Lo cuento como me lo contaron y lo que me contaron es que Rocío Nahle está preocupada y turbada porque la Ley que lleva su nombre, y le facilitará ser candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz salió contraproducente. Y es que la zarandeada que le han dado los veracruzanos de a pie ha sido bárbara.
“De dos semanas para acá todo ha salido mal. Salió mal lo de la encuesta y salió mal lo de la reforma al 11 constitucional porque se la han acabado en las redes. Roció está mortificada porque no la quieren en su tierra adoptiva”, me dijeron.
¡Vaya hombre!, hasta que se dio cuenta la señora.
Vamos por partes; la encuesta que mandó hacer Morena y se dio a conocer en julio es patética de tan burda. Rocío Nahle aparece con 34% de las preferencias, muy por arriba de Ricardo Ahued que está con el 16%. Le siguen Juan Javier Gómez Cazarín con 8.6%, Zenyazen Escobar con 8.3% y Manuel Huerta con 7.4%.
Pero donde se tuerce muy feo es con Eric Cisneros al que le da un imposible 6.2% de aceptación. Y es que nadie cree en un porcentaje tan alto para el funcionario más detestado de la entidad. Cierran la “encuesta” (de alguna manera hay que llamarla) Sergio Gutiérrez con 4.6% y José Luis Lima Franco con 3.3%, porcentajes también imposibles pues en cualquier encuesta seria están mejor calificados.
Si la encuesta fue un fiasco, el remiendo al 11 constitucional estuvo peor. Si los legisladores morenos pensaron que los veracruzanos se echarían a las calles a festejar la posibilidad de tener una gobernadora zacatecana, se equivocaron en redondo porque en respuesta, la hicieron pedazos en las redes.
“Nunca se ha granjeado nuestro respeto, tampoco nuestro afecto y mucho menos nuestro cariño, sin contar con que no ha hecho nada por la entidad. Y que nomás de repente venga a decirnos ‘oigan, quiero ser su próxima gobernadora’ pues como que no, ¿verdad?” me dijo un analista de café.
Tiene razón el gobernador Cuitláhuac García cuando dice que Rocío aún no es candidata, pero no la tiene cuando asegura que la oposición le tiene miedo.
Lo que le tienen es recelo y desconfianza. Y no es la oposición, son los veracruzanos.
Queriendo brindarle su apoyo antes de tiempo, Cuitláhuac ordenó meterle mano a la Constitución de Veracruz y la volvió a regar porque eso es una ilegalidad que tumbará la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Cosa que no será impedimento para que Rocío sea candidata porque la ampara la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El asunto es que al destaparla tan temprano, el gobernador provocó (sin pensarlo, porque no piensa el señor), un brutal golpeteo contra la zacatecana que la hará llegar más desgastada que un zapato viejo a la contienda electoral. Claro, si resulta agraciada con el “resultado de las encuestas”.
En lo personal deseo que sea la elegida de Andrés Manuel; nada me dará más gusto que verla convertida en candidata.