El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra escasez como: Poquedad o mengua de algo, pobreza o falta de lo necesario para subsistir.
Recientemente pudimos apreciar la escasez de agua en estados como Nuevo León, Baja California y Chihuahua a nivel nacional, y a nivel internacional esto se presentó en los Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania y varios países más de Europa.
Es frecuente observar filas para tener una cubeta de agua en las grandes ciudades de México y observar tandeos de agua distribuidos por pipas en diversas colonias de las poblaciones urbanas. Hace años el agua se bebia de la llave, y hoy en día se compran dispositivos para filtrar el agua y peor aún se paga por las botellas de agua.
En américa latina las disputas por rios, lagos y pozos de agua son cosas de todos los días. La gente muere en América Latina en múltiples conflictos por defender el agua. Y esto es común en medio oriente, Asia y Africa.
Están los encarcelamientos y el asesinato de quienes luchan por sus ríos en Honduras, el exilio para los que lo han hecho en Guatemala, la persecución para los que lo hacen en Brasil y en Perú lo dejan claro: la guerra del agua comenzó hace tiempo. En Europa, en este momento, hay 13 millones de personas que no tienen acceso al agua. Ya no son solo son los africanos y latinoamericanos”.
La situación empeora y actualmente más de setecientos millones personas podrían verse desplazadas en la próxima década por la falta de agua y, para el 2050, la escasez podría afectar a la mitad de la población mundial. Efectivamente, “el agua está en el centro del desarrollo humano, también de la paz y la estabilidad. Los informes de diversas organizaciones internacionales, advierten del peligro de tratar el agua y el acceso al saneamiento como una mercancía por la cual apostar en las bolsas del mundo. “Hablamos de un bien público (léase un derecho de cualquier humano)”,
Uno de los grandes problemas es que la Unión Europea (UE), el Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional deben abstenerse de incentivar la imposición de privatizar los servicios de agua y saneamiento cuando se trata de dar préstamos a los países objeto de sus créditos. Y más aún, Se debe tener presente que la ONU reconoció en 2010 el acceso al agua como un derecho de toda persona,
Las organizaciones internacionales de la sociedad civil han puesto sobre la mesa hace mucho tiempo, que se cuente con una legislación vinculante para poder exigir a las empresas el cumplimiento con derechos humanos como el acceso al agua”,. Si bien se espera que sirva de base para un acuerdo más ambicioso de la ONU, su principal motor es que sirva a los defensores y organizaciones de América Latina para exigir que este derecho se vuelva ley. Incluso la Comisión Europea ya hablaba en 2014 del agua como bien público y, en 2019, emitió directrices de derechos humanos que abogan por el acceso seguro a agua y saneamiento. Aspecto que debe ser seguido en el ámbito mundial.
Otro problema es la costumbre de países desarrollados como Estados Unidos que busca quitar sus recursos hídricos a otros países. Canadá ya le dijo que no se meta con su agua dulce de sus ríos y lagos, Brasil, también le aclaro que el agua de su selva amazónica es para los Brasileños, y ahora buscan llevarse el agua de Chiapas por tuberías hasta el suroeste del Estados Unidos, y dejar seco como un desierto la región Chiapaneca.
Sin duda es un recurso que México debe defender a toda costa para la sobrevivencia de los Mexicanos.
La reflexión es suya, hasta la próxima.