Las farmacias privadas han sido una panacea. Sobre todo aquellas que ofrecen servicios médicos de bajo costo. Ante el declive del sector salud público y el peligroso desabasto las mismas cubren las necesidades más elementales. Efectivamente son lo mismo pero más barato como lo anuncian las Farmacias Similares. Esto lo ratifican químicos que laboran en empresas como Pfizer y aseguran que son los mismos componentes en los llamados genéricos. Las historias de los grandes laboratorios farmacéuticos son de horror, ya que a través de la salud han logrado grandes ganancias y han encarecido el producto en su beneficio. El gran desabasto que padecemos en el país, nunca se había presentado tan grave. Lo que toca a la ciudadanía es prevenir a través del cuidado. La alimentación es básica como el ejercicio. Todo reside también en el equilibrio de nuestros consumos. Vienen momentos difíciles por el anuncio de fríos muy intensos. El COVID aún no se va. Imposible confiar en los datos de gobierno, que siempre son alterados según sus intereses políticos. Hay que estar alertas y no dejar los protocolos de salud al respecto.