Si uno se asoma a la hoja curricular de Gerardo Díaz Morales, titular de la Secretaría de Salud, se dará cuenta que ha hecho méritos más que suficientes para ocupar esa cartera. Ha sido asesor del mandatario estatal, ¿en qué? quién sabe. Pero además, ha fungido como su representante en distintos eventos públicos. ¡Y qué eventos!
A principios de 2019 acudió a una graduación de Auxiliares Examinadoras Táctiles para Manos que Salvan Vidas México, en representación de Cuitláhuac García. En mayo de ese año acudió a un evento en la Clínica del ISSSTE de Xalapa, donde se entregaron 18 mil piezas de ropa hospitalaria.
Su hojita curricular agrega: “Este año acudió como representante del Ejecutivo en Veracruz al Segundo Informe de Labores 2021 y Programa de Trabajo 2022 de María de Lourdes Carranza Bernal, representante del Instituto Mexicano del Seguro Social en Veracruz Norte. También ha participado en manifestaciones en las que pacientes y familiares de estos reclamaron la falta de medicamentos en el Centro Estatal de Cancerología ‘Miguel Dorantes Mesa’”. Y listo, con eso tuvo el señor para ser el médico de los veracruzanos.
Ni una especialidad, ni un simposio, ni una cátedra. Nada de nada. La hojita curricular no dice ni cuándo ni dónde nació, sólo que se graduó como médico cirujano en la Universidad Veracruzana en 1982.
Don Gerardo es una persona de la tercera edad que por obvias razones comienza a pasar aceite, tan es así que tuvo que ser nebulizado antes de la comparecencia a la que llegó tosiendo y con neumonía, lo que me pareció un triple atentado.
Uno, la comparecencia debió suspenderse o hacerse a distancia porque a la edad del señor hasta un catarro puede ser mortal. Dos, no me explico cómo es que siendo médico cirujano ignore que la neumonía se dispara a fines de otoño y todo el invierno por las bajas temperaturas. Y tres, tampoco se puso a pensar en el contagiadero que puede trasmitir a quienes estuvieron cerca de él. ¿Qué tal si en lugar de neumonía es coronavirus?
Nada tenía que hacer en el Congreso cuando el sentido común recomienda reposo en cama.
¿Qué lo movería a asistir? ¿El sentido del deber? Quién sabe. Quizá la verdadera causa es que nunca había sido el centro de atención como ayer y pudo más su ego que la neumonía.
Con apenas seis meses en el cargo, Díaz Morales leyó con cierta dificultad el informe que le prepararon sus asesores plagado de cifras alegres y donde el hospital de Perote volvió a ser el caballito de batalla con el que ha presumido el gobierno estatal de julio para acá. ¿Ya no se inundará como se inundó horas después de su inauguración?
Tan novato está don Gerardo que abrió tamaños ojos cuando el diputado del PRI, Marlon Ramírez Marín, puso de su conocimiento que la Secretaría de Salud le entregó 33 contratos por un monto de 62 millones de pesos a la señora Araly Rodriguez Vez, una mujer que aparte de trabajar en la SEV cobrando 7 mil 200 pesos, firmó otro contrato por 40 millones de pesos por la venta de uniformes a la Secretaría de Seguridad Pública.
Es decir, esta mujer que cobra un sueldo muy modesto en una dependencia pública, ha hecho negocios por más de 100 millones de pesos con dos de las secretarías más importantes del estado.
Marlon le entregó un sobre con cincuenta preguntas que el secretario de Salud se comprometió responder en 48 horas y fue más allá. “Lo invito a mi oficina para que platiquemos de estos temas” le dijo al diputado tricolor que de inmediato le tomó la palabra.
Pero esa reunión difícilmente se concretará. Puedes apostar lector a que saliendo de la comparecencia le hablaron de arriba para ordenarle que la cancele y obedecerá.
No sé por qué pero me late que a Gerardo Díaz Morales lo pusieron en la Secretaría de Salud para que pague los platos que rompió su antecesor Roberto Ramos Alor, un truhan que debería estar respondiendo ante un juez al menos por desvío de recursos y latrocinio.
Ojalá no le pase lo que a Antonio Gómez Pelegrín, el sexto titular de Sefiplan en tiempos de Javier Duarte, al que sin ser un santo quisieron cargarle los muertos de ese sexenio infausto y lo metieron un año en prisión.
Pienso que don Gerardo Díaz está a tiempo de decir “con permiso y ahí nos vemos” y regresar a asesorar y representar al señor gobernador, en lugar de sufrir sofocones, sudar calenturas ajenas y pagar vajillas que no rompió.
El cochinero que le dejó Ramos Alor es además una cloaca en la que puede caer y hundirse el médico cirujano.
Standard & Poor’s mejora la calificación crediticia para Veracruz
A principios de este mes la calificadora internacional Standard & Poor’s, dio a conocer que elevó a triple B la calificación crediticia de Veracruz, con lo que en estos cuatro años la entidad ha logrado mejorar en 16 ocasiones su calificación, destacó el titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, José Luis Lima Franco.
El funcionario dijo que esto representa un avance importante para la entidad, pues luego de la situación en que se recibió la administración se ha logrado revertir gradualmente esta problemática.
Lima Franco dejó en claro que el cambio de BBB- a BBB genera una mayor confianza crediticia a Veracruz. “Sirve para que el estado pueda pagar menos intereses y sirve para ganar confianza y atraer más inversiones y generar mayores empleos”.
Agregó que este reconocimiento que hace Standard & Poor’s, se deriva de los resultados que en materia económica y administración de los recursos públicos, se han planteado por parte del Ejecutivo estatal, donde se destaca la transparencia así como el adelanto de pagos para disminuir la deuda heredada.
“Mejora dos puntos muy importantes, uno que hay una mayor transparencia presupuestal y dos, que hay una reducción constante de la deuda en Veracruz. Esto se ha logrado gracias a las políticas implementadas por el gobernador Cuitláhuac García de contención del gasto, de honestidad y de lucha contra la corrupción que han logrado esta mejoría en las finanzas”, finalizó.