El adusto Augusto en vez de estar trabajando anda de destapador. Con un pésimo sentido del humor dió en Veracruz la peor de sus actuaciones políticas. Acompañado de dos honestos, impolutos, prestigiados políticos de barriada como Javier Herrera Borunda y el Pato Silva ungió a otro de la misma ralea el mediocre Sergio Gutiérrez Luna. Lo acarició como si ya fuera presidente de la república- que él tanto anhela- y lo nombró como el proximo gobernador de Veracruz. Sin cambiarle ni una coma ni un punto, al igual que el tlatoani. El “Gutierritos” jarocho estuvo a punto de un infarto. Su alegría desmedida solo comparada con la del secretario de gobernación en su primer acto como mandatario. Se entiende está modalidad antes llamada “el tapado hoy nombrada “corcholata”. Cómo en los buenos tiempos del PRI los acarreados gritaban eufóricos “gobernador, gobernado!” Lo más destacable de Gutiérrez Luna es haberse echado una cascarita con un futbolista veracruzano en el Congreso- antes recinto sagrado- donde imaginamos las caras de los grandes hombres que nos dieron Patria y Libertad y tienen ahí grabados sus nombres en oro. La putrefacta clase política nacional, nunca había alcanzado lo que hoy MORENA: demasiada desvergüenza, cinismo, prepotencia, soberbia, locura, insensatez, ignorancia, vandalismo al extremo. Este circo de cuarta ya sobrepasó toda pulcritud. Imaginamos la cara de Nahle y Sheinbaum que perdieron su oportunidad de facto. Vaya canibalismo. La segunda corcholata, se puede ir mucho al rancho de Obrador. En Veracruz estamos cansados de gobernantes corruptos e ineptos.