La colombianización de Veracruz

“La verdad anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.” – Miguel de Cervantes Saavedra.

 

Una vez más Veracruz da la nota nacional.

En el marco de la Conmemoración del Día Internacional de la Paz, los veracruzanos despertamos con la lamentable noticia de la ejecución de una maestra a plena luz del día en una popular colonia de Xalapa, lo que evidencia el nivel de degradación del estado de derecho en la entidad.

El asesinato artero de la maestra Beatriz Meza Rivera, al mero estilo del sicariato colombiano de la época de Pablo Escobar y el temible cartel de Medellín son la confirmación de la degradación de la seguridad y la justicia, que darían paso a confirmar que estamos en un Estado Fallido.

Un gobierno que simula la construcción del estado de derecho bajo la batuta de un sujeto vengativo, rencoroso y con evidentes ligas con el crimen organizado terminarían siendo la cereza del pastel.

El trágico saldo de este miércoles de horror, se habría de recrudecer cuando desde el municipio de Hidalgotitlán se confirmaba el ataque armado contra un empresario constructor que viajaba con su familia en la comunidad de Arroyo La Palma.

En dicho incidente se reportó la pérdida de una menor de tres años de edad –hija del empresario-, quien habría muerto por herida de arma de fuego, mientras un adulto varón resultó herido.

El lesionado Jorge Vázquez, poblador de la comunidad de Sánchez Taboada, se dirigía a su vivienda en una camioneta acompañado de su familia, cuando por desgracia fue interceptado por otra camioneta cuyos ocupantes dispararon en su contra.

En los dos lamentables casos, las autoridades volvieron a practicar el protocolo –show de siempre- asegurando junto con la Fiscalía General del Estado (FGE) que habrán de dar con los responsables, cuando a todas luces ya conocemos sus estándares de resultados en la impartición de justicia.

Peor aún resultó la respuesta que el Secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado diera al ser cuestionado sobre el tema, cuando, intentando quitarse el golpe por el tema de garantizar la seguridad en la entidad, advierte que “por un asesinato no vamos a calificar a todo un gobierno”.

Y es que lo que el regiomontano Gutiérrez Maldonado no comprendió, es que no es por un asesinato, sino por todo el desempeño que a lo largo de 4 años representa, cientos por no decir miles de ejecuciones en la entidad, de las que el Gobierno Estatal no ha dado respuesta satisfactoria en el 95% de los casos por decir lo menos.

Cuando eventos de esta naturaleza suceden, la respuesta del estado es siempre la misma, operativos, capturas de supuestos delincuentes –en el mejor de los casos- o esperar al congelamiento mediático y su mejor aliado “el paso del tiempo”.

Lo grave de sus declaraciones no está en la ligereza con las que se lanzan, sino en no darse cuenta de la realidad que observa toda una sociedad, en donde por ningún lado se ven logros o avances en “seguridad” y “procuración de justicia”.

Veracruz sigue siendo una entidad en donde la sociedad tiene temor por su seguridad y por no confiar en el papel de las instituciones respondientes de ella.

La más reciente Encuesta Nacional de Seguridad realizada por el INEGI a junio de 2022, señaló que al menos en tres de las ciudades más importantes de Veracruz, la percepción de inseguridad llega a niveles superiores a la media nacional. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2022/ensu/ensu2022_07.pdf

Casos como el de Veracruz en donde la sociedad percibe 63.5% de inseguridad; Coatzacoalcos donde la cifra alcanza 86.6% y Xalapa donde se reporta un 66.7% son la evidencia de esa política fallida.

La respuesta lamentable del Gobierno del Estado sigue siendo la misma, mostrando una indiferencia institucionalizada –no hay cambios en dependencias, ante los pésimos resultados-, continuidad en el modo y esquema de operar, aunado al intento criminal de pretender borrar la estadística con la reclasificación de delitos.

La realidad es que la colombianización de Veracruz es evidente, la sociedad lo sabe, eso a pesar de todos los intentos por mantener un riguroso clientelismo político electoral vía programas sociales o del bienestar.

¿Pero eso, para cuanto alcanzará?, ¿Seguirá la sociedad siendo apática a la problemática que le afecta día a día?

Usted tiene como siempre la mejor de las respuestas.

 

Al tiempo.

 

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