Inicio ColumnasViernes Contemporáneo Inicia juicio de García Luna y casualmente el Chapo le manda un mensaje a López Obrador; quiere regresar a México. ¿Qué pasaría si no?

Inicia juicio de García Luna y casualmente el Chapo le manda un mensaje a López Obrador; quiere regresar a México. ¿Qué pasaría si no?

by Armando Ortiz

Inicia juicio de García Luna y casualmente el Chapo le manda un mensaje a López Obrador; quiere regresar a México. ¿Qué pasaría si no?

Dicen que en política las casualidades no existen, si acaso las causalidades. Este 17 de enero inició el juicio en contra de Genaro García Luna; el juicio empieza con la selección del jurado. Este juicio tiene nerviosos a muchos, pues se espera que García Luna dé a conocer nombres de aquellos que estuvieron o están implicados con el crimen organizado. Ese mismo día, al finalizar la conferencia mañanera, al presidente le preguntaron sobre una supuesta petición de Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo. La respuesta del presidente fue breve: “No he visto, pero vamos a ver”. ¿Qué le pide el Chao al presidente? Le pide que lo regresen a una cárcel mexicana. Entrevistado por Ciro Gómez Leyva el abogado del Chapo leyó parte de una carta: “Nunca ha visto la luz del Sol en seis años en prisión, la comida es de pésima calidad, no ha recibido visitas más que tres, mientras que a los demás presos los dejan ver a sus familias cinco o seis veces al mes”. Para muchos el mensaje de el Chapo al presidente, justo el día que inicia el juicio contra García Luna, no es casualidad. Señala César A. Sandoval en Twitter: “El mensaje que El Chapo le envió a @lopezobrador_ no es un mensaje sino un aviso… Es el inicio del juicio de García Luna en EEUU, y no es coincidencia… El Cartel de Sinaloa advierte a @lopezobrador_ que sabe mucho, y que tiene evidencias de las aportaciones”. Mucho se ha escrito sobre la relación de Morena, el partido del presidente, con el crimen organizado; se habla de cómo el narco ayudó en las elecciones a Morena para colocar a los gobernadores en estados donde ellos tienen el control.

Emilio Lozoya ya era rico, pero quiso serlo más robando al erario público. Ahora la madre, embarrada en el asunto, pide compasión

Emilio Lozoya Austin ya era rico. Su padre es Emilio José Lozoya Thalmann, quien en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari fue director general del ISSSTE y secretario de Energía. Lozoya estaba en la campaña de Enrique Peña Nieto, como enlace de los apoyos externos. Ahí conoció a la gente de Odebrecht. De acuerdo con funcionarios implicados en os sobornos de la empresa brasileña, Odebrecht entregó 10 millones de dólares para la campaña de Peña Nieto. En adelante, y con el favor del presidente, Lozoya fue director de PEMEX donde siguió robando más y más. Cómo ya no tenía dónde esconder tanto saqueó, Lozoya Austin involucró a la familia. Utilizó a su hermana y a su madre como prestanombres, depositando en cuentas a nombre de ellas transferencias millonarias. Ahora, la madre de Lozoya Austin, una mujer de 71 años, pide clemencia, apela al sentido humano y a la justicia del presidente López Obrador. Señala en su carta la señora Gilda Margarita Austin y Solís que su hijo “ha ofrecido pagar lo que las autoridades le exigen poniendo en garantía mi casa donde he vivido 47 años y otras propiedades de mi familia que hemos adquirido a lo largo de varias generaciones, por lo que pido se tome una decisión al respecto, ya que he estado en cinco prisiones alemanas y mil días de prisión domiciliaria sin ver a mi hijo y a mis nietos”. Por supuesto, cuando su hijo le propuso abrir cuentas a su nombre para depositar el dinero del saqueo, la señora Gilda Margarita no se puso a pensar en el delito que estaba haciendo a su hijo. Ahora sólo le queda suplicar.

Se les cae el celular en las vías del Metro. La Guardia Nacional, en vez de auxiliarlos, los detiene y acusa de “Ataques a las vías de comunicación”

¡Cuidado! Si va usted a la Ciudad de México y decide tomar el Metro, trate de tener todas sus cosas bien agarradas, pues si se le cae un bolígrafo, una bufanda o una lata de Coca Cola, de inmediato elementos de la Guardia Nacional irán sobre usted, lo inmovilizarán, le tomarán foto como a cualquier bandido y lo acusarán de “Ataques a las vías de comunicación”; acusación que se impone a los terroristas. Esto fue lo que pasó a un grupo de jóvenes, quienes por descuido se les cayó el teléfono celular a las vías del tren. Los elementos de la Guardia Nacional, en lugar de auxiliar a los jóvenes para que recuperaran su aparato de telefonía, los amagaron, los fotografiaron como a delincuentes y se los llevaron para entregarlos al ministerio público, acusados de “Ataques a las vías de comunicación”. Afortunadamente, en la Fiscalía todavía quedan personas sensatas y cuando les llevaron a los jóvenes y se dieron cuenta de qué los acusaban o por qué los acusaban, los dejaron en libertad; esperamos que les hayan pedido disculpas y les hayan devuelto el teléfono celular. Así están los elementos de la Guardia Nacional, que han detenido a personas porque se les cayó la bufanda o porque se les cayó el refresco de lata que iban tomando. La orden del gobierno federal, de la misma Claudia Sheinbaum, es detener a cualquiera, hasta descubrir a los supuestos saboteadores. En lugar de eso, deberían ponerse a dar mantenimiento a los trenes, pues esa es la razón de tanto accidente en el Metro de la Ciudad de México.

Armando Ortiz                                               Twitter: @aortiz52                             @lbajopalabra

 

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