La reconciliación nacional es urgente. No la del llamado de los políticos sino de la ciudadanía. Algunos les han dividido sus preferencias politicas, pero no es motivo sufieciente para la reyerta. El dicho popular establece que la unión hace la fuerza. Divididos en momentos cruciales y peligrosos para nuestra estabilidad económica y social sería contraproducente. Lo vemos en las familias en desacuerdos por una herencia, que les lleva a trágicos sucesos. Un desacuerdo en algún deporte que crea riñas violentas. Dejemos que los del poder sigan con su politiquería que solo a ellos favorece. Busquemos las rutas ciudadanas para construir por nuestro bienestar. Cuidando nuestros más valiosos tesoros como lo son niños, jóvenes, mujeres, Medio Ambiente. Mucho trabajo que nos corresponde como ciudadanía consciente, propositiva y demandante. México es un gran país cuyos gobiernos han estado y está en manos de delincuentes. Ya la justicia y la historia se encargarán. Unamos para resolver y salir adelante. Las leyes establecidas en nuestra Constitución si funcionan cuando se busca el camino certero. La gran familia mexicana siempre ha respondido a las grandes tragedias. Tenemos juntos que prevenir el futuro de la Nación. Y no olvidar la consigna Juarista: ” El Respeto al Derecho Ajeno es la Paz”. Iniciemos el camino del cambio con pasos firmes. La transformación -como seres humanos- preocupados por el verdadero amor al prójimo. Con honestidad en la ayuda a sus necesidades más apremiantes no con dádivas efímeras sino brindando los elementos necesarios para su formación plena. Estamos a tiempo.