergio como Manuel Huerta, Manuel como Sergio, por el trabajo que han realizado y realizan, tienen altas posibilidades de llegar a la meta con la vara alzada, pero atrás de ellos, o al lado, sin hacer ruido, los acompaña Ricardo Ahued, que no hace campaña abierta, aunque hace campaña trabajando y ofreciendo resultado a los xalapeños. Considero que solo si el presidente se encapricha y no reconoce el resultado de sus tres encuestas que ordenó impondrá a Rocío Nahle, pero entonces tendrá que asumir las consecuencias. Eso creo.