“La experiencia es una gran escuela, donde los fatuos no asisten.” – Benjamín Franklin.
En algo se ha caracterizado el nuevo régimen transformador de la 4T, y es que en eso de intentar mentir, simplemente no les sale.
Un caso evidente y claro es que juran y perjuran que ellos no serían iguales que los gobiernos neoliberales, y resulta que en eso del manejo presupuestal salieron más malos que la carne de puerco pa los tamales del Día de Muertos.
Las cifras dadas a conocer tras la aprobación de la Ley de Ingresos y el proyecto de Presupuesto son de escalofrío.
La Cámara de Diputados aprobó en lo general la Ley de Ingresos de la Federación 2023, en medio de las justificaciones de Morena por la petición del Gobierno de casi 1.2 billones de pesos en deuda interna, a fin de completar el gasto para obras y programas sociales prioritarios.
Por donde se le observe el costo para las finanzas mexicanas del dichoso proyecto transformador será heredar al que viene detrás el tremendo problema.
¿Y no que las cosas serían diferentes?
Pasando a otro tema, la visita del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández sirvió de escenario para que el presidente de la Junta de Coordinación Política en el Congreso de Veracruz, Juan Javier Gómez Cazarín se luciera.
Y es que, de forma por demás espectacular, que ni en los tiempos de Ignacio González Rebolledo, o del recordado Juan Nicolás Callejas Hernández se habían sacado tantos temas importantes en tan solo una sesión.
Aprobación Reforma Guardia Nacional, Ampliación presupuestal para la Fiscalía General del Estado (FGE), Extinción del TEJAV y creación de un nuevo Tribunal y la Aprobación de dictamen en contra de la cuenta pública 2021, fueron la evidencia de que como operador político es uno especial, fuera del estándar regular de la 4T.
Ya quisiera el presidente López Obrador tener un Cazarín en lugar de un Ignacio Mier en San Lázaro.
Por lo pronto, la determinación de votar en contra la Cuenta Pública 2021, sin aumento de presupuesto para el ORFIS, provocó que su aún auditora General, Delia González Cobos, dijera que sí buscan su renuncia pues que se la pidan.
Solo que a la señora –que ahora pretende hacerse la víctima y acusar violencia política de género por su pésimo trabajo- se le olvida que no es que se lo pidan, sino que ella por dignidad la presente, pues es evidente que más negocios al amparo del encargo no podrá realizar.
Ahora la pregunta es ¿habrá comprendido su padrino que en política existen niveles? Y que quien nace para maceta no pasa del corredor, para jugar en grandes ligas debes de parecerlo, serlo y hacerlo, a diferencia del reyezuelo que pretende erigirse en cacique de cuarta y que simplemente es un muy mal remedo de payasito de autobús urbano.
Al tiempo.
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