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Muere mexicano, veracruzano ilustre y el Gobierno lo ignora

by Arturo Reyes Isidoro

Falleció ayer un mexicano ilustre, veracruzano, el historiador Enrique Florescano, a quien el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto, calificó, más que merecidamente, como “el gran historiador de México de todos los tiempos”.

 

Lo conozco por algunas de sus obras, imprescindibles para conocer nuestra historia, pero lo conocí también en la década de los años setenta cuando iba al Diario de Xalapa a saludar y a platicar con su amigo Froylán Flores Cancela, subdirector, y yo era un joven reportero.

 

Era originario de Coscomatepec y se formó en nuestra gloriosa Universidad Veracruzana. En su campo, daba lustre al nombre de Veracruz, como lo dieron también otros veracruzanos destacables como Gonzalo Aguirre Beltrán, Sergio Pitol (por derecho propio), Emilio Carballido, Jesús Reyes Heroles, Rafael Velasco Fernández, a quienes vi alguna vez transitar por las calles de Xalapa (a algunos los entrevisté).

 

Es muy extensa su biografía. Ganó premios y reconocimientos no solo en el país sino también en el extranjero, como haber sido nombrado Caballero de L’Ordre National du Mérite del gobierno de Francia y haber impartido la Cátedra Simón Bolívar de la Universidad de Cambridge.

 

Como debía, la Universidad Veracruzana lamentó el deceso y recordó que formó parte de la Junta de Gobierno de 2005 a 2010 y que fue condecorado con el Doctorado Honoris Causa. Lo calificó como “distinguido humanista”.

 

Pero este distinguido humanista (sin comillas), este gran historiador de México de todos los tiempos, este veracruzano ilustre, sin duda alguna, no mereció ningún mensaje de reconocimiento in memoriam del gobierno del estado, que ni siquiera publicó una esquela de condolencia dirigida a la comunidad universitaria por la pérdida de uno de los suyos, fuera de serie.

 

Cuánta indolencia oficial, cuánto desinterés por un veracruzano preclaro, cuánto descuido (si es que no se enteraron del hecho, que son muy capaces), cuánta falta de nobleza de espíritu, cuánta falta de solidaridad, cuánta mezquindad.

 

Qué terrible (iba yo a poner valemadrismo pero a algunos puede sonar muy fuerte); qué terrible desidia de la autoridad estatal; qué lamentable, y reprobable, porque el gobernador presume en su cuenta de Facebook que es “profesor universitario” (de la UV); que pena que no honre el sentido del compañerismo.

 

Aun suponiendo que el gobernador no sepa quién fue el doctor Florescano, lo que sería imperdonable, alguien de su gobierno debe saber leer y escribir y le debió haber dicho, lo debió haber alertado, pero ya lo dice muy bien el proverbio español, lo que natura no da Salamanca no presta.

 

Lo he dicho alguna vez aquí, yo fui de los que votó en 2018 por López Obrador, por Cuitláhuac García Jiménez. Hoy, antes de que concluyan sus mandatos tengo que aceptar, sin ningún pretexto, que me equivoqué, terriblemente me equivoqué.

 

En el Congreso, al menos ofrecen misa por uno de los suyos

 

Al menos, el Congreso local ofreció ayer en una parroquia de Xalapa una misa por el eterno descanso de Alexis Sánchez García.

 

Es lo menos que podía haber dispuesto el líder del control camaral Juan Javier Gómez Cazarín, pues el occiso era el secretario de Servicios Legislativos, hombre cercano a él y, de acuerdo a quienes conocen la vida interna del Congreso, su amigo.

 

En mi opinión, eso fue mejor a que saliera a rasgarse las vestiduras y a vociferar que el crimen no quedará impune, que se hará justicia, que su asesinato fue un caso aislado, que en Veracruz no hay violencia ni inseguridad, que están bajando los índices delictivos y un larguísimo etcétera de pretextos.

 

Sí hubiera estado bien que como representante popular, del pueblo, pues (es un decir) alzara la voz y reclamara y exigiera a la Fiscalía General del Estado una investigación seria y expedita para dar con el o los responsables.

 

Y hubiera estado bien también que exigiera, en nombre de todos los veracruzanos, al secretario de Seguridad Pública, Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, que haga su chamba y que nos garantice seguridad en nuestras vidas y en nuestros bienes.

 

En mayo de 2022, Juan Javier denunció públicamente actos de corrupción de policías de Tránsito ante el propio titular de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado entonces, dijo que él mismo había tenido que llamarle en horas de la madrugada para denunciar los asaltos de sus uniformados y que si bien lo había atendido, “quiero que esa atención sea siempre para el pueblo, no para un diputado”.

 

La violencia y la inseguridad están a todo lo que da en el estado, Veracruz se baña en sangre prácticamente todos los días y mientras el gobernador Cuitláhuac García Jiménez publica en Facebook una foto suya divirtiéndose en bicicleta deportiva (de lujo, costosa) porque, dice, se está preparando para una “rodada” el próximo sábado, y en otra aparece al lado de una moto también deportiva, mientras que el secretario de Gobierno Eric Cisneros se pasea por todo el estado en una motocicleta de lujo, haciendo una “Rodada del Orgullo Veracruzano”.

 

Qué decepción que sean para ellos prioridad sus “rodadas” mientras los medios nos informan de hechos y más hechos de sangre. Por lo menos debieran ser discretos si es que consideran actos de gobierno andarse paseando y divirtiendo a costa del erario, porque viven del pago de nuestros impuestos.

 

Cómo recuerdo que en el primer acto de su campaña como candidato a gobernador, en su pueblo Paso de Ovejas, don Agustín Acosta Lagunes proclamó que su tiempo era el tiempo de los veracruzanos, a los que honró dedicándose a servirles de tiempo completo y ni siquiera nunca, nunca llegó retrasado a un acto que hubiera programado.

 

 

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