TERRITORIO RICO A LA DERIVA.

En días pasados recibí por las redes sociales un video, el cual detallaba muchísimas de las bellezas que se pueden encontrar a lo largo y ancho, de nuestro territorio mexicano, en el que se menciona que es el país número uno en América con lugares declarados patrimonio mundial natural; que cuenta con 27 sitios que son patrimonio cultural de la humanidad y su gastronomía que, también ha sido declarada patrimonio cultural de la humanidad. Ni hablar de los sitios turísticos que son los más visitados en el mundo entero.

Efectivamente, existen lugares de nuestro territorio que han sido manejados en forma conveniente por sus habitantes y gobernantes, en donde por sus calles aún es posible transitar tranquilamente, gozando de las bellezas de sus paisajes y alrededores. Admirando en algunas partes los ornamentos que a propósito fueron incorporados para embellecer los entornos.

Mientras que en otros lugares lo bello se destruye, pero además se ahuyenta a los visitantes. Como en mi querido Durango, en donde cualquier visitante que, aunque solo estuviera de paso, por el simple hecho de circular con un vehículo con placas de otros estados, son presa de los policías de vialidad, a quienes les inventan miles de infracciones y se tienen que mochar forzosamente con ellos, quedando convidados a no volver por nuestras polvosas calles de esta ciudad.

Además, si traen sus vehículos placas de Estados Unidos, con mayor razón son importunados por nuestros policías viales, pero estas personas son explotadas hasta en los comercios, en donde un simple refresco, se los cargan a 300 pesos.

Actualmente nos seduce el síndrome del miedo, ante el peligro de visitar algunas ciudades en donde la inseguridad es el pan nuestro de cada día, que nos hace preferir quedarnos en casa y no salir ni siquiera de noche a la tienda de la esquina. Estoy enterándome que, hasta para transitar en la dizque super carretera Durango – Mazatlán, ya están asaltando de nuevo. Pero debemos considerar que casi 6 mil elementos de la guardia nacional realizan su función de teatro en el metro de la Ciudad de México, aunque los lugares y ciudades en donde de verdad hace falta reforzar la seguridad brillen por su ausencia.

Todo esto me recuerda una caricatura de Abel Quezada, quien por los años setenta la intituló “La Tierra y sus Dueños” indicando que, estando Dios, haciendo el universo, llamó a su ayudante y le ordenó: “A este lugar (Señalando al territorio mexicano) me le pones mucho oro, mucha plata, Mucho uranio, mucho petróleo, mucho maíz, bellas montañas, hermosos ríos, extensos campos para el ganado y la agricultura, y enormes bosques”. El ayudante sorprendido, le dijo: “Pero Señor: ¿No crees que es demasiado? ¿No crees que es injusto darle a esta región más que a otras?” Y el Señor le respondió: “No te preocupes: para que se empareje vas a ver la clase de habitantes que le pongo” – Y les puso a los mexicanos.

Cada vez nos lamentamos más de que exista tanta gente difícil, malos educadores, burócratas que le buscan mil problemas a una solución. Personas sin educación y sin cultura, gobernantes egoístas, vengativos e ignorantes, quienes con sus traumas mentales son más necios y negligentes, retrasando el progreso de todo y malversando toda la riqueza natural de la cual pudiéramos vivir satisfactoriamente, mientras la ciudadanía sigue nadando en el lodazal de la ignominia, no obstante, se tenga un territorio rico que ha servido para beneficio de pocos y ningún provecho para sus habitantes.

 

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