Alrededor de mil zorros, todos empadronados, habitan en Berlín, la capital de Alemania; junto a erizos, castores, conejos, tejones, ardillas, mapaches y todo tipo de aves. Esto forma parte de un plan salvaje para la ciudad.
La capital alemana es un ejemplo de cómo las ciudades pueden integrar a la naturaleza, coexistiendo y beneficiándose de ella.
Un tercio de la ciudad está ocupado ya, por zonas verdes, que son gestionadas intencionadamente para favorecer la biodiversidad para permitir la vida salvaje, formando parte de un diseño de corredores ecológicos que permiten que la fauna pueda cruzar la ciudad de forma segura e integrarse en ella.
Además de los efectos beneficiosos para la salud y el bienestar de los vecinos por el contacto con la naturaleza, es una ayuda importante en la carrera por conseguir aire limpio en la ciudad; más árboles, menos contaminación, más biodiversidad, más captura de CO2 y menos calor asfixiante en verano. Los suelos vivos retienen el agua y cada árbol, además de dar sombra, libera cientos de litros de vapor de agua al día.
Otras ciudades también están comenzando a re naturalizar sus calles y avenidas.
China ha emprendido un mega plan para incrementar drásticamente el verde en sus ciudades como forma de limpiar el aire y combatir el calor extremo.
El llamado sistema de bosques urbanos que ya ha plantado más de cien millones de árboles dentro de las ciudades, a la vez están multiplicando las cubiertas verdes y los huertos urbanos como objetivo nacional estratégico. Devolver espacio a la naturaleza es la mejor solución posible.
Madrid ha convertido en 7 años un canal yermo en un maravilloso río salvaje lleno de vida. Pudiendo observar en plena ciudad, nutrias, garzas o martines pescadores.
“La naturaleza solo necesitaba una oportunidad para regresar”, dice Fernando padilla farfán.
Paris está eliminando espacios para el coche y reverdeciéndose de forma inédita.
Nueva york se está llenando de huertos urbanos para alimentar a los ciudadanos de la gran manzana, y Barcelona está implementando una red de ejes verdes peatonales que van a conectar los ecosistemas que rodean la ciudad, multiplicando los parques y los espacios públicos y permitiendo a la naturaleza a formar parte de la vida de la ciudad, como aliada inmejorable ante el calor extremo y la contaminación del aire.
Verdes, frescas, con sombra, con espacios de encuentro, sin humos tóxicos, integrando a la naturaleza salvaje; peatonales, ciclistas, con transporte público, con huertos urbanos y espacios de encuentro y zonas verdes.
Las ciudades del futuro están llegando, son parte imprescindible de la solución y nos van a cambiar la vida para bien. Para convertir el futuro en presente. Es el momento de empujar.
#fernandopadillafarfan