Madre pide justicia para su menor hijo y expone omisiones a sus derechos por una violación sexual

En esta entrega compartiremos una carta de una lectora, quien además  de ser madre de un menor de edad, narra un viacrucis  sufrido por la burocracia y falta de justicia en el sistema judicial en Veracruz. Esta es la historia de “L”, omitiendo algunos datos para proteger a las víctimas:

Periodista Claudia Guerrero, le comparto el caso, con la esperanza de que algo pueda hacerse desde lo mediático.   Tengo las referencias de que usted es una persona  ética y justa, sabrá sopesar lo delicado, doloroso y frustrante de vivir lo que le relato a continuación: Hace 3 años, supe del abuso sexual perpetrado por el padre a mi hijo, cuando mi hijo tenía 8 años. El abuso se cometió casi por dos años, desde que el menor tenía 6 años. Mi hijo ya tiene 11 años. En  cuanto lo supe puse una denuncia y al  año y medio salió la orden de aprehensión.

El mismo día de librar la orden de  aprehensión, ésta se anula  porque según se había llevado a cabo  una “confusión”, ya que el papel que llevaba la Policía Ministerial era algo “parecido” a la orden, pero no era el documento oficial y la Ministerial había dado aviso, habiéndolo llevado al examen médico, así como llevarlo a la audiencia de control. La fiscal que llevaba el caso sólo expresó haberse “equivocado” y no se volvió a ver a esta funcionaria de la FGE, pues después de interponer un amparo, se comenta haberla transferido  a San Andrés Tuxtla, gracias a este error.

Y “L” nos comenta: “El amparo que puse fue por la falta de acceso a la justicia de un menor y me fue negado, pues al poder volver a abrir la Carpeta, se entendía no existir daño. En el amparo constan las declaraciones contradictorias, de la Policía Ministerial diciendo que nunca se llevó al Penal de Pacho Viejo  al  presunto agresor y hasta se menciona que la juez lo  dejó libre”.

La madre de la víctima va más allá: “Ya pasaron dos años más y  a estas fechas habían puesto la Carpeta con un número de proceso en archivo temporal y  un amigo del agresor me lo advirtió en persona, comentándome que el imputado había gastado mucho para congelar el caso y con el pretexto de que mis hijos relatan algunos hechos ocurridos en la Ciudad de México, en la Fiscalía me dijeron que allá siguiera este caso. También argumentó la fiscal que en la primera entrevista protocolizada, mi hijo no especificaba bien la dirección de los hechos. Abrí de nueva cuenta la carpeta y se le realizó otro protocolo a mi hijo, siendo nuevamente que el menor explicara cómo fueron sus agresiones sexuales, afectando a la víctima.

Tanto en la primera y segunda declaración protocolizada, mi hijo menciona un baño en el colegio donde su papá es director, socio y donde mi hijo asistía a clases. El baño ya lo quitaron y así, entre más pasa el tiempo, más complicado se ve el acceso a la justicia y a la protección de los demás niños que asisten al colegio que ahora se ven obligados a compartir el baño donde va el director.

Explican los exempleados del colegio, que el día de la aprehensión sacaron dinero para el pago a los involucrados, mencionan cantidades tan elevadas como $450 mil  pesos en total, aunque son cosas que no puedo comprobar.

El tema es que ya está de nuevo la carpeta de investigación lista para ser judicializada y en cuanto eso suceda, temo que de nuevo paren la orden, ya que sería la tercera vez que le detienen una aprehensión a este señor, pues  la primera fue por fraude interpuesta por una ex socia del colegio. Sobre mi caso la Carpeta de Investigación en la 1916/2019, Proceso Penal  253. Los hechos ocurrieron en el municipio de Tlalnelhuayocan y el  agresor es socio y director del Colegio Nuestro Mundo.

Aunado a eso, he recibido “advertencias” por parte del mejor amigo de este agresor escribiéndome sobre la enorme corrupción que existe en el Poder Judicial de Veracruz y que están involucrados abogados, jueces, fiscales y “No me  vaya a salir el tiro por la culata” y que sabe de “casos donde hasta muertos hay”. El agresor del menor se rodeó de personas “rufianes” que compran testigos, corrompen y  acusan de falsedades.

Por tanto:

  1. Temo que todo el esfuerzo nuevamente caiga ante la gran corrupción.
  2. Mis hijos quieren que esto se sepa de la forma real, porque ya tienen repercusiones sociales, como mi hija mayor quien tiene casi 16 años, que los revictimizan y hacen sufrir.
  3. Temo francamente por mi seguridad, el señor no va a esperar su orden de aprehensión tranquilamente, perder su imagen y su escuela  y si algo me pasara se le terminan todos sus problemas. Necesito hacer esto mediático para que mis hijos se vean protegidos en caso de que me pase algo y no vayan a parar con quien abusó de uno de ellos y corrompió.
  4. Estando el peritaje psicológico del señor donde se menciona un trastorno psicosexual, inmadurez sexual y posible pedofilia.
  5. Existe el peritaje psicológico de mi hijo donde establece abuso físico, sexual y emocional, teniendo declaraciones y ratificaciones y después de más de 3 años, el agresor sigue como director de maternal, kínder y primaria de la escuela privada donde es socio.

Por tales motivos me veo con la necesidad de acudir al poder mediático, ya que no encuentro cómo obtener una reivindicación y justicia para mi menor hijo por todo su valor y esfuerzo. El que la justicia sea inaccesible lo deja con un sentimiento de impotencia e indefensión y está en mis manos hacer todo lo que pueda para que no sea así.

En resumen: Van 3 años de la denuncia. El acusado sigue siendo director de la escuela donde es socio y no quisiera que pasen otros años y que se quede esto parado. Además de que influye en la demanda de la pérdida de la patria potestad, con todas las complicaciones de vida que eso conlleva.

El papá ha intentado sustraerlos de la casa, llevan mis hijos dos declaraciones sobre esos hechos, ratificaciones, existen las pruebas periciales psicológicas de abuso sexual y físico así como las pruebas de los intentos de sustracción y de quebrantar la orden de restricción. El tiempo ayuda a que incluso manipulen evidencia. Y así se nos van los años sin que nada pasa.

Quisiera que la SEV tuviera  conocimiento. Quisiera que mis hijos no queden a expensas de este señor en caso de que algo me pase. Quisiera que se pudiera hacer algún tipo de seguimiento, pues es una burla que un hombre  haga eso a su hijo, esté a cargo de niños. Además en lo civil también ha sido una tortura, peor que en la fiscalía.

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