Se inunda -otra vez- Dos Bocas, Rocío se ahoga

No solo son los 240 mil millones, patrimonio de los mexicanos, tirados a la basura.

Son las raterías, el abuso de poder, el no saber cómo ni dónde instalar y producir una empresa que regrese a México a ser el sexto proveedor de petróleo del mundo.

Son el poder político y del dinero, el seguir mamando de la ubre millonaria y hacer a un lado el proyecto inservible de Dos Bocas que a cada aguacero se inunda y que no da una gota de gasolina… ni la dará.

¿Qué sigue?

Para la zacatecana Rocío Nahle, hoy hinchada en billetes, una jugosa gubernatura, la de Veracruz a partir del 2024.

¿Qué si robó? No importa.

Hoy, para esta empoderada mujer la meta es diciembre del año próximo fecha emblemática de los morenos para el destape que la coloque como candidata a la gubernatura.

Lo demás es lo de menos.

Simplemente guardaremos para el anecdotario su paso por la 4T en donde el saqueo resultó mayor a los que tanto denunciaron como responsables de la quiebra del país.

 

Quedarán como plática de café sus negocios turbios al amparo del poder, su cuantiosa fortuna no declarada; las operaciones de venta clandestina de petróleo en alta mar con complicidad con el gobierno de Maduro de Venezuela y, obviamente, los bisnes de “Dos Bocas” donde se movieron 12 mil millones de dólares que se esfumaron en menos de tres años.

De la mano, también para el recuerdo quedará ese nepotismo extendido a sus oficinas de la Secretaría de Energía y los gobiernos estatales de Veracruz y Zacatecas.

Y ya ni pa´que acordarse de su hermano, padres y familiares hasta el cuarto grado, que han hecho de la política el negocio de su vida.

Fueron manejos millonarios en donde la Nahle amasó una cuantiosa fortuna y ya en el ejercicio mismo del poder al frente de SENER, se asignaría un salario seis veces mayor al del presidente, incrementando su desproporcionado peculio que justificó declarando que era producto de la “herencia que nos dejó mi madre a su muerte”.

Así, abrazada a su familia del 2018 al 2022, la Nahle, cuyo marido estuvo al borde del suicidio al descubrirse sus transas en Pemex, tendió una red de negocios que sumó 730 millones de pesos vía 430 contratos registrando un crecimiento porcentual de mil 958% en los últimos años.

Para ello ha contado con la complicidad y reparto de cargos con altísimos cargos y salarios, a su familia.

El mejor de los negocios, sin embargo, sería “Dos Bocas”, donde se movieron 14 mil millones de dólares en donde aparte del dinero el premio a la zacatecana será Veracruz.

Valió madre que ya desde su ingreso a las grandes ligas de la política apoyada por López Obrador, quedara bajo sospecha al operar desde 2016 como presunto correo financiero de gobiernos estatales y organizaciones criminales que apoyaron la causa Morena, denunciado antes de que  “Guacamaya Leaks” y “El Rey del Cash”, hicieran sus revelaciones.

Ese es el pasado.

Hoy lo que importa es el Veracruz que maneja 132 mil millones de pesos anuales de presupuesto, sueño dorado para la zacatecana que ya se siente con la gubernatura en la bolsa.

¿Le importa, por tanto a Nahle, que “Dos Bocas” siga hundiéndose? ¡Por Dios!

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

 

 

 

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