El “sapo” de doña Inés Romero Cruz. En el Poder Judicial no tienen para “sapos”, escobas y pintura, pero que tal para las empresas fantasma
¿Qué cosa es el “sapo” que tanto repite la presidenta del Tribunal de Justicia de Veracruz? Dice doña Inés Romero Cruz: “Todo, todo, quieren que se lo hagamos, ¡no hay dinero, por Dios! No hay dinero para estar poniéndole el sapo al canijo baño. O de verás, Juez, Juez, si algo hace falta y cuesta barato, ¡coopérense!”. El “sapo” no es otra cosa que el flotador, ya sea de una taza de baño o de un tinaco de agua. Doña Inés se enoja porque para todo le piden, para escobas, para pintura y hasta para “sapos”. Pues qué esperaba la señora, si para eso está, para eso le aprueban un presupuesto, para tener en todo el año el dinero suficiente para cualquier tipo de contingencia. ¿Acaso en el Poder Judicial no diseñan su PROA (Programa Operativo Anual) para que se los aprueben? En ese programa operativo debe estar incluido un presupuesto para ese tipo de enseres, desde escobas hasta “sapos”. Dice doña Inés: “Que el sapo ya no sirve, ¿cuánto cuesta el sapito ese para ponérselo al tanque de agua?, a veces me da hasta coraje cuando hablan, porque a la maestra Joana (la administradora del Poder), ya la traigo de arriba para abajo. ¿Qué ustedes no lo pueden hacer?”. Precisamente, la administradora y ella son las responsables de las malas condiciones de las salas y edificios del Poder Judicial. No les alcanza para “sapos”, pero que tal para pagar a empresas fantasma. (Ya nos corrigieron, el “sapo” es una simple tapa)
Martín Aguilar Sánchez se presenta como coautor de un libro que sólo prologó. “Hasta el discurso de presentación le han de haber hecho”, nos comentan
Nos comenta una persona bien informada que el libro Protestas y movilizaciones sociales en el Golfo de México, editado por la Universidad Veracruzana, es un libro que compila las conferencias del Primer Foro Regional del Golfo “Acción colectiva y movimientos sociales”. Esta persona bien informada nos dice que este libro se lo adjudica como coautor el rector Martín Aguilar Sánchez, pero que en realidad el trabajo de compilación y edición lo llevaron a cabo los otros dos autores y que el rector sólo “participó” en el prólogo. Pero eso de participar, nos comentan, es un decir, pues todos los que hemos trabajado en editoriales (yo fui fundador de la editorial de la UPAV), sabemos que esos prólogos los realizan los mismos editores. En realidad, nos comentan, lo único que hizo el insulso rector de la UV fue estampar la firma y asistir a la presentación en calidad de autor. Muy orondo discursó Martín Aguilar: “Mi hipótesis es que sí existían (estos procesos), pero se expresaban de manera diferente, por el miedo a los actos de violencia. No eran los grandes movimientos, sino resistencias locales y regionales que se expresaban de diversas formas propiciando un cambio político”. Pero teniendo en claro la insustancialidad del rector, el informado informante nos dice que seguro hasta el discurso de presentación le escribieron.
¡Váyase acostumbrando! Asesinato de niña de 4 años en Nuevo Laredo fue arbitrario. Ejército huyó después del crimen
El capricho del presidente Calderón lo vino a cumplir el presidente López Obrador, poner al Ejército en las calles para combatir la delincuencia. Los diputados federales ya lo aprobaron, sólo faltan los senadores. Tal vez se esperen jaloneos, pero finalmente la voluntad del presidente se cumplirá. Pues este Ejército que quieren poner en las calles asesinó hace unos días a una niña de 4 años. El presidente López Obrador, encubridor de este tipo de crímenes, dijo que todo se debió a un enfrentamiento entre el Ejército y un comando del crimen organizado. ¡Nada más falso! Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo aclaró: “No hay, en este escenario, un enfrentamiento entre autoridades y delincuencia organizada como lo informó el presidente, hubo una agresión directa porque antes del trayecto que hace un familiar de Heidi de su casa a el seguro social por un dolor estomacal, quedan atrapados en una persecución a balazos que hace el Ejército en contra de un vehículo particular”. Y usted cree que los miembros del Ejército después de cometer su crimen se detuvieron a atender a la víctima. No, huyeron como cobardes, a resguardarse en su cuartel donde son impunes.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra