Los mejores presidentes que ha tenido México se han caracterizado por su patriotismo, por su amor a nuestras raíces, por el orgullo de nuestra cultura. Los peores han, incluso, despreciado su origen y sólo esperan el último día de su mandato para salir del país, aunque algunos, aseguran, que no se van, huyen.
La necesidad de alcanzar la impunidad no sólo incluye ahora la huida del territorio nacional, recordaremos que Salinas vivió por muchos años en Irlanda y era común verlo en España, pues ahora este país fue el elegido para convertirse en ciudadano español argumentando: “De mis motivaciones personales, baste mencionar que estas son de orden genealógico, afectivo y de congruencia con una visión moderna de las interrelaciones compartidas entre naciones y nacionalidades; de orgullo por nuestras raíces, múltiples y diversas. Se trata, al final del día, de un derecho de los mexicanos, para cuyo ejercicio, como el de cualquier otro derecho de nueva generación, no se requiere acreditar ninguna justificación”.
La vía por la que optó el expresidente de México es una de las más fáciles para obtener la ciudadanía española. En 2015 cuando el gobierno español creó una legislación en la que permite obtener el pasaporte si se demuestra que sus antepasados fueron algunos de los miles de judíos expulsados de la Península Ibérica en el siglo XV, además de su especial vinculación con España, el expresidente solicitó este cambio de piel.
La creencia conservadora acerca de que los conquistadores son más poderosos, que son seres superiores, sigue prevalencia en algunas mentes débiles que añoran ser dominados.
LA LLEGADA DE SALINAS
Carlos Salinas de Gortari creó muchas expectativas desde el inicio de su mandato a pesar de que su llegada a la Presidencia de la República fue muy cuestionada, el presunto fraude electoral fue declarado por el resto de los partidos políticos diferentes al PRI, desde el PAN hasta el frente democrático y gobernó con la población en contra. Es decir, nunca hubo la posibilidad de diálogo entre el mandatario y los mexicanos, tal vez por ello actuó como mejor le vino en gana y subastó el país como si se tratara de una venta de bazar.
El Fobaproa, creada menos de dos años de iniciar su gobierno, que se le atribuye comúnmente a Ernesto Zedillo fue creado por Salinas, aunque quien lo instrumentó fue Carlos Salinas, así, el 55% de la deuda cubierta por este fondo estuvo destinada a empresarios y banqueros prominentes, amigos del presidente y sus amigos. La deuda privada la convirtió en deuda pública que los mexicanos tenemos más de 30 años pagando y todavía no falta medio siglo para liquidarla.
Salinas también reformó la Constitución, sin el correspondiente drama que ahora vemos en un a oposición también apátrida, como el que sufrió el Artículo 3º Constitucional, relativo a la Educación, haciendo del derecho a esta enseñanza una mercancía ponderando y subsidiando la educación privada.
Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se privatizaron las empresas paraestatales Teléfonos de México, Altos Hornos de México, Mexicana de Aviación y Aeronaves de México, se vendieron 18 bancos, entre ellos Banamex, Bancomer, Serfín, Comermex y Somex.
De las 1,115 empresas que tenía el Estado en 1982, solo quedaron 203 en 1999. La reducción del tamaño del Estado también fue una condición para entrar en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y parte de los compromisos adquiridos ante el Fondo Monetario Internacional durante las crisis de los años 80.
El tratado comercial fue firmado por los presidentes de México, Carlos Salinas de Gortari; Estados Unidos, George Bush, empresario de la gasolina, y el primer ministro de Canadá, Brian Mulroney, entró en vigor el 1 de enero de 1994 en condiciones desfavorables para México.
MÁS REFORMAS
Las reformas al Artículo 27 Constitucional, ideado tras la Revolución Mexicana para llevar a cabo el reparto agrario, fue reformado bajo la iniciativa de Carlos Salinas de Gortari, en 1992, poniendo fin a uno de los grandes logros de la Revolución.
El 23 de marzo de 1994, a u os meses de dejar su mandato, el candidato a la presidencia del PRI, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado en Tijuana, Baja California, durante un evento de campaña.
Carlos Salinas de Gortari atribuyó al gobierno de su sucesor, Ernesto Zedillo, el inicio de la crisis que a la postre fue conocida con el nombre de Efecto Tequila. Salinas denominó a esto el “error de diciembre”, que arrojó una devaluación del 15%.
La información se difundió y hubo una inmediata fuga de capitales que, al no poder sostenerse, terminó con la libre flotación del tipo de cambio. Esto acrecentó la devaluación. Estados Unidos intervino con un préstamo para México de 20,000 millones de dólares, pero bajo la condición de elevar la tasa de interés.
La devaluación más la subida de las tasas de interés en los bancos dejaron a miles de empresas y familias en la bancarrota y con deudas impagables.
La crisis que resultó es una de las peores en la historia económica de México, el PIB se contrajo más del 6%, la pobreza y el desempleo crecieron a niveles de los que el país no pudo recuperarse de inmediato y el efecto financiero se extendió a otros países: El efecto Tequila obligó a colocarle tres ceros a la moneda, lo cual hablaba de una devaluación sin precedente en la historia de México.
Pocos presidentes de México dejaron el poder con una serie de especulaciones y rumores sobre su actuación, en el caso de Carlos Salinas se le sigue nombrando como un sospechoso de la muerte de Luis Donaldo Colosio, de ser el instrumentador de la revuelta en Chiapas con el EZLN, de orquestar un fraude electoral de magnitudes extraordinarias.
Salinas es mexicano vergonzante, con gusto dejaría de serlo. Las dudas sobre su criminalidad se las lleva a España y todo hace suponer que no regresará a México por su propia seguridad, ay que en caso de ser investigado podría ser enjuiciado, a pesar d estar estrenando nacionalidad.
PEGA Y CORRE
Los defensores espontáneos de Monreal parecen hundirlo cada día más. Con defenderlo lo descubren y al justificarlo lo definen.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes