No es cosa de hacerle un nicho, matarle un pollo o bañarlo para invitarles el caldo, pero el secretario de Finanzas del Gobierno de Veracruz José Luis Lima Franco ha sido de los pocos titulares de despacho que le ha dado respuesta al gobernador Cuitláhuac García, y, sobre todo, a las y los veracruzanos.
Le explico.
En la última década, los compromisos financieros de la entidad se encontraban en niveles insostenibles, en la jodidez, en la quiebra total. Tomando a SEFIPLAN como su “caja chica”, los gobiernos estatales tenían a Veracruz en ruinas, pues desde las administraciones de Fidel Herrera y Javier Duarte los ingresos eran pocos, pero los egresos fueron exorbitantes.
Recordemos el indecoroso manejo de efectivo que ocurrió, y hasta el brutal enriquecimiento de muchos priistas que llegaron al grado de implantar en el ideario colectivo aquellas historias de las maletas voladoras, los cuartos repletos de billetes y hasta el presunto lavado de dinero oficial.
Pese a lo que aseguren ciertos opositores como el líder de Movimiento Ciudadano Sergio Gil que al parecer pasó la primaria de noche por no saber contar, la deuda estatal si ha disminuido considerablemente, teniendo una reducción del 40% en diversos rubros de pasivos pues pasaron de más de $15 millones de pesos a $9 millones de pesos o la reducción de la deuda bancaria, existiendo un balance positivo en los últimos años de esta administración de la 4T.
Es cierto, también se deben de contar otros balances como los laudos laborales, los créditos y aprobaciones que se puedan o no aprobar y hasta los pasivos que se puedan reconocer de las administraciones pasadas, no obstante en términos generales las finanzas de Veracruz son sólidas, cosa que se demuestra con la mejora en el ranking de las calificadoras, indicadores que eran muy usados por el entonces mandatario panista Miguel Ángel Yunes Linares y quién también como sus antecesores generó un incremento en los compromisos oficiales.
De esta manera el gran logro que se debe de reconocer en José Luis Lima y en SEFIPLAN es que con una auténtica reducción en el gasto público y con austeridad se lograron afrontar los retos financieros del estado, cosa que no es menor ya que la crisis se logró contener sin falsas promesas o plataformas políticas.
Ya veremos pues el futuro de Lima, un personaje que sin hacer pompa de sus funciones responde correctamente en su encargo y es considerado en temas de continuidad política y hasta en factor de la sucesión.
Esperemos a ver qué es lo que pasa.
@IvanKalderon