Los que amamos nuestro país, pero que sí leemos y estamos enterados de los sucesos, acontecimientos, comportamientos de autoridades, etc., nos percatamos que el anterior 30 de mayo, el juez primero de distrito con sede en Mérida, Yucatán, dictaminó la suspensión definitiva a las obras del tren Maya, en el tramo cinco sur que abarca de Playa del Carmen a Tulum, en Quintana Roo.
Al realizar un nuevo trazo en el tramo indicado, alertó a la Asociación Defendiendo el Derecho a un Medio Ambiente Sano y a un grupo de buzos, quienes acudieron a los tribunales, donde promovieron juicios de amparo respectivamente, pues se señalaba que, se atravesaba por la red de ríos subterráneos más extensa del mundo, donde se delineaba la falla geológica de Holbox, formada por depresiones lineales paralelas entre sí; comprobando que, cuando llueve en la selva, el agua se filtra al suelo kárstico, formado por rocas de carbonato de calcio, hasta llegar a los ríos subterráneos. Dándose a conocer que precisamente el suelo kárstico, es poco resistente y existe el riesgo de colapsar, y todo ese tramo corre sobre una red de ríos subterráneos donde se concentran variados ecosistemas como: selvas, sabanas, manglares y cenotes encargados del abastecimiento de agua para consumo humano en la entidad.
Habiéndose obtenido la suspensión definitiva de los actos reclamados, aprovecha que, el acto que se reclamó y se probó en el procedimiento de amparo pueda seguirse consumando, pues sus fines pueden ser irreparables, y la autoridad que lo viole puede sufrir pena de cárcel o destitución, misma que ya una vez sufrió López Obrador por violar una suspensión siendo autoridad en la capital del país, no obstante sus lemas sean nadie por encima de la ley, pero después reclama que, no le vayan a salir con que, “la ley es la ley”.
De igual manera, se sigue saltando la orden judicial y arbitrariamente, sin justificación legal alguna, violando la suspensión definitiva del amparo, arguyendo que, la construcción de su costosísimo trenecito, es Seguridad Nacional, pero para los que conocemos la Ley de Seguridad Nacional, no capta en ningún momento algo relativo a dicha circunstancia, pues se indica que, esta Ley está destinada a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano que conlleven a: 1. – Proteger al país frente a riesgos y amenazas.- 2. – Preservar la soberanía e independencia nacionales y la defensa del territorio. 3. – Mantener el orden constitucional y la unidad de la federación, así como fortalecer las instituciones democráticas de gobierno. – 4. – Defender al país frente a otros Estados o sujetos de derecho internacional. – 5. – Preservar el régimen democrático fundado en el desarrollo social, económico y político.
En ningún momento se justifica la continuación de su trenecito como de seguridad nacional, pero si el pueblo bueno y sabio del presidente, que según él son los más ignorantes del país, a quienes de cariño les llama los solovinos y mascotas, pero son más conocidos como chairos, le creen allá ellos, aunque llegue a devastar todas las riquezas arqueológicas que existen en dicho tramo y que su construcción tenga consecuencias irreparables, ellos ya tienen el pretexto a seguir, pues como siempre dirán que, son efectos de los periodos “neoliberales” o definitivamente que es por culpa de Calderón.
La autoridad para justificar que, la construcción de su gravosísimo caprichito es de seguridad nacional, tuvo que haberlo demostrado así y publicarlo en el Diario Oficial de la Federación y, para poder continuar con la obra, el juez tuvo que haber levantado o dejado sin efecto la suspensión definitiva, de lo contrario, existe un desacato completo a nuestras legislaciones, que tanto han pregonado que nadie por encima de la ley, pero ahora lo justifican con que, no vayan a salir con que, la ley es la ley, y con Zaldívar al frente y a modo en el Poder Judicial, la dictadura sigue adelante.