A más de un año de su paso por territorio veracruzano, el huracán Grace sigue presente. “No se ha ido del todo” me dijo un agricultor platanero de Atzalan mientras circulábamos por un tramo de la carretera Xalapa-Atzalan-Martínez de la Torre tapizada de hoyancos. “Son hoyos de aquellos aguaceros que se han agrandado con las tormentas de las últimas semanas. Y éstas han hecho más hoyos”, indicó.
-¿Y el plan del gobierno estatal para rehabilitar carreteras?- le pregunté.
-Ja, puro cuento ese plan. Como a los dos meses del paso del Grace vinieron a bachear un tramo y no han regresado. Pero el bacheo no es la solución. El asfalto de esta carretera ya dio de sí y debe ser renovado con asfalto nuevo o con concreto hidráulico. Pero eso es un sueño guajiro- me dijo mientras saltábamos en el interior de la cabina de su camioneta.
Sin mentir lector, el 85 por ciento de las carreteras de la entidad están pésimas. Algunas más fregadas que otras, pero casi todas adolecen de lo mismo: baches, baches y más baches.
El problema es que al gobierno de la 4T no le preocupa el tema y las carreteras que ha construido o rehabilitado con materiales de ínfima calidad, se le caen o se cubren de hoyancos al tercer aguacero.
El 13 de julio del año anterior el gobernador Cuitláhuac García presumió la construcción de un camino hecho con concreto hidráulico que comunicaría a las comunidades de Jacales y Ojo Zarco con el municipio de Alto Lucero. En compañía del bueno para nada titular de Infraestructura y Obras Públicas Elio Hernández Gutiérrez, el gobernador dijo: “La calidad de esta obra hecha por la SIOP es de las que está haciendo la Cuarta Transformación en Veracruz”.
Y a los dos meses ¡BRUUUMMM!, que se viene abajo.
En noviembre pasado al comparecer ante los diputados, Elio Hernández justificó un presunto subejercicio de 900 millones de pesos con el argumento de que no era dinero del presupuesto, sino un préstamo de la Secretaría de Finanzas, y la dependencia no le exigió que lo gastara a la brevedad. “Ese (préstamo) no precisamente se tiene que contratar en diciembre y no necesariamente se tiene que comprobar a finales de marzo; tiene vigencia este año y el siguiente”, dijo.
Y uno supondría que con los 4 mil millones de pesos que le asignaron a la SIOP el año anterior, más Mil 200 millones para este año (el bajón fue bárbaro), más los 900 millones que le prestó la Secretaría de Finanzas, don Elio no tendría problemas para (ahora sí) ponerse a trabajar y mejorar las carreteras estatales que es una de sus responsabilidades fundamentales. Pero…
El pasado lunes cuando le preguntaron si hay dinero para reparar los caminos afectados por las lluvias contestó: “Ahorita no tenemos recursos, pero siempre que hay algún desastre vemos la manera de ver de dónde sacamos”.
Antes se sacaban del FONDEN, Fondo de Desastres Naturales, que ya no existe porque “había mucha corrupción” y fue sustituido por confusas y poco claras “entregas directas” a los afectados.
Tras el paso del Grace las familias damnificadas (aunque no todas) recibieron enseres domésticos, pero los agricultores que perdieron sus cosechas de maíz, naranja, toronja y limón no han recibido nada. Con las lluvias de días pasados otra vez se volvieron a quedar sin cosechas… y sin apoyos.
En el caso de las carreteras, el “a ver de dónde sacamos” para su rehabilitación quedará en el aire. Este año la SIOP recibió casi un 70% menos de presupuesto que el año anterior y nadie apuesta a que en 2023 las cosas mejoren.
¿Qué va a pasar con las carreteras de Veracruz? Que las poquísimas que rehabilite esta administración correrán el riesgo venirse abajo. Y otras como el tramo Xalapa-Atzalan-Martínez de la Torre, seguirán plagadas de baches.
¿Hay solución? Sí. Un plan integral para rehabilitar o reconstruir los 2 mil 600 kilómetros de carreteras estatales (las federales son otro rollo), que costará una millonada que no piensa soltar el gobierno de Cuitláhuac García porque vienen las elecciones del 2024. Y si repite Morena en la gubernatura el problema carretero se extenderá mínimo hasta el 2030.
Ante ese panorama no queda de otra que acostumbrarnos a los brincos, derrapadas e incluso accidentes que pueden ser fatales (sin contar con los cotidianos asaltos), cuando viajemos por las carreteras veracruzanas.
Los hijos, nietos y bisnietos del viejo nonagenario
Durante la guardia de honor que la cúpula priista hizo en el monumento a Miguel Hidalgo y Costilla, su líder estatal Marlon Ramírez Marín dijo una verdad irrebatible. “El Partido Revolucionario Institucional, es el único partido en nuestro país con la madurez suficiente para afianzar el timón en la tormenta. Aunque nonagenario, es al que todos los gobiernos han acudido por su institucionalidad y lealtad a México”.
Y tiene razón. Antes que ser de Morena, del PRD e incluso del PAN, quienes han conformado gobiernos en esos partidos primero fueron priistas. ¿Nombres? Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Bartlett, Miguel Ángel Yunes Linares y una cauda interminable. Todos abrevaron del PRI, todos le deben mucho de lo que son al viejo nonagenario.
Marlon dijo que en un Estado lleno de tribulaciones ante la obstinación de quienes aún no entienden su papel histórico como reivindicadores de la lucha social, y ante su falta de reconocimiento de que fue solo uno quien abrió la puerta Mariana para ocupar hoy el Palacio Nacional, “este país nos demanda más que nunca la sobriedad e institucionalidad que han distinguido durante décadas a nuestro partido como columna vertebral de México”.
Agregó que no es una tarea fácil pues “los adversarios de nuestra existencia como instituto político se ciernen dentro y fuera de nuestras filas, añorando el pasado autoritario que les imponía decisiones y silenciaba con prebendas sus intenciones, por lo que la lucha al exterior se ceñía a ocultarse bajo el manto protector, cual un hijo corre a los brazos de su padre, a quien llamaban primer priista de la nación, del estado o de su región”.
Indicó que tanto la secretaria general del PRI Arianna Ángeles Aguirre como él, “fuimos electos por hombres y mujeres valientes, cansados de la subordinación y el entreguismo político. No somos zalameros del poder y tenemos muy claro que la unidad del partido está en respetar la diversidad, por eso nos conducimos con decoro ante nuestros aliados internos y externos, respetando la autodeterminación de sus sectores, organizaciones e institutos políticos en el caso de las alianzas electorales”.
Hasta ahí el discurso de Marlon donde sobresale una verdad irrefutable: casi todos los miembros de partidos opositores al tricolor, en alguna etapa de su vida estuvieron bajo la férula del viejo nonagenario que los cobijó, aconsejó e hizo gentes. Y aunque ahora pretendan desconocerlo, son hijos, nietos y hasta bisnietos del PRI.