En “Prosa aprisa” del pasado 12 de mayo (“El extraño silencio de Paty Lobeira”) comenté sobre la clausura del entonces Acuario de Veracruz y el anuncio del gobernador Cuitláhuac García Jiménez de que su gobierno intervendría el manejo de su administración, ante lo que alcaldesa Patricia Lobeira Rodríguez de Yunes guardó absoluto silencio.
“El silencio de la alcaldesa refuerza las versiones que corren en el puerto de que el grupo político al que pertenece, que encabeza su suegro el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares (ella es esposa de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, excandidato –perdedor– al gobierno del estado), llegó a un acuerdo con el gobierno de Morena para jalar juntos rumbo al proceso electoral de 2024, a cambio de que los dejen de hostigar y se olviden de las denuncias que hay en su contra por diversos presuntos ilícitos”.
Cuando le pregunté entonces a una compañera del puerto sobre la versión, me respondió que no la creía.
A menos que la senadora Indira Rosales San Román aclare ahora, en forma suficiente y convincente, su ausencia en la sesión del Senado el miércoles, ausencia que se tomó como un voto a favor de la reforma constitucional del presidente Andrés Manuel López Obrador para que las Fuerzas Armadas permanezcan en las calles hasta 2028; como un voto que se sumó a la bancada de Morena y a su causa, la sospecha se acrecentará hasta el grado de que muchos den por cierta la versión.
Por lo pronto, una cosa es cierta: la también secretaria general del Comité Directivo Estatal del PAN no consultó su decisión con el resto de la dirigencia, lo que me quedó claro cuando al consultar ayer el caso con destacados personajes blanquiazules, tampoco sabían por qué lo hizo. Advertí que los tomó por sorpresa y que estaban desconcertados.
Fue “intencional”; salió “muy sonriente” de las oficinas de Monreal
Para el columnista Salvador García Soto, de El Universal, su ausencia fue “intencional”. Publicó ayer que los operadores de la 4T negociaron su ausencia a la sesión para favorecer a Morena. “Fue el caso de Indira Rosales, que se hizo la desaparecida y nunca contestó los teléfonos desde la madrugada de ayer”.
El diario Milenio también se ocupó de ella. En su columna “Trascendió”, publicó: “Que por cierto, la que tendrá que rendir cuentas no solo ante la bancada del PAN sino ante el resto de la oposición es la senadora veracruzana Indira Rosales, quien fue la única que no asistió a la trascendental sesión donde se iba a votar la reforma para que las fuerzas armadas desempeñen labores de seguridad hasta 2028, y es que sus compañeros se cuestionan por qué en días anteriores se le vio salir muy sonriente de las oficinas del coordinador morenista, Ricardo Monreal”.
¿La convenció Adán Augusto López, el secretario de Gobernación, o Monreal cobró el favor que le hizo al grupo Yunes cuando cabildeó en diciembre pasado con los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que validaran el triunfo de Paty Lobeira como nueva presidenta municipal del puerto? Porque, por si alguien no sabe o si a alguien se le olvida, en política los favores se pagan tarde o temprano (entre mafiosos también, como se ilustra muy bien en la saga de la película El Padrino, y entre políticos y mafiosos no hay mucha diferencia). Si esto último hubiera sido el motivo de la ausencia, finalmente hablaría bien de los Yunes, de que no se dan por mal pagados y de que, ellos sí, aplican puntualmente eso de que favor con favor se paga.
Abre boquete al PAN y al frente opositor
Haiga sido como haiga sido –Felipe Calderón dixit–, con la ausencia claramente intencionada de Indira para favorecer al presidente, a Morena y de paso a Monreal, los guindas le abrieron ya un boquete no solo al PAN en Veracruz, el partido opositor más fuerte, sino también a la posible alianza para ir juntos en 2024. Ya va a ser difícil que los dirigentes panistas –y buena parte de la militancia– ajenos al grupo yunista confíen en su secretaria general, pues les demostró que es capaz de venderse al enemigo, por el motivo que sea. En la dirigencia estatal, pues, tienen al enemigo en casa.
Si no aclara sus motivos, se antoja que debería irse de su cargo partidista porque su presencia envenenaría la credibilidad no solo de ella sino de sus jefes y de todo su grupo político ante el resto del panismo y es posible que de toda la oposición que desea un pacto para ir unidos en 2024.
De todos modos, si Indira no sale a aclarar lo de su ausencia, el tiempo dirá a cambio de qué fue: ¿triunfos electorales en 2024, sin oposición de los morenos, para los jóvenes Yunes-Márquez en la zona conurbada, aparte del pago del favor que les hizo Monreal? Debe ser frustrante para la dirigencia que encabeza Federico Salomón ver cómo aumenta el número de traidores y, por ahora, todos legisladores: Nora Jessica Lagunes Jáuregui, Othón Hernández Candanedo, Hugo González Saavedra e Indira Rosales San Román.
¿Contentos en el palacio de gobierno?
Sería interesante saber si en el palacio de gobierno brincan de gusto saber que, a menos que se aclare que no, ya tienen como aliados a los llamados yunistas azules, que a ver si no cualquier día se acuestan a dormir azules y se levantan guindas y otro día aparecen como operadores de Rocío Nahle en lugar de Eric Cisneros. Por lo pronto, mis respetos para Ricardo Monreal, quien ha sabido jugar muy bien sus fichas políticas (en julio pasado, de pronto una mañana me marcó, platicamos y quedó de venir a Xalapa, me dijo que me buscaría porque tiene interés en platicar conmigo. Será interesante escuchar su versión del caso Indira).
Llegan ya las grandes inundaciones
Cuando cierro esta columna, leo una nota de la agencia AVC Noticias: las intensas lluvias que han estado cayendo en los estados de Chiapas y Oaxaca han provocado ya daños en 3 mil 200 viviendas y han dejado incomunicadas 19 comunidades del municipio de Minatitlán, además de que las autoridades municipales se preparan ya para la llegada de un golpe de agua.
En la cabecera municipal, la crecida del río ha colapsado las líneas de drenaje al no permitir un fluido desagüe, lo que hace temer a los comerciantes del Playón Sur que las aguas negras inunden sus establecimientos, además de que ya hay seis calles inundadas y ya se ven las primeras chalupas movilizando gente.
El problema es recurrente en la medida en que, sobre todo, llueve en el estado de Oaxaca, de donde escurren las aguas hacia territorio veracruzano y hacen crecer el río Coatzacoalcos y sus afluentes. Ahora sí, por lo que se advierte, vienen las inundaciones en serio. Ahora habremos de ver si el gobierno del estado está y se comporta a la altura del problema y si no busca pretextos en caso de no dar el ancho.
Pero eso es solo lo que sabemos de Minatitlán, porque el Coatzacoalcos inunda muchos otros municipios como Jesús Carranza, Hidalgotitlán, Uxpanapa y parte de Jáltipan, aparte el río Papaloapan, que también capta aguas que bajan de Oaxaca y que inunda todos los pueblos de la cuenca.
Confiemos en que habrá auxilio oficial suficiente y oportuno.
Hago otra pausa
Lector, lectora, hago otra pausa. Me alejo por unos días. Los voy a extrañar, espero estar pronto de regreso.