“El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.” – Aristóteles.
La llegada de Morena al poder ha sido una suerte de aprendizaje en donde la constante ha sido la denominada prueba y error, hecho que ha afectado sustancialmente a la sociedad, especialmente a la famosa clase media.
Esa clase calificada de aspiracionista por el mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha sido la más afectada.
De esa misma sociedad, se han conformado la mayoría de los Congresos y las administraciones Estatales y Municipales en las que Morena hoy es autoridad.
Una clase media extrañamente desculturalizada, que confunde regularmente la gimnasia con la magnesia pero que con el paso de los meses y años han tenido que aprender a gobernar, o bueno al menos lo intentan.
Un extraño caso es el que se presenta en Veracruz, en donde la llegada de la 4T trastocó años de servicio civil de carrera entre muchas y muchos funcionarios, que de la noche a la mañana observaron cómo los recién llegados simplemente pasaban horas mirándose unos a otros sin saber que seguía, vamos, nadie les explico ni capacitó para ser gobierno.
Prueba de ello, las referencias periodísticas de los graves problemas que al arranque de la administración estatal y municipales ocurrieron en la entidad, los casos recurrentes de subejercicios en todas las áreas, por instrucción o porque pensaban que no gastándose el dinero se gobernaba bien, demostró el nivel de ignorancia sobre la cosa pública.
Pero aquí en la entidad algo está sucediéndose a últimas fechas.
Y es que resulta que, a partir de unos meses para acá el Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez habría cambiado de asesores de imagen y de operación política.
Los resultados obtenidos han llevado a que todos los temas pendientes en Veracruz se fueron resolviendo de manera puntual, alineados, sin contratiempos, como si alguien les hubiera dictado con manual en mano el cómo proceder.
Así desde el Congreso, el principal operador legislativo de Morena, Juan Javier Gómez Cazarín, ha ido sacando los temas pendientes uno a uno, incluso hasta con la colaboración de una oposición que coincide en temas como la misma Ley Nahle.
Algo muy similar a cuando el PRI operaba sus temas en los tiempos de la plenitud del pinche poder.
Ahora la pregunta sería ¿quién será el político o el grupo político que alineó a los Morenos?
Porque eso de que tan rápido aprendieran hacer maromas, es difícil de digerir, sobre todo observando que entre las huestes transformadoras existen claros ejemplos de trogloditas políticos, que por una especie de suerte mágica se mantienen en el cargo.
Al tiempo.
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