Tres años de la ejecución del diputado local Juan Carlos Molina Palacios y extrañamente las investigaciones están congeladas

*** Usaron a un chivo expiatorio y jueces federales lo absolvieron por ser inocente, pues la FGE utilizó testigos fabricados.

*** Mal agradecida Marcela  Aguilera Landeta, a quien Juan Carlos Molina la ayudó para ser diputada local, le dio para comer, la hizo funcionaria de la CNC y ahora como Directora de Investigaciones Ministeriales obstruye el caso para dar con los responsables protegiendo a funcionarios del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.

 

El 09 de noviembre del 2019 recordamos  un suceso indignante de un planeado asesinato y esta entrega es para exigir justicia y  hacer un homenaje póstumo al amigo, al político, al padre, esposo, hermano e hijo, Juan Carlos Molina Palacios y desde este relato, presumo que él me adoptó como su hermana, amiga y aliada. Se han dicho muchas mentiras del entonces diputado local y quienes lo conocimos sabemos que siempre fue un hombre de palabra, con convicciones, de compromiso con sus amigos y amaba a su familia, sus hijos y sobre todo, a su esposa Rosy.

 

En el 2015 conocí a Juan Carlos Molina Palacios en una comida convocada por Héctor Yunes Landa, quien al recibirme me dijo que conocería a su gran amigo. Y cuando Juan Carlos Molina me vio, dijo: “¿Ella es la amiga cabrona que tienes?  Me gustan las mujeres cabronas y que den miedo”. A partir de ahí nos hicimos grandes amigos y aliados para apoyar a Héctor Yunes, con el fin de lograr su candidatura  del PRI a la gubernatura de Veracruz. Y fue una lástima que tanto Héctor y Miguel Ángel Yunes se confrontaran en una elección tan manoseada, teniendo como debilidad para Héctor  la mala administración de Javier Duarte de Ochoa y al final,  Yunes Linares gana la gubernatura.

 

Y muchos olvidan que Cuitláhuac García Jiménez también fue apoyado en lo político y económico por pillos duartistas para ser candidato a la gubernatura por Veracruz en el 2016, pero no tuvo los votos significativos, ni estaba en la boleta su mentor Andrés Manuel López Obrador. Y como era manipulable, repitió su candidatura en el 2018, ganando por el apoyo del entonces candidato del PRI, José Francisco Yunes Zorrilla, quien dio parte de sus votos a MORENA, como nos lo relató el operador y artífice de esta transacción, de quien omitimos su nombre y es conocido priista en el estado.

 

Juan Carlos Molina Palacios sufrió traiciones en su aspiración como diputado local, pues sus propios aliados lo bajaron de la lista plurinominal y muchos no querían el ascenso de este político y líder de CNC en Veracruz, una agrupación social que volvió a estar en la palestra nacional, por el liderazgo de Molina Palacios, quien invirtió apoyos y gestionó programas a favor de los ganaderos y campesinos.

 

Además de estar orgulloso de todos sus hijos, amar a sus padres y hermanos, su esposa Rosy Guízar, de quien presumía ser una mujer muy trabajadora y dedicada al ganado, el mismo Juan Carlos me decía: “Hermana, mi esposa es una chingona, me ayuda, es muy trabajadora y dedicada”, siendo su orgullo y presumía de tener a una excelente esposa a quien amaba, así como le brillaban los ojos cuando hablaba de sus hijos, de quienes estaba orgulloso y daba gracias a Dios de tener buenos hijos.

 

Tuvimos muchas reuniones con Juan Carlos Molina Palacios y le gustaba que le hiciera chilaquiles con carne salada, quien nos honró con su confianza en todos los proyectos y siempre nos criticaba que una servidora era muy “aventada” en nuestras investigaciones, pero respetaba nuestro trabajo periodístico.

 

Durante la presentación en Boca del Río, en el 2017, del libro “Sí merezco abundancia”, bajo la Editorial Planeta, en el cual, escribimos en coautoría el caso de Veracruz sobre la administración y excesos de Javier Duarte Ochoa recabadas durante 10 años de investigación, fue Juan Carlos Molina Palacios quien apoyó el proyecto pagando toda  la presentación del libro. Él me apoyó porque decía que  siempre ayudaría para relatar la verdad y  cumplió cabalmente.

 

Conocimos a la actual directora de Investigaciones Ministeriales de la FGE, Marcela Aguilera Landeta, a quien Juan Carlos le tenía un profundo  cariño por ser una mujer con muchas tristezas en su vida personal. El entonces líder de la CNC la nombró en su staff de colaboradores y  me acercó a Marcela para que ella  me entregara en una plaza comercial los recursos económicos para  medios de comunicación y publicaran las actividades del entonces aspirante a la gubernatura Héctor Yunes Landa.

 

Triste ver  el  apoyo moral, económico y depositar la confianza  de Juan Carlos Molina Palacios a su protegida Marcela Aguilera Landeta, quien por unas monedas y un cargo público se vendió al actual secretario de Gobierno Eric Cisneros  Burgos y a la fiscal general Verónica Hernández Giadans para deformar la investigación sobre la ejecución del diputado local Juan Carlos Molina y manosear tanto el caso, para detener a un inocente que vivía en otro estado, quien nada tuvo que ver con la muerte del líder de la CNC y al final,  el juez federal lo declaró inocente de los cargos por el presunto asesinato de Molina Palacios y de inmediato, la FGE le fabricó otro delito, realizarle tortura y las peores bajezas que un ser humano puede soportar, para  desviar la atención de la opinión pública nacional en la detención de un inocente.

 

Marcela Aguilera Landeta traicionó la poca credibilidad que tenía, para convertirse en una creadora de delitos fabricados en contra de políticos de oposición, mercenaria de las Carpetas de Investigación al congelar denuncias en contra de funcionarios de la 4ª Transformación y ordenar la detención de cientos de  inocentes con el fin de convertirlos en presos políticos para crear fabricados culpables. Marcela cree que el poder dura para toda la vida y sus acciones serán juzgadas en un futuro. Y lo peor, la familia de Juan Carlos Molina la señala como una traidora.

 

Como diputado local, Juan Carlos Molina Palacios defendió los derechos de los campesinos y fue gestor de productos para el campo, organizando eventos para su entrega. Además, a la autora de esta columna le pidió cotizar un mastógrafo móvil para llevarlo a las comunidades y que las mujeres se hicieran gratis el estudio de detección de cáncer de mama. Juan Carlos había detectado que en las rancherías y lugares apartados de las ciudades, las mujeres no tenían dinero para hacerse este estudio y el porcentaje de cáncer de mama era muy alto y él quería ayudarlas. Lo más interesante, el costoso aparato lo pagaría de su propio dinero.

 

Un proyecto que quedó pendiente por su asesinato.

 

Muchos homenajes, como la entrega de las llaves de la Ciudad de Miami, en abril del 2016,  por parte del alcalde del condado de Miami-Dade Florida, Carlos A. Giménez, acompañado del senador por el estado de Florida, Javier D. Souto, quienes entregaron al ganadero oriundo de Carlos A. Carrillo, esta alta distinción que el gobierno norteamericano entrega a personajes destacados en distintos ámbitos profesionales, como reconocimiento por la gran calidad genética del ganado bovino de la raza Brahman y Beefmaster, que la ganadería veracruzana “Rosa del Alba” exporta a Estados Unidos.

 

Su afamado semental Laureano y otros animales ganaron consecutivamente premios internacionales y nacionales, colocando a la ganadería “Rosa de Alba” como la mejor de Latinoamérica.

 

Y siendo diputado, Juan Carlos luchó por evitar la entrada de ganado a México, procedente de Guatemala y sin las medidas sanitarias, ni contar con anillos legales de ganaderos confiables. Esto lo denunció en la tribuna del Congreso de Veracruz  acusando al gobierno federal y a la administración de Cuitláhuac García de no atender el reclamo de los ganaderos veracruzanos.

 

Hoy, columnistas y empresarios periodísticos aliados a MORENA lo señalan de ser un corrupto, mafioso y delincuente. Otros callaron ante su artero asesinato, siendo los mismos, quienes fueron apoyados por el mismo Juan Carlos Molina Palacios. Algunos hasta lo trataron de extorsionar y  hoy colaboran con Eric Cisneros Burgos.

 

Para Claudia Guerrero Martínez siempre fue un excelente amigo y nuestra amistad nunca la he negado de quien tenía  muchos planes para mejorar Veracruz y por eso lo mataron, por no convenir a varios políticos en el poder. Y congelar la Carpeta de Investigación y no detener a los asesinos intelectuales y materiales, confirma el interés de Cuitláhuac García de proteger a los culpables. Y el PRI guarda silencio  cómplice.

 

Su familia ha sufrido  el embate de la prensa amarillista y hasta han señalado de huachicolero a Juan Carlos Molina Palacios, en una campaña de desprestigio en contra de  la víctima. Triste que en su asesinato, su madre aún vivía y murió sin tener justicia por la muerte de su hijo. Y fue tanta la presión del gobierno de Cuitláhuac García que hasta querían involucrar a los familiares de Molina Palacios, asegurando haber planeado su muerte, cuando la FGE sabe quién en realidad asesinó al entonces diputado local. Quizá en un nuevo gobierno estatal se sabrá toda la verdad de la muerte del líder de la CNC.

 

Juan Carlos Molina era un líder nato y confiaba en la gente, aunque algunos lo traicionaron en vida y después de su muerte. Esta columna es un humilde tributo al amigo, quien siempre ayudó a quien escribe estas líneas  y contar lo que en verdad era el líder de la CNC y diputado local, quien dejó huella en la historia de Veracruz.

 

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