El trabajo social que debe hacerse para aliviar la desigualdad económica y que contribuya al abatimiento de las causas
de la pobreza en México -rural y urbana- en estas fechas, las esquinas de calles y avenidas, así como en cruceros de alta densidad vehicular y movilidad, resultan una fotografía triste en época de fiestas decembrinas, que obliga a su revisión y atención por las instituciones públicas y privadas.
A veces nos detenemos al observar el drama de la migración indígena y hasta de otros países que cruzan México en ruta a la Unión Americana, que abordan a quienes transitamos por la ciudad.
El hambre y la falta de trabajo combinan y forman lo que se conoce como crisis económica, y que en algunos casos nos lleva a observar en las calles a quienes buscan sobrevivir y no delinquir.
En el recorrido diario por diversas calles y zonas de nuestra capital veracruzana y sobre todo en esta época del año, nos resulta imposible no visualizar el amplio y profundo incremento en el número de niños y niñas -siempre acompañados de adultas- quienes se acercan a los autos mientras lo permiten semáforos, pidiendo su “aguinaldo” tras entonar los cánticos de “la tradicional rama”.
Les he preguntado de dónde vienen o son y la respuesta es que bajan de Las Vigas y San Juan del Monte, región alta y vecina, y parte del cinturón verde de Xalapa que conforman los municipios y las localidades cercanas.
El termómetro de la pobreza por falta de alimento y oportunidades en áreas tan cercanas a Xalapa, debe llevar a las autoridades en materia de desarrollo social y atención a población vulnerable en su conjunto, a revisar y atender ese universo de comunidades que viajan a la capital con el único objetivo de trabajar y juntar un poco de dinero que les sirva para cubrir sus necesidades básicas y así regresar a su anhelado hogar con algo y pasar una mejor noche buena, al menos. Aunque, esta situación impera más allá de la capital veracruzana.
Las edades de los menores observados es de entre meses de nacido al estar en los brazos de mayores y quizá otros que reflejan no tener más de diez cumplidos, pero todos buscan obtener centavos para el hogar al menos.
Reflejan que salen a muy temprana hora de donde provienen y buscan hacerlo, y así encontrar el mejor crucero donde unos ofrecen algo de venta y mientras también cantan con cierta rapidez para invitar a quienes transitan por el lugar y encontrar en ellos una ayuda bondadosa según la generosidad de quien baja el cristal del auto y extiende la mano con unos centavos para ellos.
Sin duda la pobreza requiere atención del sector público y privado, de políticos y activistas, de todos, pues las acciones por pequeñas que parezcan cuentan y mucho. Toda iniciativa nunca sobra y siempre falta, más ante un complejo problema que demanda tareas de toda la sociedad con solidaridad.
Quien y quienes podamos aportar algo en una esquina Xalapeña u otra ciudad que alivie a la pobreza de quienes están a la vista y tocan a la ventana del auto en busca del sustento para el hogar, les pido su solidaridad en lo posible.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
El agua limpia no se hizo para los que son marranos.” Esto va con el Portero Argentino Campeón del Mundo en Qatar, Damián Emiliano «Dibu» Martínez, pues muy bien decía Wiliiam Shakespeare, No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande. Esto último parece ir con el futbolista.
¡ ES CUANTO !