En septiembre, una joven británica, Amy Locke, se sorprendió al recorrer el malecón de Coatzacoalcos y observar a lo largo de todo el trayecto locales comerciales, edificios, casas, hoteles cerrados, los inmuebles muy deteriorados, solo con huellas de los que fueron sus colores originales, sus estructuras metálicas ya casi totalmente vencidas por el salitre, una imagen de abandono total que no se imaginó que vería en México.
Recién se casó con mi sobrino Omar, hijo de mi hermano Paco. Vino a conocer la numerosa familia de él. Ya en Xalapa, sentados a la mesa el día que la recibimos, nos dijo que la imagen que había visto le había parecido muy similar a la que se ve a lo largo del malecón de La Habana, Cuba. Cuando la escuché, me dije que sí. No se me había ocurrido pensarlo.
Amy (originaria de Penzance, localidad portuaria de la península de Cornualles), quien ha viajado, trabajado y vivido en varias partes del mundo, nos dio otra impresión de Coatzacoalcos: nos dijo también que por el caos vehicular que vio le pareció que estaba en la India.
En ella vi el reflejo de la imagen que proyectamos ante el extranjero, una mala imagen, el de un país con amplias zonas de subdesarrollo, de país tercermundista (aunque no todo, porque trabajó y vivió en Cancún y tiene esa otra imagen de México), con una ciudad como Coatzacoalcos a la que dizque con una “Cumbre Olmeca” van a proyectar para atraer el turismo. Ajá.
A la joven le pareció alarmante escuchar que esa imagen del malecón de Coatzacoalcos, a diferencia de Cuba donde los ahoga la pobreza por diversas causas, es producto de la inseguridad, de la delincuencia, que con sus extorsiones a quienes no se sometieron los mataron y a los que no los obligaron a cerrar y a huir, todo sin que las autoridades, los gobiernos hicieran algo efectivo para evitarlo. Esa es la cruda y triste realidad.
Sistemáticamente el gobierno del estado (Cuitláhuac García Jiménez y Eric Cisneros Burgos) viene repitiendo la cantaleta de que no hay ni inseguridad ni violencia, que los índices delictivos han bajado, que Veracruz ocupa los primeros lugares en seguridad, que todo es puro cuento de la prensa, lo que, por fin, un alcalde de Morena atajó y desmintió: Amado Cruz Malpica, presidente municipal de la ciudad del sur.
Es muy saludable que Amado haya reaccionado sin temor alguno y haya nombrado al pan pan y al vino vino y que mantenga su actitud crítica, pues no se olvida que como diputado local también criticó el alto índice de violencia e inseguridad en el gobierno del panista Miguel Ángel Yunes Linares. Mejor aún, es saludable que asuma una actitud autocrítica, pues parte del problema ahora es de su responsabilidad.
Sin embargo, cabe recordar que todavía en agosto pasado, ya como autoridad municipal, negaba también que existiera el problema, pues luego de que fueron incendiadas dos camionetas de la Secretaría de Seguridad Pública declaró que no había clima de inseguridad y que se estaba haciendo un “esfuerzo sostenido” en materia de seguridad.
Declaran a la ligera, les recrimina
Todo cambió a raíz del asesinado de un reconocido sastre de la ciudad a finales de septiembre y entonces se sumó a la protesta del sector empresarial e hizo suyo el reclamo de justicia y de que el crimen no quedara impune.
El 29 de septiembre, en un acto en la mismísima sala de cabildos y en la que los empresarios portaron moños negros en el pecho, soltó: “Este tipo de actos lastiman a la sociedad de Coatzacoalcos, la impunidad y sus perpetradores la ofenden todavía más, la indolencia, la indiferencia y el silencio apático peor todavía, la declaración ligera de las autoridades termina por ser tercer agravio que añade un ultraje inmerecido a nuestra sociedad, por esto estamos aquí, en lo particular para repudiar sin medias tintas este crimen que cualquier adjetivo le queda pequeño”.
No paró ahí. Pidió a la Fiscalía General del Estado, así como a las entidades de seguridad, diligencias rápidas y pulcras para que se hiciera justicia. “Pedirles a nuestras fiscalías y entidades de seguridad diligencias respectivas, rápidas y pulcras para que se haga justicia para el señor Paredes, su familia y la sociedad y que pronto veamos en la cárcel a los responsables y para decirles que como autoridad municipal estoy para defender su justa demanda de mayores garantías de seguridad preventiva”.
Como respuesta, lo descalifican
Por supuesto, no les gustó el reclamó ni al gobernador Cuitláhuac García Jiménez ni al secretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros Burgos. Por fin un alcalde de su propio partido, y de una ciudad importante, les decía la verdad en forma pública y los desmentía en las cuentas alegres que siempre hacen. De hecho, los llamó indolentes, indiferentes, apáticos y de declaraciones ligeras.
¿Mintió? ¿Hizo mal en decir que como presidente municipal está para defender la justa demanda del sector empresarial que reclama mayores garantías de seguridad preventiva?
En lugar de responder al reclamo, tanto Cisneros como García Jiménez se salieron por la tangente. Descalificaron al alcalde. Lo acusaron de que no ha asumido su responsabilidad, que solo ha acudido a 11 de 88 mesas para la construcción de la paz y el secretario se le fue encima con lenguaje rudo: “Para tener la lengua larga hay que tener la cola corta”. Lo acusó de no coordinarse “lo suficiente”.
El gobernador de plano le impuso el “mando único” a las policías que operan en la ciudad bajo el argumento de que se había acordado en una reunión a la que no había asistido Cruz Malpica. Le quitó un peso a Amado. Ahora será responsabilidad total del gobierno del estado. Ya se verá si el problema se acaba. Ya no habrá el pretexto de que el munícipe no asiste a las reuniones.
Rocío Nahle, ¿atrás del reclamo a Cuitláhuac?
Lo que llama la atención es que Amado Cruz Malpica tiene plena identificación con su madrina política Rocío Nahle, cacique política del sur del estado, secretaria de Energía y aspirante a la gubernatura, y no se mueve sin acuerdo con ella. Basta recordar que fue quien originalmente, como diputado local, promovió la Ley Nahle, aunque en su momento la pararon y se la congelaron.
También, a inicios de la LXV Legislatura, por unos días presidió la Junta de Coordinación Política de un grupo de diputados afines a la señora Nahle, aunque al final de impuso el grupo del gobernador que impuso a Juan Javier Gómez Cazarín.
Amado no es un principiante sin experiencia en la política. Ya fue diputado federal además de local y tiene más oficio político que muchos del gobierno del estado, incluidos el propio gobernador y el secretario de Gobierno. Rocío Nahle puede estar atrás del reclamo ante el temor de que también sea víctima de la inseguridad, pero también para empezar a deslindarse de los cuitlahuistas a fin de no cargar con sus negativos en su aspiración de gobernar el estado.
Cheko cabalga de nuevo
Luego de unos días de receso, el diputado aspirante a la gubernatura, Sergio Gutiérrez Luna, monto de nuevo y como lo hizo en Las Choapas, reapareció públicamente ayer en Alvarado en una cabalgata en honor a la Virgen del Rosario, en la que participaron representaciones de 40 municipios.
Lo interesante, además, es que con los recursos recaudados se comprarán despensas para destinarlas a 200 damnificados de varias colonias de las localidades de Buena Vista y Chocotán.
Que se sepa, Sergio mantiene actividad en todo el estado, aunque en forma discreta, pero no se baja del caballo.
Teléfonos de utilería
El jueves pasado intenté establecer comunicación con alguien del IVEC. Marqué a los números telefónicos que aparecen en su portal, lo mismo el de Xalapa que el de Veracruz, y en los dos me respondió una grabación que me dijo ¡que no existen esos buzones!, o sea, que no existen. Son solo de utilería. Y yo que pensé que eran serios.
Ese día por la tarde, en el puerto de Veracruz, me asomé a la inauguración del Festival Afrocaribeño de este año. El acto estuvo totalmente desangelado e hizo preguntarme si es que a los jarochos ya no les interesa, si es que no hay poder de convocatoria del IVEC, si faltó promoción, o si de plano se trata del rechazo a una actividad organizada por Morena.