El secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Elio Hernández Gutiérrez, llegó a su comparecencia de ayer en el Congreso local con una talega números que nomás no le cuadraron. Por el batidillo de cifras que manejó se notó que el texto de su comparecencia lo hizo al trancazo y sobre las rodillas. Quitó aquí, puso allá y aquello resultó un infortunado fiasco.
Tras la danza de cifras confesó que (con la pena), el personal de su dependencia pide viáticos a los alcaldes para llevar obras a sus municipios porque los recursos de la SIOP “son muy reducidos”. De ahí que los trabajadores se organizan con los ayuntamientos para que éstos sean los que paguen las comidas, el hospedaje y hasta el traslado.
Dijo que esto es aceptado en todos los municipios (uta sí y seguramente con mucha alegría), pues se trata de obras que serán en beneficio de muchos. Pero no se quedó ahí, agregó que solicitará que sean los municipios los que sufraguen los proyectos ejecutivos de infraestructura, porque su dependencia carece de presupuesto.
Es decir, lo que Elio quiere es que los ayuntamientos paguen las obras para que él se pare el cuello. También dijo que los 1,264 millones que ya están autorizados para la reconstrucción de las carreteras afectadas por el huracán Grace en agosto del 2021 aún no han llegado.
Sea por Dios.
Una vez que terminó su perorata el funcionario se puso tenso. Sabía que por encima del incienso que le quemarían los diputados de Morena en la ronda de preguntas y respuestas, vendría la zarandeada de la oposición y no se equivocó.
El diputado Marlon Ramírez Marín lo evidenció al mostrar fotografías de modestas viviendas que aparecen como empresas a las que les asignaron contratos millonarios. Con lo que la SIOP, con Elio Hernández a la cabeza, podría estar involucrada en un nuevo caso de empresas fantasma.
El diputado priista dijo que la SIOP ha entregado obras a empresas de reciente creación por 320 millones de pesos, de los que fueron observados 56 millones como presunto daño patrimonial, además es la dependencia que tiene el mayor subejercicio de la actual administración.
“No se ejercieron 1,200 millones de pesos este año, a lo que se le suma que en la Cuenta Pública existe una observación del Órgano de Fiscalización Superior, por anticipos que su dependencia entregó a contratistas por 1, 300 millones de pesos en 2021”, señaló el legislador priista.
“¿Cuántas obras pudo hacer su dependencia con ese dinero que se dejó de gastar? ¿Por qué se dejaron de gastar 1,200 millones de pesos? ¿Por qué es práctica reiterada en la SIOP entregar a empresas de nueva creación contratos que ascienden a 320 millones de pesos? ¿Por qué a una persona física (de 27 años) le entregan un contrato por 11.5 millones de pesos?”, preguntó el diputado.
“Los 1,200 millones de pesos de los que hablo están en el Informe Trimestral del Gasto. No es un dato mío, es de la SEFIPLAN y el propio Secretario de esa dependencia lo reconoció aquí cuando compareció”, dijo Ramírez Marín y subrayó que las empresas de nueva creación a las que les entregaron contratos no son de administraciones pasadas, sino de la actual, creadas a partir de 2019.
Elio Hernández tuvo que aceptar que sí han entregado obras a empresas de reciente creación: “Son veintitantas, tenemos más de 600 obras, entonces creo que no es un porcentaje muy alto, lo importante es que se haga la obra. Si se hizo la obra yo no veo ningún problema”.
Tratando de justificarse alegó que los gobiernos de Fidel y Duarte hicieron lo mismo: “Pero ellos desviaban recursos, nosotros no”.
Sobre los domicilios fiscales de las supuestas empresas dijo: “Las empresas a veces tienen sus domicilios así, no precisamente tienen que estar en la Torre Ánimas o en la JV, no le veo ningún problema”.
Harto, molesto, nervioso y aprensivo (igual que este tu servidor lector, cuando amanezco crudo y me hace falta un trago), Elio Hernández no se aguantó y contestó altanero al legislador que pese a todas esas irregularidades “nosotros sí somos diferentes y las obras ahí están y las puede ir a checar. No me preocupan sus cuestionamientos”.
Pues deberían preocuparlo.
De hecho, debería preocuparlo su fututo porque tanto él como la dependencia que dirige huelen a puro caño y ese corrompido hedor puede llevarlo a prisión, en especial a Pacho.