Nuevas sumas y divisiones

La madrugada del viernes 9 de septiembre quedó consumada la entrega de la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional. Lo cual implica la militarización de la seguridad pública pero también dio pistas de cómo se verán las alianzas y rupturas en miras a próximos procesos electorales, dejando claro algo que ya conocíamos: actualmente no existe una verdadera oposición para Morena.

La oposición siempre es necesaria para cualquier partido y formas de gobierno, porque es la que permite un equilibrio ante las decisiones que puedan afectar a toda la población, la idea de la democracia es que toda la sociedad pueda verse representada para así poder decidir buscando un beneficio común. Actualmente las mayorías se ven representadas, pero hay múltiples intereses que quedan de lado pues sus representantes públicos han perdido poder.

Si a lo anterior sumamos las rupturas y desencuentros entre los pocos integrantes de partidos alternos que podían hacer una contrabalanza, descubrimos que la oposición está cada día más fragmentada, ha perdido credibilidad y no tiene entre sus integrantes a representantes con propuestas atractivas para el común de la población. Los escándalos de principales dirigentes de otros partidos han hecho que los pocos adeptos que quedaban pierdan la confianza en ellos.

Así ha sido el caso de Alejandro Moreno Cárdenas quien se ha visto envuelto en una serie de escándalos con la gobernadora de Campeche Layda Sansores, quienes mediante revelaciones de audios se han atacado acusándose de corrupción, enriquecimiento ilícito y otros puntos que han afectado al dirigente del PRI y por ende a su partido.

Aunado a ello durante los distintos movimientos que generó la entrega de la Guardia Nacional a la SEDENA, está la pausa de la Alianza Va por México, que aglutinaba a la oposición PAN, PRI y PRD en un intento de ser un contrapeso para el poder. Esta alianza se ha visto fragmentada principalmente por las decisiones de Alejandro Moreno a quien se le acusa de haber cedido ante el gobierno, aunque él diga lo contrario.

La molestia que está generando el comportamiento del dirigente del PRI hace que otros líderes como Osorio Chong comiencen a pronunciarse en su contra y no sería de extrañar que debido a las “traiciones” internas de Va por México que han generado la pausa, se genere una ruptura definitiva entre las alianzas y algunos representantes del PRI den el salto hacia el PAN, pues el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri ya planteó la posibilidad de recibir en su partido a los priistas que se sientan lastimados por su dirigente.

Sin embargo, Morena no se queda atrás, su principal fuerza es el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien con su cercanía mantiene la aprobación de la mayoría, asegura reformas, movimientos y sin duda ha logrado la transformación de varios entornos. El problema viene después de su sucesión donde el carisma no necesariamente será un fuerte de las propuestas siguientes y no falta quienes inconformes con las decisiones también están fraccionando al partido. Para prueba bastan sus elecciones internas donde se lucha por conseguir la posición deseada a un a costa de chantajes y compras de votos.

De la misma forma llamó la atención que el jefe de la bancada Morenista Ricardo Monreal se abstuviera en la votación del senado, aunque para nadie es un secreto que entre él y AMLO se han presentado diversas diferencias que por ende limitan sus aspiraciones como sucesor en la presidencia.

Con un panorama en el que se dividen unos para sumarse a otros hemos de estar atentos como ciudadanos no sólo a la opinión presente de las propuestas sino también a antecedentes históricos, trayectorias políticas y decisiones conjuntas, pues sólo conociendo toda la historia podremos decidir verdaderamente informados y no mediante la persuasión o alertas del momento.

 

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