“Es diferente procurar ser simpático que ser eficaz y darle resultados al pueblo. Él esta fallando lastimosamente al pueblo de México”. Esta lapidaria, puntual y certera reflexión la hizo en una entrevista el veracruzano Dante Delgado, sobre un hombre al que conoce muy bien: AMLO. Observamos que el presidente de Ucrania de ser payaso pasó a mandatario y el nuestro de mandatario a payaso. El Peje nos minimiza tanto que sus bromas, chistes parecen son dirigidos a personas ignorantes, discapacitadas. Esboza su sonrisa sarcástica, tal vez porque solamente él se entiende. El eco de los serviles y lacayos lo acompañan, pero tampoco lo comprenden. Nunca la presidencia del país había estado con tanta chunga. Vicente Fox y sus ocurrencias dieron material valioso a los caricaturistas y cómicos profesionales, pero las del Peje se puede decir son muy pesadas, burlonas, incoherentes. A ver como le va en Estados Unidos con su última aberración sobre quitar la Estatua de la Libertad. Esta y muchísimas cosas parecidas, habla de una mente desquiciada. Debiera respetar más la investidura presidencial, la cual es ya de burla internacional. Él no importa, pero México no se merece ser tratado así.