¿Por qué Lizbeth Aurelia?

Toda una mafia en el Poder Judicial. Y nos comentan trabajadores, ahora resulta que en pleno 2022, se habla de equidad y en donde sea, quieren poner mujeres en cargos trascendentes. Los conocedores opinan: “No es lo mismo igualdad, que equidad, señores”. Además, nos enteramos qué desde la oficina principal de Palacio de Gobierno hubo pleito por nombrar  quién sería la nueva presidenta del Tribunal Superior de Justicia.  En esta entrega daremos pormenores de los criterios y haber nombrado a Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre. Les cuento a las y los inteligentes lectores.

Todos pensaban que la magistrada Ailett García Cayetano, hermana de Dorheny García Cayetano, quien presionó al gobernador de Veracruz para ser incrustada en la Secretaría del Trabajo y Productividad y también, ella pensaba que su hermana la podría colocar como presidenta del Poder Judicial, pero “oh sorpresa”. Los mismos trabajadores saben  sobre la nula capacidad en las cuestiones jurídicas de la “suspirante” a presidenta Ailett García y quien estuvo operando fue  el conocido como magistrado consejero Humberto Oliverio Hernández Reducindo, quien amenazaba a todos con destituirlos si no votaban por su amiga Ailett, quien es la línea de Cuitláhuac García Jiménez. Y ya vimos que no fue así.

Y Ailett no podría ser aunque tenga una carrera universitaria, por el simple hecho de que jamás ha laborado en el Poder Judicial y sólo en lo administrativo. Y no podemos exigir a quien no puede dar más.

En el caso del  magistrado consejero Esteban Martínez Vázquez, quien en enero del 2021 fue designado como integrante del Consejo de la Judicatura, que es la institución encargada de velar por la autonomía de los órganos de ese poder y vigilar por la independencia e imparcialidad de magistrados y jueces.  Y  de él no hay queja por su carrera dentro de la institución, sino porque se contaminó y se hizo de amistades que acabaron por coludirlo, siempre manejando ser  amigo del gobernador Cuitláhuac García y de diputados del Congreso de Veracruz, quienes en todo momento lo protegen, aunado a las múltiples promesas de puestos a diversas personas, porque según él sería el presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Finalmente, la que menos estaba en el plano político, ni le veían futuro, era la magistrada Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre, quien fuera juez en su momento y se sabe no ser la más brillante, pero tampoco la peor. Se conoce que le gusta el “Bisne”  y aquí las agravantes son las siguientes: Ella ingresó como magistrada en su momento, en  el lugar que había dejado el magistrado Roberto Dorantes Romero, quien fuera removido del cargo por la Legislatura, mismo, que por medio del Juicio de Amparo número 402/2019, en la cual,  en la sentencia  emitida por el Juez del Juzgado Decimoséptimo de Distrito en el Estado de Veracruz, entre otras cosas, señaló lo siguiente:

  1. “…El Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado de Veracruz, con residencia en Xalapa, tome las medidas necesarias para   que     se        realice             lo         siguiente:
    2. Se deje insubsistente el acto de remoción del quejoso de su cargo como Magistrado del Poder Judicial del Estado de Veracruz, por retiro forzoso previsto en el Artículo 59 de la Constitución Política del Estado de Veracruz, vigente a partir del veintisiete de diciembre del dos mil diecisiete.
    3. En caso de haber sido removido materialmente, se provea lo conducente para que se reinstale al quejoso en el cargo de magistrado del Poder Judicial del Estado, con el pago de las percepciones inherentes que dejaron de cubrírsele desde que fue separado; cargo que debe seguir desempeñando por el periodo comprendido en el nombramiento otorgado el veintisiete de noviembre de dos mil quince y a partir de      haberlo          asumido.
    4. En el entendido que, en su caso, debe ser considerado válido todo lo actuado por la persona que, con el carácter de magistrado, hubiere fungido en lugar del quejoso en la adscripción en que se encontraba, hasta que éste reasuma sus funciones, en acatamiento estricto de este fallo…”.

Y ustedes preguntarán:  ¿Qué tiene que ver Lizbeth Aurelia con esto?  Pues resulta que Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre,  aunque no ocupó el lugar del exmagistrado en su ponencia, sí ocupó su lugar material en el Tribunal y se debe puntualizar que la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado, incumplió la Sentencia de Amparo, pues no se necesita ser experto en Derecho para ver que si bien es cierto, designó nuevamente como Magistrado a Roberto Dorantes Romero, lo cierto es que lo ubicó como “Visitador”, cuando éste tenía su puesto en la  Octava Sala, por lo que en la Justicia Federal  no hay cumplimientos a medias, lo correcto es que hubiesen cambiado de sala a la que ahora ocupa el lugar, la magistrada María Lilia Viveros Ramírez, es decir, regresar al magistrado Dorantes a su anterior puesto y ahora sí viene lo bueno, al suceder esto, Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre quedaría sin sala, ya que tendría que ceder su lugar a la magistrada María Lilia Viveros Ramírez y lo correcto sería que Lizbeth Aurelia  fuese magistrada visitadora.

Todo esto ha provocado que se promoviera un “Incidente de Ejecución de Sentencia” ante el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Séptimo Circuito, que puede traer consecuencias jurídicas para todos los que incumplan con un ordenamiento decretado por un Juez Federal.

Finalmente, fue designada Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre como presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado, quien estará por tres años y sólo podrá ser reelegida una sola vez, sin omitir que  al concluir su gestión retornará  su adscripción de origen. Y los recursos jurídicos interpuestos por los afectados violentando los mandatos federales siguen en curso y se convertirá en un engrudo del Poder Judicial en Veracruz, próximamente.

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