La traición de diputados y senadores que permitieron con su voto la militarización en el país, es una afrenta a la Nación. Las formas del presidente para presionarlos es indigna. Muestra el carácter bélico y voluntarioso del líder de Morena. Utilizó la estrategia más sucia: la amenaza. No sorprende pues sabemos cómo se conforman los partidos políticos nacionales. Muestra que en una gran mayoría tenemos a peligrosos delincuentes, que supuestamente nos
representan. Es muy delicado y riesgoso
observar al Legislativo pisoteado por el Ejecutivo. Son los verdaderos vende patrias. Las consecuencias de dar tanto poder a los militares no lo imaginan en su dimensión social. Es increíble que olviden la historia con los crimenes del 68, 2 de Octubre, Ayotzinapa y otros más cometidos por el ejército. La violencia va en ascenso y los encargados de la seguridad están como empresarios, administradores, recaudadores y hasta banqueros. Ocupados en otros menesteres menos en salvaguardar a la ciudadanía que es la que les paga. Una perversa equivocación- dentro de muchas más- de éste gobierno sectario, indolente e inhumano. La nación se lo demandará al enfermo de poder de palacio.