La única verdad histórica en Veracruz es la semejanza de Cuitláhuac García con Javier Duarte. Corruptos, ineptos, omisos. Malqueridos por los veracruzanos que no se identifican con ellos. Son déspotas, soberbios, prepotentes y sin liderazgo. Su unión del pasado con el apoyo brindado por “la gorda’ – así le decían con desprecio- a la campaña del Peje fue muy generosa . Ganó por el efecto domino. El hartazgo- que hoy se tiene- que la población tenía con el saqueó del PRI fue lo decisivo a nivel nacional. El Cui era un payaso que por hacerse el chistoso y limpiarle los zapatos a su tlatoani le dieron la gubernatura cómo trasciende. AMLO se entendía con su papá quien dicen es la mano que mueve la cuna. En el análisis de su gobierno no hay nada que resaltar. El estado -como el país- está paralizado. Y enciende el gasto inmisericorde que hacen para anunciar beneficios inexistentes. Su repentina fortuna y la de su incipiente gabinete, aliados, familiares está a la vista. Guacamaya Leaks muestra su relación con los cárteles en pugna locales. Se asegura que su ex secretario de Seguridad y equipo cercano eran integrantes de uno de ellos y la toma de posesión del nuevo encargado fue ríspida por los intereses que se manejan. Guardianes de la Casa Veracruz platican que los bacanales del Cua superan los de Javier en todos los excesos que ahí se acostumbran y que son imposibles de mencionar pues llegan a la degradación. Bebidas, manjares, sexo y todo de lo más caro. Un dispendio. Cui anda en campaña con la Nahle burlándose de la sociedad local, pues los dos son señalados de corruptores. Bueno y de la gris Sheinbaum la favorita de ambos ni hablamos. No son iguales…son peores.